Pelean en el PAN por dirigencia
La derrota electoral del 1 de julio intensificó la disputa por la presidencia de Acción Nacional. Juan Carlos Romero Hicks, Carlos Medina Plascencia y Marko Cortés buscan la dirigencia panista tras la inminente salida de Damián Zepeda
Ernesto SantillánLas heridas que provocó el conflicto interno entre los militantes del Partido Acción Nacional durante el proceso electoral 2017-2018 no solamente no han cicatrizado, sino que incluso, algunas se han agravado después de los malos resultados que obtuvo el blanquiazul en los comicios del pasado 1 de julio.
En alianza con Movimiento Ciudadano y con el Partido de la Revolución Democrática, el PAN consiguió el peor resultado de su historia en una contienda por la Presidencia de la República, en la cual su candidato, Ricardo Anaya, únicamente logró obtener el 22. 27 por ciento del apoyo de los votantes, lo que equivale a cerca de 12.6 millones de sufragios; una cantidad menor que la que sumó Josefina Vázquez Mota cuando disputó el mismo cargo en 2012 y quedó en tercer lugar.
Además, Acción Nacional únicamente logró obtener dos victorias en la competencia por las nueve gubernaturas que se disputaron: Puebla y Guanajuato, quedándose con el control de trece estados en total.
En cuanto a su situación legislativa, el PAN se posicionó como la segunda fuerza política del país con 84 diputados y 24 senadores.
Ahora, conscientes de su realidad y de que el partido requiere de una reestructuración profunda, los militantes blanquiazules ya están enfrascados en otro conflicto interno, pero en esta ocasión, es para elegir al próximo dirigente nacional, quien cargará con la responsabilidad de darle vida una vez más al partido que logró sacar por primera vez al PRI de Los Pinos.
De acuerdo con los estatutos de Acción Nacional, el partido debe renovar su dirigencia nacional en el segundo semestre de este año y después de las elecciones federales que ya se llevaron a cabo.
Por lo tanto, Damián Zepeda, quien funge actualmente como dirigente nacional blanquiazul, anunció el día de ayer que dará a conocer a los comisionados nacionales la fecha para llamar a una reunión con el Consejo Nacional, la cual está prevista para la primera semana de agosto, para discutir los resultados del pasado 1 de julio y a partir de ahí elegir la Comisión Electoral para llevar a cabo la renovación de la dirigencia nacional y de los 28 estados donde también se darán cambios. Las únicas entidades que permanecerán igual hasta el 2019 son Sinaloa, Tamaulipas, Quintana Roo y Baja California.
La disputa por el poder
La división interna entre los militantes panistas y las diferentes visiones de cómo se debe reestructurar el partido han hecho muy difícil que exista consenso en cuanto al nombramiento de su próximo dirigente nacional.
Por el momento son cinco grupos distintos al interior de Acción Nacional los que se encuentran peleando para que su abanderado gane.
El primero de los grupos, es el que se encuentra conformado por los personajes más conservadores del PAN como lo son los exgobernadores y quienes en su momento respaldaron a Margarita Zavala, como lo pueden ser Alberto Cárdenas y Héctor Larios posibles contendientes a la dirigencia nacional, Fernando Canales Clariond, Luis Felipe Bravo Mena, Marco Antonio Adame, Josefina Vázquez Mota y el gobernador de Baja California, Francisco Vega.
Dentro de esta misma ala conservadora, pero respaldado por el Grupo Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, el gobernador de esa entidad, era hasta hace unos días uno de los favoritos para sustituir a Damián Zepeda, sin embargo, a través de su cuenta de Twitter informó el lunes pasado que al terminar su gestión se retirará de la política por un tiempo, por lo que ya quedó descartado. Por lo tanto a quienes impulsan ahora en su lugar son a Carlos Medina Plascencia y Juan Carlos Romero Hicks.
El segundo grupo es el que respaldó al excandidato presidencial Ricardo Anaya, quien ya dijo que no buscará regresar como dirigente del partido, pues intentará integrarse a la academia. Entre quienes conforman este sector están Santiago Creel, Damián Zepeda, Marko Cortés y la mayoría de los presidentes de los comités estatales de todo el país.
De todos ellos, el coordinador de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados (Marko Cortés), ya levantó la mano para encabezar Acción Nacional.
“Podemos perdonarnos los errores entre todos y reconocer la parte de responsabilidad que nos corresponde para poder reconstruirnos”, dijo después de dar a conocer sus intenciones.
En tercer lugar están los que apoyan a Rafael Moreno Valle y el cuarto grupo corresponde a los siete gobernadores de la Asamblea de Gobernadores del PAN: Francisco Domínguez Servién, de Querétaro y quien también podría ser otro de los posibles candidatos a dirigir el partido; Carlos Mendoza Davis de Baja California Sur; Martín Orozco de Aguascalientes y Francisco Javier Cabeza de Vaca de Tamaulipas.
El quinto grupo es el que comparte afinidades con el expresidente Felipe Calderón y en el cual se encuentran personajes como Ernesto Cordero, Jorge Luis Lavalle, la ex diputada federal Eufrosina Cruz y Roberto Gil Zuarth.
Este conjunto de personas también es el que más envuelto en polémica se encuentra, pues todos a excepción de Zuarth, están librando una batalla para evitar ser expulsados del partido después de haber orquestado un movimiento opositor contra Ricardo Anaya cuando buscaba ser el abanderado presidencial.
Al respecto, Ernesto Cordero, dijo que se siente confiado en que ganaran el juicio de impugnación que ya se encuentra en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y que luego impulsará a Roberto Gil Zuarth para ser el próximo presidente nacional del partido blanquiazul.
“Por supuesto que apoyaremos un cambio de dirigencia, que se oxigene. Hay mucha gente talentosa y Roberto Gil sería un gran dirigente y estamos en eso”, comentó Cordero.
Más allá de las diferencias entre los grupos que buscan poner al próximo dirigente nacional del partido hay un tema en el que todos coinciden y eso es que sin importar quien se convierta en el próximo presidente nacional blanquiazul, el proceso debe ser democrático, transparente y se debe consultar a todos lo militantes antes de que se tome una decisión.