El trabajo de policía en México, además de estar mal pagado, conlleva un alto riesgo de muerte porque el Estado no capacita a sus uniformados y se carece de armamento que funcione, considera José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC.
“No hay presupuesto, no hay un objetivo claro del Gobierno federal de ayudar y de rescatar a las policías estatales y municipales, sino que las tiene totalmente abandonadas. Sí, evidentemente que tienen muchos problemas de todo tipo, muchas carencias y, si queremos verdaderamente resolver el problema de la seguridad pública en el país, no solamente la Guardia Nacional lo va a lograr, sino que se requiere de una coordinación y un apoyo de las policías estatales y municipales, que son los que conocen mejor las ciudades en donde están operando”, afirma el especialista en seguridad.
De 2013 a 2018 fallecieron 802 policías en cumplimiento de su deber en México. El estudio del INEGI “Policías abatidos: el riesgo de servir a la seguridad pública en México. 2021” indica que la gran mayoría tenía entre 30 y 40 años de edad, contaba con educación media superior y superior y su muerte ocurrió en un espacio público de zonas urbanas, principalmente fueron asesinados por arma de fuego.
“Debido a la falta de estudios académicos o estadísticos sobre el tema en México, y en general en América Latina, se ha prestado poca atención a este fenómeno. En consecuencia, es conveniente procurar ampliar el conocimiento de este fenómeno a través de información estadística que apoye la mitigación de las múltiples causas que lo originan, de tal forma que se garantice tanto la seguridad de las personas, como la capacidad del Estado mexicano de ejercer propiamente el uso de fuerza contra quienes perturben la paz pública”, refiere el documento del INEGI.
Policía Sin herramientas
Sobre el tema, José Antonio Ortega señala que los policías en México tienen sueldos muy bajos, carecen de prestaciones sociales y tienen un gran desprestigio porque la gente los ve como personas corruptas. Es decir, carecen de respaldo ciudadano para la realización de sus funciones.
“No tienen apoyo de sus gobiernos y no tienen apoyo de la gente y exponen su vida porque las organizaciones criminales a través de sus milicias privadas, cuando deciden cometer un ataque y hacer un acto masivo de violencia en alguna parte, en muchas ocasiones ellos son los únicos que están en ese lugar totalmente expuestos, indefensos, con unas armas precarias, comparadas con las que tienen las milicias privadas del crimen organizado”, explica el abogado.
“Las condiciones son muy precarias con las que los policías hacen su trabajo y me refiero no nada más a los policías de los municipios alejados, sino también a los de las grandes ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey”, expone.
El documento plantea que se debe dar pie a futuras investigaciones más detalladas sobre la problemática de los policías abatidos en el país.
“Aunque el fenómeno de policías abatidos se distribuye de manera heterogénea por el territorio mexicano, se encuentra que el mayor número de casos se concentra el Estado de México, seguido por Guerrero y Michoacán de Ocampo”, explica el informe.
La falta de equipamiento
José Antonio Ortega critica el desdén por parte del Gobierno federal al trabajo de las policías estatales y municipales, que son a las que les toca enfrentar a la delincuencia en un primer momento.
“Evidentemente que las milicias privadas de los grupos criminales tienen mejor preparación que los policías locales, tienen mejor armamento que los policías locales, tienen mejores vehículos blindados, en su mayoría, que los pocos policías locales que llegan a tener vehículos, porque no todos los tienen y hay condiciones totalmente desfavorables en este enfrentamiento que hay cuando las milicias privadas llegan a un lugar donde hay policías locales”, explica Ortega.
Esta desventaja ante la delincuencia los pone en una situación de alta vulnerablidad para el combate a los criminales.
“Realmente las garantías que tienen las milicias privadas de asesinar, de masacrar y de hacer todo lo que quieran son 100 por ciento probables, ya que las personas que lo pueden evitar están en condiciones verdaderamente lamentables”, sentencia el especialista.
Lo local es importante
El combate a la delincuencia en el ámbito local es de suma importancia, ya que se trata de los policías que mejor conocen el terreno, explica José Antonio Ortega.
“Si queremos resolver el problema de seguridad pública de este país, tenemos que fijar los ojos en la policía local, en la policía estatal, y ayudarlos a rescatar y ayudarlos a depurar, y ayudarlos a limpiar sus instituciones, las cuales tienen que ser más fuertes. Hoy parecerían de papel, están totalmente desmanteladas y en algunos de los casos no les queda de otra más que servir de vigilantes de las organizaciones criminales”, asegura.