Son el eslabón más débil del ejercicio periodístico. Son los trabajadores de los medios de comunicación que no tienen nombre ni espacio dentro de las planas de los periódicos.
Son también -como algunos se reconocen- los “otros del periodismo”. Los voceadores, los que, paradójicamente, ante la ola de violencia que amenaza a la libertad de expresión en nuestro país, no tienen voz.
Y es que, para ninguna organización internacional defensoras del ejercicio periodístico, las agresiones a los voceadores constituyen objeto de atención. Ni en el Artículo 19, Amnistía Internacional o Reporteros Sin Frontera (RSF) se registra seguimiento alguno de los agravios a los también conocidos como “los gritones de la noticia”.
De acuerdo a la versión de la relatora para la libertad de expresión, Balbina Flores, para la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) el registro de agravios a voceadores no existe.
“Se les da seguimiento a algunos casos, pero no se ubican en el rango de agresiones al ejercicio periodístico”, detalló.
Esto origina que no se tenga una estadística formal de esos casos.
Víctor Ruiz Arrazola, representante de la organización Reporteros Sin Frontera en México, dijo que las agresiones a los voceadores se registran “solo algunos casos importantes de homicidios”, pero no se les da seguimiento a las amenazas, lesiones o encarcelamientos, como se hace en el caso de los reporteros.
La estancia no gubernamental que más se acerca al seguimiento de las agresiones a los voceadores es la Casa de los Derechos de Periodistas.
Frente a esta situación de desamparo, los propios voceadores no tienen a dónde voltear; están huérfanos no solo de las organizaciones defensoras del libre ejercicio periodístico y de la libertad de expresión, sino también de las propias empresas editoriales, de las que no son tampoco trabajadores directos.
Tradición de mucho riesgo
José Alejandro Marcos Mozo Ramírez, es voceador. Él heredó de su padre el amor por este trabajo. Su padre se inició voceando las noticias en la Ciudad de México, para el periódico La Voz de la Calle.
Hoy a sus 85 años de edad ha logrado inculcar la tradición del voceo a sus hijos, los que todos los días salen a gritar las noticias para al menos cinco de los más importantes diarios de la ciudad de Puebla.
Mozo Ramírez ha vivido en carne propia lo que es el riesgo de vocear las noticias; lo han golpeado en no menos de tres ocasiones y ya ni recuerda cuantas veces lo han amenazado y lo han expulsado de alguna localidad a punta de pistola. Pero lo que le ha dolido más son las amenazas de muerte que han recibido sus dos hijos, también voceadores.
A Jesús y Marcos Mozo, recientemente los encañonaron en el municipio de Huehuetlán, Puebla, cuando acudieron a esa localidad para vocear la noticia del asesinato del alcalde de ese municipio, José Santamaría Zavala; un grupo de desconocidos les ordenaron que se fueran del municipio. Los amenazaron con matarlos, si regresaban.
Jesús, Marcos y José Alejandro, han sido expulsados de una docena de localidades de Puebla, Veracruz, Tlaxcala y Oaxaca, en donde se les acusó de ser ellos los “inventores” de las noticias.
“Nosotros no inventamos las noticias, solo gritamos lo que dice el periódico. Lo que hacemos es vender las noticias que fueron escritas por los reporteros, pero la gente no lo entiende así. No entienden que nosotros solo vendemos el periódico, pero aun así nos culpan de los hechos que pasaron”, explicó José Alejandro Mozo, con un dejo de impotencia.
Más agresiones
El caso más reciente de agresión a un voceador, ocurrió hace tres días, en Tlalnepantla, Puebla, cuando acudió a vocear la noticia del linchamiento de dos presuntos ladrones detenidos en el lugar, uno de ellos muerto por la ira de la turba.
La Policía Municipal encarceló a Federico Barrientos Hernández, bajo la acusación de “estar difundiendo una noticia falsa” y ahí permaneció tres horas.
Cuestión de semántica
De acuerdo a Balbina Flores, relatora de la libertad de expresión de la CDHDF, a los casos de agresiones a voceadores no se les da el debido seguimiento, porque aún existe un debate semántico sobre la pertenencia o no de ese sector laboral a la estructura forma de los medios periodísticos.
“Es una cosa que no queda aún muy clara”, dijo. Y es que mientras para algunas organizaciones internacionales de defensa de los periodistas, los voceadores son considerados como ajenos al ejercicio periodístico, para otras instancias defensoras de derechos, “los propios voceadores se consideran como colaboradores de los medios”.
Sin embargo, para la CDHDF las agresiones a los voceadores se consideran como “daños colaterales de los atentados al libre ejercicio periodístico”, pues a final de cuentas constituye una agresión, no solo al libre ejercicio de la prensa, sino también para la libertad de expresión, por lo que la relatoría se dijo a favor de llevar un seguimiento cercano a las agresiones a los voceadores.
El silencio de los ‘gritones’
>26 de julio del 2016
Ciudad Acuña, Tamaulipas
Rafael Torres Pilo fue asesinado a puñaladas a las 7:30 de la mañana, cuando voceaba en la esquina de Obregón y Bravo.
>20 de julio del 2016
Uruapan, Michoacán
Jorge Castillo Moreno y José Luis López fueron baleados al término de su jornada en la colonia Palmira, Moreno murió en el lugar de los hechos, en tanto que López resultó herido.
>14 de enero
Fresnillo, Zacatecas
Juan Robles Lechuga fue asesinado a balazos mientras gritaba las noticias del periódico “NTR”, en la esquina de las calles García Salinas y Paseo El Mineral.
>6 de julio
Tecamachalco, Puebla
Vicente Trejo Heredia, de 29 años de edad, fue agredido por un desconocido con una escopeta mientras voceaba las noticias para el diario El Mundo. Murió.
>3 de mayo
Coatzacoalcos, Veracruz
José Gómez de la Cruz, fue encontrado muerto al interior de su domicilio. Voceaba para al menos tres periódicos locales dedicados a la difusión de la nota policiaca.
>21 de abril
Iguala, Guerrero
Alfonso Solano Torreblanca, de 30 años de edad, fue asesinado de cuatro balazos. Sus agresores le dispararon desde un vehículo en movimiento.
>20 de abril
Ciudad Victoria, Tamaulipas
Juan Antonio Garza Almazán, de 26 años de edad, fue asesinado a golpes cuando se encontraba sobre la esquina de las calles República de Chile y Bolivia, de la colonia Solidaridad.
>26 de febrero
Ometepec, GuerreroJesús Ortiz Jiménez recibió al menos 10 impactos de bala de parte de sus tres ejecutores que lo encararon cuando él se encontraba fuera de su domicilio.
Los otros perseguidos del periodismo
Son el eslabón más débil del ejercicio periodístico. Son los trabajadores de los medios de comunicación que no tienen nombre ni espacio dentro de las planas de los periódicos.
Son también -como algunos se reconocen- los “otros del periodismo”. Los voceadores, los que, paradójicamente, ante la ola de violencia que amenaza a la libertad de expresión en nuestro país, no tienen voz.
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