Pobreza que va y viene entre los mexicanos

A lo largo de los últimos 20 años, el 49.4 por ciento de los mexicanos entraron y salieron de la precariedad en uno o varios momento de su vida
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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Un porcentaje de la población mexicana ha experimentado una y otra vez  la pobreza durante las últimas dos décadas, algunos incluso han quedado atrapados dentro de esta condición extrema de manera permanente.

La pérdida de bienestar social y económico es un fenómeno que lacera de manera profunda a quienes tienen limitaciones para mejorar sus condiciones de vida y los hace estar en constante estado de vulnerabilidad.

Sin embargo, se ha documentado que durante las últimas dos décadas, 49.4 por ciento de los mexicanos entraron y salieron de la pobreza en uno o varios momento de su vida, de acuerdo a la investigación “Dinámicas de la Pobreza en México”.

Del 2002 al 2012, siete de cada 10 mexicanos vivieron en condición de pobreza, es decir, nunca lograron dejar de ser pobres.

“Los resultados sugieren que hay una considerable movilidad hacia y desde la pobreza. Sin embargo, esta movilidad únicamente evidencia transiciones entre la pobreza y la vulnerabilidad, pues las recurrentes recaídas hacia situaciones de pobreza sugieren que los hogares que son capaces de escapar de ella tienen un riesgo alto de caer nuevamente en esta”, se lee en el estudio.

Según la evidencia, el desempleo, las enfermedades crónicas o el fracaso comercial de algún miembro del hogar son situaciones que inciden en el corto plazo a un empeoramiento en las condiciones económicas y sociales de la población; pero los factores estructurales de la economía mexicana siguen dictando los obstáculos más importantes.

Las barreras que clausuran la posibilidad de movilidad social en México han provocado que el 6.8 por ciento de la población se encuentre en una condición de pobreza extrema crónica, es decir, un segmento de los mexicanos está atrapado.

Los indicadores relacionados como la medición de la pobreza en México sugieren que poco se ha modificado la situación de 2002 a la fecha.

Por ejemplo, al primer trimestre de este año, el 37.7 por ciento de los trabajadores, es decir, cuatro de cada diez, tenían un ingreso insuficiente para adquirir la canasta alimentaria, según muestran los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

Por otro lado, el 69.3 por ciento de la población ocupada no gana más de dos salarios mínimos actualmente, mientras que la tasa de informalidad laboral llega hasta el 55. 2 por ciento de toda la población ocupada en el país, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Además, las limitantes sociales siguen siendo importantes: 85.7 millones de personas en el país presentan al menos una carencia, 65.4 millones no tienen acceso a seguridad social y 26.5 millones no cuentan con una alimentación nutritiva y de calidad, según CONEVAL en su medición multidimensional de la pobreza en 2020.

Problema heredado

Al detectar las dinámicas que la pobreza presenta en el país, se expone que existen hogares en México que han quedado atrapados en la expresión más cruda de la pobreza, que hay un porcentaje importante de la población mexicana que ha vivido la condición de marginalidad económica y social al menos en una ocasión y que hay otro segmento de individuos que entran y salen de la pobreza varias veces, más allá del momento que se esté evaluando.

Para combatir los estragos de la pobreza e incentivar una movilidad social, la cual se encuentra prácticamente clausurada en el caso de México, Graciela Teruel, autora de “Dinámicas de la Pobreza en México”, considera que el paso más importante es identificar el componente dinámico del fenómeno y trabajar sobre sus particulares, ya que históricamente la estrategia se ha enfocado en atacar la cifra sin entender su especificidad.

También apunta que el mecanismo de los programas sociales puede llegar a fungir como un elemento de contención importante, pero que su alcance es limitado al centrar la estrategia de movilidad social a partir de transferencias, pues el desarrollo económico es el mecanismo de mayor alcance a la hora de procurar el bienestar de la población.

“La mejor política social es la política económica; si nosotros tenemos un país que está pujante, que está creciendo, que está atrayendo inversión, que está abriendo empresas y oportunidades de empleo, esa es la mejor forma de incrementar los ingresos y mejorar las condiciones de vida de la población”, señala Teruel.

Ayudas no son la solución

Los apoyos económicos no resuelven de fondo el fenómeno de la pobreza, incluso desatienden los puntos críticos que deben atacarse de esta condición, advierten especialistas en el tema.

Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, señala que se requieren políticas públicas que ayuden a vencer los obstáculos estructurales de la economía nacional.

Como el hecho de que quien nace en la pobreza, suele morir dentro de la misma condición.

Sin embargo, al desatender aspectos como la salud, la educación y dar prioridad a los programas sociales que se basan en entregar dinero a los más necesitados, se generan efectos negativos como el que la pobreza no disminuya.

Desatender aspectos como la salud, la educación y dar prioridad a los programas sociales que se basan en entregar dinero a los más necesitados, genera efectos negativos como el que la pobreza no disminuya. Foto: Especial
Desatender aspectos como la salud, la educación y dar prioridad a los programas sociales que se basan en entregar dinero a los más necesitados, genera efectos negativos como el que la pobreza no disminuya. Foto: Especial

“México no cuenta con políticas ni programas efectivos para romper las barreras de la movilidad social, a lo que realmente se le podría llamar combate a la pobreza; las transferencias no pueden ser la vía ni sostenible ni general frente a la pobreza”, advierte Gómez.

La administración de Andrés Manuel López Obrador ha hecho de los apoyos económicos la base de su estrategia de combate a la pobreza.

Por lo que destacan programas como la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que atiende a casi 11 millones de individuos; las becas Benito Juárez para estudiantes de educación básica y media superior se entregan a poco más de 6 millones de jóvenes; Sembrando Vida se da a casi medio millón de personas y Jóvenes Construyendo el Futuro la reciben 225 mil mexicanos.

El rol del Estado

Las condiciones de pobreza en las que se encuentran millones de mexicanos deben ser atendidas por el Estado, el cual también debe procurar que los servicios necesarios para que la población tenga una vida digna funcionen de manera correcta.

“Debe de procurar la igualdad de oportunidades entre las personas para que sea su esfuerzo lo que las lleve a obtener mejores resultados, ya que eso es una elección de la persona; pero mientras no exista esta igualdad de oportunidades, hay acciones que tiene que tomar el Estado y estrategias compensatorias, es decir, que remedien desigualdades heredadas del pasado”, considera de la Torre.

Al tomar como ejemplo al conjunto de naciones nórdicas por su desempeño en la labor de movilidad social, de la Torre enfatiza el hecho de que una labor eficiente desde la iniciativa pública puede generar un bienestar en la población y disminuir la pobreza.

El impacto de la pandemia en el bolsillo

La dinámica de entrar y salir de la condición de pobreza de los mexicanos se agudizó con la emergencia sanitaria que se vivió durante la pandemia por COVID-19.

Pero no fue una condición exclusiva de México, de hecho, el número de personas en situación de pobreza en el mundo pudo haber aumentado entre 200 y 500 millones a partir de 2020, de acuerdo con cálculos de la organización internacional OXFAM en su informe “El Virus de la Desigualdad”.

“La pandemia puso de relieve el hecho de que, para la mayor parte de la población mundial, perder tan solo un ingreso supone caer en la miseria. Son personas que sobreviven con tan solo entre dos y 10 dólares al día y, a menudo, viven con sus familias en un par de habitaciones alquiladas en viviendas de barrios marginales”, apuntaba OXFAM desde 2021 cuando se publicó el informe.

Graciela Teruel, autora de “Dinámicas de la pobreza en México”, señala que muchos mexicanos en una situación económica vulnerable recurrieron al endeudamiento para tratar de solventar sus gastos durante los meses de confinamiento, sobre todo los relacionados con la salud.

“Durante la pandemia ¿Qué fue lo que hizo mucha gente para hacerle frente a los pagos de la enfermedad? ¿Qué fue lo que pasó ahí? Que la gente se endeudó, la gente dejó de pagar las tarjetas, dejó de pagar deudas, empeñó sus bienes, hizo solicitudes de crédito, entre muchas otras estrategias y eso tiene secuelas que van a tardar mucho tiempo en revertirse”, explica Teruel.

Combate a la desigualdad

La situación de carencia que viven los mexicanos se puede atender a través de una serie de políticas públicas que “combatan la desigualdad”, señala OXFAM.

El organismo internacional propone, en primer lugar, consolidar un sistema de seguridad social universal efectivo, además de incrementar recursos a las entidades más pobres del país, ranking que es encabezado por Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

También recomienda enfocar recursos para incentivar la integración escolar a nivel medio superior, que actualmente cuenta con el mayor rango de deserción entre la gente de estratos de bajos recursos.

Asimismo apunta a la generación de una nueva política industrial para que los trabajadores puedan insertarse en el mercado internacional con empleos dignos y elevar el salario mínimo.

Por último, el organismo insiste en la integración del impuesto a la riqueza para que la recaudación sea progresiva, es decir, que paguen más los que más ganan.

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