Plantón de buen fin
Desde que fue inaugurado en el año 2005, el Metrobús de la ciudad de México pasó de 220 mil a 800 mil usuarios. Es uno de los sellos que Marcelo Ebrard deja como gobernante del Distrito Federal.
A siete años de operación de este sistema, el Grupo Estratégico de Transporte Seguro, conformado por diferentes dependencias del gobierno, citó a su antepenúltima reunión en la que se presentaría el diagnóstico de accidentes, muertes y robos en el transporte público de la ciudad, además de una evaluación final del desempeño del Metrobús.
Icela LagunasDesde que fue inaugurado en el año 2005, el Metrobús de la ciudad de México pasó de 220 mil a 800 mil usuarios. Es uno de los sellos que Marcelo Ebrard deja como gobernante del Distrito Federal.
A siete años de operación de este sistema, el Grupo Estratégico de Transporte Seguro, conformado por diferentes dependencias del gobierno, citó a su antepenúltima reunión en la que se presentaría el diagnóstico de accidentes, muertes y robos en el transporte público de la ciudad, además de una evaluación final del desempeño del Metrobús.
Pero como el sexenio de Marcelo Ebrard ya casi termina y debido al fin de semana largo con motivo del aniversario de la Revolución Mexicana, la tarde del pasado lunes 19 de noviembre, los funcionarios convocados no llegaron.
La cita fue a las seis de la tarde en una sala de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), pero los representantes de las áreas involucradas no acudieron a la reunión.
Los que “plantaron” la reunión fueron los representantes de las áreas de Policía Bancaria Industrial, Policía Auxiliar, Instituto de Verificación Administrativa, el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y la propia Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi), según se reporta en la minuta de ese día.
A las autoridades que faltaron poco les importó debatir las causas por las que, el pasado 14 de noviembre, un pequeño resbalón en el transporte público por la imprudencia del chofer que abrió la puerta antes de detener la marcha, lo que provocó que una persona resbalara y muriera.
Tampoco que los conductores del paradero de Politécnico y Buenavista han denunciado que son víctimas de extorsión por un grupo de delincuentes, razón por la cual se inició una investigación en la Procuraduría capitalina.
En la reunión que desdeñaron los funcionarios, a quienes ya les faltan días para que dejen el cargo, se expuso también que el transporte más peligroso de la ciudad siguen siendo los microbuses, los días miércoles, en un horario de seis de la tarde a nueve de la noche, fundamentalmente en las delegaciones Benito Juárez y Cuauhtémoc.
Y también ningunearon el informe de la evolución del Metrobús en sus casi siete años de operaciones. Los representantes del sistema Metrobus, sin quórum, hicieron referencia a los avances de dicho transporte y presentaron imágenes para evidenciar el problema recurrente de invasiones al carril confinado, fomentado en gran parte por elementos de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública local, quienes realizan maniobras erróneas que, lejos de ayudar, provocan caos vial.
“Se acordó que bajo ningún caso deben invadirse los carriles confinados. Se debe privilegiar la eficiencia del transporte, no privilegiar la circulación de los vehículos particulares”, expuso el área de Metrobús a manera de reclamo a SSPDF.
En los últimos días de la administración de Ebrard, a quién le importa que el Metrobús pasó de cubrir cinco delegaciones a 11 en el Distrito Federal; que de 80 pasó a 374 unidades para prestar el servicio.
Aquellos que un día levantaron la mano para pertenecer a ésta o aquella secretaría en el gabinete de Marcelo Ebrard, hoy se dan el lujo de no asistir a reuniones de fin de gobierno. Al fin que fue puente. A éstos se les olvida que aún siguen cobrando.