Pasión de Cristo: Tradición truncada
La llegada del Covid-19 frustró la tradición de los pueblos de Cuajimalpa de representar la Pasión de Cristo, pero algunos de sus participantes ven la oportunidad de reflexionar y replantear el significado de los días santos
David MartínezLa pandemia por Covid-19 truncó por primera vez en 107 años la representación de la Pasión de Cristo en los pueblos de Cuajimalpa.
En la religión católica, la Semana Santa es una de las celebraciones más importantes porque, de acuerdo con las creencias de sus fieles, en estas fechas Jesús fue crucificado para limpiar los pecados de la humanidad.
Pero los pobladores de Cuajimalpa por primera ocasión en más de un siglo no saldrán a las calles durante los días santos a expresar su fe.
Daniel Reynosa, habitante de la demarcación, cuenta que este año extrañará la algarabía de los puestos y la vendimia que se hace en el centro de la alcaldía.
“Aquí también viene mucho extranjero y turistas, las calles están muy llenas de personas que quieren ver a los actores”, relata.
La representación de San Pedro Cuajimalpa, pueblo del centro de la alcaldía de Cuajimalpa, es la segunda más antigua después de la de Iztapalapa que tiene 176 años.
Pero a diferencia de la de Iztapalapa, que se realizará a puerta cerrada, las que se hacen en San Pedro Cuajimalpa y en otros tres pueblos de la demarcación fueron canceladas.
Más allá de la algarabía y expresar la fe de los cuajimalpenses, Daniel explica que los habitantes del centro de la alcaldía son fieles católicos y tienen un motivo muy especial para participar en todas las fechas importantes para la religión católica.
“Quienes participan en la fiesta se ganan un lugar en el panteón del pueblo. Nuestra tradición, como la de muchas comunidades, es que nos entierren. Por eso es importante participar en las fiestas y en los días santos”, indica.
La suspensión de la tradición de la Pasión de Cristo en Cuajimalpa es acorde con las medidas sanitarias de evitar reuniones de más de 50 personas para contener la propagación del coronavirus, declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 11 de marzo.
Para los pobladores, la representación es de gran importancia porque tiene 107 años de tradición y nunca se había cancelado ni cuando fue la crisis de la influenza H1N1 en 2009.
Para Leobardo López, uno de 140 actores que iba participar en San Pedro en este 2020 como Jesús de Nazareth, es triste que se cancele la representación y más cuando era su segundo año en el papel protagónico.
A diferencia de las 27 semanas santas pasadas en las que participó Leobardo en otros papeles, en esta no actuará y en su lugar orará porque la problemática del país se resuelva.
Replantear la tradición de la Pasión de Cristo
Eduardo García, representante del Grupo Semana Santa-Virgen de Dolores que se encarga de organizar la representación en el pueblo de San Mateo Tlaltenango, Cuajimalpa, afirma que existe una oportunidad de empezar de cero con la tradición de Semana Santa a partir de su cancelación este 2020.
Su comunidad es uno de los cinco pueblos originarios de Cuajimalpa junto con San Pedro, San Juan Chimalpa, San Lorenzo Acopilco y Contadero.
Se localiza atrás de la miniurbe de Santa Fe y a cinco minutos de su centro comercial.
Ya habían colocado el escenario para la representación número 30 de la comunidad, dado un adelanto económico para el audio y estaban por concluir los ensayos.
Pero el 20 de marzo, la Arquidiocésis Primada de México y las autoridades del gobierno de la alcaldía anunciaron la suspensión de concentraciones de personas por el Covid-19.
“Nosotros dijimos, la vamos a hacer porque la vamos a hacer, pero conforme se fue agravando la situación, decidimos que ya no. De los 120 actores, el 70 por ciento son niños y jóvenes, los demás adultos mayores, preferimos no exponerlos”, menciona Eduardo.
Aunque los adultos mayores vieron como algo negativo que se cancelara el viacrucis, Eduardo vio una oportunidad.
“La representación sirve para evangelizar, que la gente participe y sepa el sufrimiento de Jesús, su sacrificio, pero el turismo lo volvió entretenimiento, venir, ver y tomar pulque o cerveza, sin en realidad involucrarte o entender el mensaje”, declara.
Por ello, el próximo año empezarán de cero.
“Es una oportunidad de reflexionar y ver qué estamos haciendo mal y el año que viene hacerlo bien”, señala.
Sin gente no es lo mismo
Luis Ruiz, director del grupo Tres Cruces en el Monte Calvario, responsable de hacer el montaje de la Pasión de Cristo en el pueblo de San Juan Chimalpa, indica que había la opción de que se llevara a cabo el evento a puerta cerrada como en Iztapalapa.
Sin embargo, rechazó la posibilidad porque considera que el objetivo del viacrucis es que la gente viva y aprecie lo que padeció Jesús.
“El chiste es dar el mensaje, que te vea la gente. No es sólo subirlo a redes si vamos a hacer esto, es darle un mensaje a la gente, que lo sienta”, refiere.
Asegura que de lo contrario, actuar sin que el pueblo de Chimalpa los viera era como hacer un ensayo.
En San Juan Chimalpa iban a participar 70 personas en la representación que tiene una historia de 30 años.