En Nuevo León, el 30 por ciento de las mujeres de 15 años y más ha experimentado situaciones de violencia en la escuela a lo largo de la vida, según cifras de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021), señaló la profesora en derecho de la Universidad Autónoma de Nuevo León, María Salomé Moreno Rodríguez.
Asimismo, la encuesta señala que de ese porcentaje solo un 8 por ciento de las víctimas presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad o solicitó apoyo a una institución, por lo que se exhortó a la comunidad universitaria a denunciar cualquier tipo de abuso a fin de evitar el incremento de la incidencia de violencia en el país.
Lo anterior fue expuesto durante una ponencia en la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL, donde la catedrática enfatizó que de 2016 a 2021 la incidencia de violencia en la escuela hacia las mujeres aumentó 11 puntos porcentuales.
“Tenemos que ser agentes de cambio, ya que si no para este tipo de violencia, en 10 años más, el porcentaje subirá de 30 a 40 por ciento, por lo que tenemos que trabajar en ello para que no se eleve. Para que esta problemática cambie, considero que debemos ser corresponsables la familia, la escuela y la sociedad”, dijo Moreno Rodríguez.
Datos clave
- Las principales personas que ejercen esta violencia son compañeros hombres y la violencia sexual es la de mayor incidencia con un 18 por ciento.
- Entre los agresores están un compañero de clase, el maestro, una persona desconocida y una compañera.
- Los estados de México con mayor prevalencia de violencia en la escuela hacia las mujeres de 15 años y más a lo largo de la vida son Querétaro, con 40 por ciento; Estado de México, con 37 por ciento; y Colima, con 36 por ciento.
- Los de menor incidencia son Zacatecas, con 26 por ciento; Tamaulipas, con 25 por ciento; y Chiapas, con 20 por ciento.
- Entre los tipos de violencia está: psicológica, física y sexual.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares define a la violencia escolar como aquella que se ejerce por las personas que tienen un vínculo docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica.
“Consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima e impide su desarrollo y atenta contra la igualdad”, apunta.
