Polarización estructural desde elecciones de 2018
La división de posturas políticas en el país aparecía solo en momentos coyunturales, desde la elección de 2018 este fenómeno llegó para quedarse, aseguran especialistas
Eduardo BuendiaEn años anteriores, la polarización en la ciudadanía era de carácter coyuntural y aparecía con cada proceso electoral o suceso de amplia magnitud política.
Sin embargo, desde la elección del 2018, el ambiente de división en el país se instaló y en los casi dos años de la administración del presidente López Obrador ha estado presente.
El catedrático de la Universidad La Salle enfatiza que este clima político se caracteriza por la intolerancia, que es la incapacidad de escuchar o comprender al otro y puede provocar conflictos psicológicos, que se presentan cuando se señala al otro y eso suele responderse mediante el odio. Es un juego emocional”, menciona.
A este contexto se suma el proceso electoral más grande en la historia del país, el cual dio inicio el 7 de septiembre y culminará con la elección del 6 de junio de 2021, en la que estarán en juego las 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputaciones locales, mil 926 presidencias municipales, 2 mil 122 sindicaturas, 15 mil 107 regidurías y 635 juntas municipales.
Incitar a la división
El analista político Óscar Gastélum considera que la polarización que impera en el país es motivada en gran parte por la narrativa construida por el presidente López Obrador desde sus conferencias matutinas y discursos emitidos en eventos oficiales.
“No podemos comparar el poder que tiene un presidente que todos los días habla desde su púlpito, con lo que puedan decir los opositores. Estamos hablando de una oposición partidista que está prácticamente en la lona y estamos viendo ciertos destellos de una oposición ciudadana que todavía no sabemos por dónde se va a ir
“El presidente es un líder populista y para el populismo la oposición es como su oxígeno, la necesita para sobrevivir”, expone el experto.
La polarización que impera en el país es motivada en gran parte por la narrativa del presidente López Obrador desde sus conferencias matutinas y discursos emitidos en eventos oficiales
Gastélum concluye que el dividir a la sociedad entre “buenos y malos”, “conservadores y liberales” o “al pueblo auténtico de los enemigos del pueblo” son características de un discurso populista y que provoca las posturas políticas extremas que se observan en la actualidad.
Mesurar el discurso y la polarización
La sociedad debe desaprobar y condenar cualquier declaración que incite a la violencia entre grupos políticos con diferentes ideales, afirma Óscar Gastélum.
El analista político asevera que ningún discurso de odio abona a las causas. No obstante, aclara que la responsabilidad que tiene el gobierno es que ha hecho de la arena pública un terreno fértil para la descalificación y la omisión del diálogo.
Acerca del Frena, el politólogo Leonardo Núñez González, opina que es un movimiento que solamente solicita la renuncia del presidente, pero no lanza propuestas para combatir problemáticas que afectan al país, como la crisis económica, de salud, el desempleo o la pobreza.
“Para el presidente esa es la mejor oposición que podría existir porque son una caricatura de muchas de las cosas que Andrés Manuel ha utilizado discursivamente o repetido una y otra vez, porque claramente tienen esas características: es un sector socioeconómico diferente y conservador”, comenta.
El investigador de MCCI lamenta que por la serie de acusaciones y señalamientos como los emitidos por Francisco Martín Moreno o los que se lanzan desde el Gobierno federal se esté perdiendo el espacio público para discutir sobre soluciones a temas que son relevantes para el país.
“Creo que las declaraciones han sido desafortunadas y extremadamente condenables y hay mensajes que llegan de los dos lados. Creo que es una consecuencia natural que veamos la erosión de lo público, una vez más la voz más estridente es la que recibe la atención”, señala.
Movimiento en sus inicios
El Frena, como movimiento opositor ciudadano, es muy joven y no tiene claro el rumbo que le gustaría que tomara el país.
“No sabemos bien qué va a pasar ahí, la gente está unida contra el presidente, que es comprensible por el desastre, pero es preocupante que no haya un cauce ideológico y esto se debe a la debilidad de los partidos, entonces la gente está buscando otras maneras de movilizarse (…)
“El riesgo que estamos viendo es que se convierta en un movimiento populista pero ahora de derecha, de hecho esa dicotomía de derecha e izquierda ya no funciona como antes, pero Frena sí es un movimiento populista y opositor”, concluye.