A través de su defensa legal, Joaquín Guzmán Loera solicitó al juez que lleva su proceso penal que desoiga la posibilidad de un “jurado anónimo y protegido”, como lo ha solicitado la fiscalía general de Estados Unidos, para la realización del juicio que se tiene programado, en una fecha aún por definir, durante el próximo septiembre.
La petición del ex jefe del Cartel de Sinaloa fue presentada ante el juez Brian M. Cogan por parte del abogado Eduardo Balarezo, a unos días de que se inicie con la selección del jurado ciudadano que habrá de determinar si Guzmán Loera es responsable o no de los 17 cargos de que se le acusan.
De acuerdo a la moción presentada por el abogado de Guzmán Loera, la fiscalía está solicitando que las personas que integren el jurado sean resguardas por elementos armados, y que sus datos personales no sean dados a conocer ni siquiera al acusado, toda vez que la parte acusadora considera que podrían están en riesgo.
Los argumentos que esgrime la fiscalía para sostener su petición se fincan en “la historia de interferencias con sus procesos judiciales” del señor Guzmán y de la “cobertura mediática” del proceso, lo que significaría un potencial riesgo para el jurado, por lo que se ha solicitado custodia armada y anonimato para los ciudadanos del jurado.
Frente a esta posición, Eduardo Balarezo estima que, de aceptarse la propuesta de un jurado anónimo y protegido, se daría de entrada “la impresión injusta de que el acusado es una persona peligrosa, lo que pondría en riesgo la capacidad para llevar a cabo la revisión significativa de las pruebas que se presente contra el acusado”.
Esta situación, dijo Eduardo Balarezo, “sería una carga injusta para el señor Guzmán, al que se le debe respetar su presunción de inocencia, por lo que debe ser rechazada en favor de medidas menos extremas para proteger la privacidad de los miembros del jurado”, pero no al grado de la custodia armada.
Consideró que “un jurado anónimo, especialmente uno que opere sólo bajo vigilancia armada, envenenaría la atmósfera de la sala y servirá para reforzar la prueba del gobierno, creando la impresión de que el señor Guzmán es culpable y peligroso”.
En un caso en el que la fiscalía alega que Joaquín Guzmán cometió actos de violencia, explicó Eduardo Balarezo, “el anonimato de los miembros del jurado envía el mensaje a cada miembro que él o ella necesitan ser protegidos de Guzmán”, lo que haría que el jurado infiera que Joaquín Guzmán efectivamente es peligroso y culpable.
Tal riesgo queda descartado al considerar que en estos momentos Guzmán Loera ni siquiera puede enviar saludos a su esposa por medio de sus hijas, que son las únicas que lo pueden visitar en prisión. Porque ello, se considera “comunicación prohibida con terceras personas” lo que lo mantiene en completo estado de incomunicación con otros y que contraviene lo solicitado por la fiscalía.