A unas horas de que se cumpla el plazo para alcanzar el desarme y la desmovilización de las autodefensas en Michoacán, las dirigencias de los 36 grupos de civiles armados que interactúan en el estado se han dividido.
Y son los “mitotes” los que tienen la culpa.
El miércoles 7 de mayo, el Consejo General de Autodefensas anunció la destitución de José Manuel Mireles como su vocero e integrante pues aseguraron que sus acciones empañaba su movimiento.
Luego, Mireles salió a escena a decir que todo era falso y que se trataba de “un mitote de ‘Papá Pitufo’”.
“No hubo convocatoria, el Consejo lo formamos 36 municipios y solo acudió una parte de Buenavista, de ahí que rechazo que me haya destituido”, indicó el líder de autodefensas de Tepalcatepec a la agencia Quadratín.
Pero los seguidores de Estanislao Beltrán habían sido muy claros. Mediante un documento señalaron que el comportamiento de Mireles ha puesto en riesgo el prestigio del movimiento.
Señalaron que Beltrán y Alberto Gutiérrez, “El Comandante 5”, serían a partir de ya, los voceros oficiales hasta que se vote para seleccionar por mayoría a uno nuevo.
En el texto, los guardias civiles dejaron abierta la posibilidad de que el exvocero pudiera estar “afectado de sus facultades mentales” tras el accidente que sufrió el pasado enero y determinaron solicitar apoyo a la Federación para apoyar clínicamente al depuesto líder.
Mireles también se mantuvo firme.
Insistió en que esa decisión fue tomada solo por unos cuantos y desestimó que fuera el sentir unánime del grupo que él mismo fundó.
Atribuyó su supuesta salida de las autodefensas a una venganza de “alguien” que se molestó por la petición de diálogo a Enrique Peña Nieto.
Los detractores de Mireles lo acusaron de cuatro puntos fundamentales: Comunicación protagónica con los medios sin información real, falta de transparencia con el manejo de recursos, un comportamiento inadecuado y acciones que han provocado la muerte de cinco integrantes de autodefensas.
El inicio
Los fundadores del movimiento de las autodefensas que hoy se encuentran fraccionados, fueron:
> Ricardo Valdez Aquila
> Adalberto Fructuoso Aguililla
> Ramón Contreras La Ruana
> Jesús Gutiérrez La Ruana
> Ángel Gutiérrez Tepalcatepec
> Hipólito Mora La Ruana
> José Manuel Mireles Tepalcatepec
> Misael González Coalcomán
> Luis Antonio Torres Buenavista
> Jesús Díaz Chinicuila
Una historia de pugna
José Manuel Mireles, al mando de las autodefensas, saltó a la escena pública en la entidad por una declaración en donde desconocieron al gobierno estatal de Michoacán, gobernado en ese entonces por Jesús Reyna, quien ahora fue consignado bajo los cargos de delincuencia organizada.
Pronto hubo diferencias.
Conforme iniciaron las negociaciones con el Gobierno Federal también salieron a la luz acusaciones de infiltración de extemplarios en algunos grupos de civiles armados.
El primer grupo en ser acusado de estar infiltrados por el cártel de Michoacán fue el de Luis Antonio Torres “El Americano”. La acusación vino de Hipólito Mora y el Consejo se fraccionó en dos.
Luego “El Americano” declaró en contra de Mora. Lo acusó de ser el autor intelectual del asesinato de dos integrantes de su cuerpo de seguridad. Presentó pruebas y logró la detención y procesamiento de Mora.
Mireles respaldó la acción de “El Americano” a fin de que se deslindaran responsabilidades.
Tras el encarcelamiento de Mora, Jesús Gutiérrez Torres tomó el lugar de encargado del grupo de La Ruana, quienes se distanciaron de Mireles y declararon una confrontación directa con “El Americano”.
El grupo de Ángel Gutiérrez Aguilar fue acusado de complicidad con Juan José Farías “El Abuelo” y su hermano el exalcalde de Tepalcatepec, Uriel Farías, ambos señalados de por nexos con el crimen organizado de Jalisco. También comenzaron a distanciarse de Mireles.
Decidieron seguir su labor de combate a Los Caballeros Templarios, pero al margen de las acciones que emprendiera el líder de las autodefensas. Comenzaron entonces a dialogar con el grupo de Estanislao Beltrán, al que reconocieron como líder de su movimiento.
Las autodefensas encabezadas por Misael González, exalcalde de Coalcomán, también decidieron hacer labores en forma independiente a las que marcaba la coordinación de José Manuel Mireles. Acusaron que en las filas de esa agrupación estaban integrándose extemplarios, bajo el calificativo de “perdonados”.
Y por último, los hombres armados que organizó Jesús Díaz, en Chinicuila, se acercaron al Gobierno Federal, pero hicieron alianza de colaboración con el grupo de “El Americano”, aun cuando también reconocen el liderazgo de Estanislao Beltrán.