Pasajero de Volaris narra ‘infierno’ en Aeropuerto de Tijuana: ‘No había agua; mi hijo no quiere volver a viajar’

Carlos Juárez exige compensación por el retraso del vuelo 822 de Volaris y hace un llamado a las autoridades para que atiendan a los afectados que estuvieron varados en el Aeropuerto Internacional de Tijuana
Roberto Hernández Roberto Hernández Publicado el
Comparte esta nota

Carlos Juárez tardó tres días en salir del Aeropuerto Internacional de Tijuana (AIT). Además de cubrir gastos para pasar esos días, vivió escasez de agua, alimentos, el abandono de las autoridades y un daño emocional que uno de sus hijos tradujo en no querer volver a viajar.

“La aerolínea no pagó nada. Teníamos nuestro vuelo el 24 de diciembre a las 3:30 de la tarde, era el vuelo 822 (de Tijuana a la Ciudad de México)”, sin embargo, pudieron salir de Baja California hasta hoy por la madrugada, tres días después, y los llevaron al Aeropuerto Internacional de Toluca.

Asegura que él, su esposa y dos menores de edad -uno de 17 años de edad y otro, de nueve- cruzaron por San Diego, a través del Cross Border Xpress, a las 12:30 horas el pasado 24 de diciembre.

“A la 1:00 de la tarde ya estaba documentando dos maletas y me dirigía la sala de abordaje, donde empezaron las inconsistencias”.

Al pasar su boleto le señalaron que no tenía sala asignada. “Cuando pasamos vimos gente sentada en el piso, durmiendo, desesperada, incluso ahí supimos que había personas que tenían en el aeropuerto desde el jueves (22 de diciembre)”.

Además, señala que la neblina no era impedimento para retrasar tanto el tiempo de los vuelos.

“Yo vi neblina estando en San Diego, pero fue el viernes, en un lapso de las cuatro de la tarde a las dos de la mañana, después de eso no hubo ninguna situación climatológica que derivara en toda la afectación de los vuelos”.

Acusan que Volaris subió a otros pasajeros

Más de 180 vuelos han sido cancelados en el AIT en el marco de las fiestas navideñas al parecer por condiciones climatológicas, sin embargo, aeropuertos de otras entidades han recibido equipaje, pero no pasajeros.

Carlos Juárez señala que documentó dos maletas, las cuales llegaron a su destino, pero él no y acusa que su vuelo sí despegó, pero con otros pasajeros.

“El vuelo sí salió de Tijuana para México, sin que nos hayan anunciado nada, porque mis maletas las recogió mi mamá ayer (26 de diciembre) en la Ciudad de México.

“Nos enteramos que gente que estaba retrasada se subió al avión después de estar haciendo presión y simplemente (personal de Volaris) metieron a otra gente a nuestro vuelo”.

Asegura que la ruta del vuelo 822 sí apareció en Flightradar24, una aplicación para monitorear el avance de los aviones.

“De hecho, en Flightradar aparece que salió con una hora de atraso y sí llegó, sin embargo, ahí declararon que venía vacío, es decir, de todas las personas que estaban documentadas nadie se subió; ahora resulta que Volaris, con todo el problema que tenía, mandó un vuelo vacío nada más con maletas.

“Las maletas viajaron, hasta donde sé en contra de todo el protocolo aéreo, porque no puede haber maleta sin pasajero en el avión”.

Escasearon alimentos y agua

Carlos Juárez afirma que a pesar de que unas 150 personas estaban a la espera de noticias, Volaris no daba información sobre el vuelo.

“La aerolínea no comentó nada, para ellos no hubo cancelación porque sí hubo un vuelo, pero lo importante es que habíamos más de 150 personas reclamando que nadie se subió al avión, pero sí llegó a la Ciudad de México.

“Otro tema importante: Se supone que si tú pierdes el vuelo te cobran por un cambio de vuelo, el boleto se da por perdido. Yo me enteré que mi vuelo oficialmente había salido a las tres de la mañana del 25 de diciembre y aproximadamente a las 5:50 de la mañana, aunque supuestamente yo había perdido el vuelo, Volaris me hizo un cambio sin costo para llegar el día de hoy (27 de diciembre).

“No hay consistencia: Me cambian el vuelo, llegan las maletas al aeropuerto de la Ciudad de México, claramente no hay vuelo, pero tampoco hay pago de los gastos. Entre mi esposa y yo gastamos más de 10 mil pesos por estar (varados) allá en Tijuana”.

Además, asegura que llegó el momento en que empezaron a hacer falta los alimentos en el interior del aeropuerto.

“Hubo momentos en los cuales no había comida ni agua, en los locales que normalmente tienen menús con seis o siete cosas tenían solamente una opción, además a precio de aeropuerto”.

Módulo de Profeco, en el abandono

Carlos Juárez asegura que las personas varadas en el aeropuerto de Tijuana le informaron que desde el pasado jueves 22 de diciembre el módulo de atención de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) estaba vacío.

“Yo estuve en el aeropuerto viernes, sábado, domingo y lunes buscando maletas, buscando todo, y había de todo menos alguien en el módulo de Profeco en el aeropuerto”.

Sin embargo, señala que a través de redes sociales, tras estar denunciando las anomalías hubo un acercamiento, pero nada que le ayudara a resolver la situación.

“En los tuits que puse me contestó Profeco que me podía acercar a ellos, que viera las políticas de la aerolínea. Una vez que eso pasó también Volaris me escribió por Twitter, pero no ha habido ninguna compensación”.

Falta de pago, la razón del retraso

El pasado 26 de diciembre, el capitán José Alonso, secretario de Prensa de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México, señaló que hubo una renuncia masiva de personal de tierra.

“Tenemos información de que trabajadores de tierra decidieron renunciar o no asistir a su trabajo de forma masiva por las condiciones contractuales que tienen: porque no están de acuerdo o no les han pagado horas extra.

“Es común entre Volaris y Vivaerobús: tienen un sindicato, no conocen ni su contrato colectivo ni a su representante sindical”.

Durante su peregrinar por las salas del aeropuerto de Tijuana, Carlos Juárez se percató que la razón de los retrasos iba más allá de las condiciones climáticas.

Además del tema del clima que pudo retrasar la operación por algunas horas, el 24 de diciembre al personal de apoyo en tierra les quedaban por pagar bonos y parte del aguinaldo y como no se las pagaron se retiró del lugar y a partir de ahí se colapsó todo”.

Señala que el problema fue básicamente para Volaris, pues no había personal de apoyo en tierra.

“Vivaerobús, al no ser una operación tan grande pudo controlar el asunto, los vuelos de Vivaerobús y Aeroméxico salieron en tiempo. No pueden atribuir el tamaño del retraso a las condiciones del clima porque las otras aerolíneas salían y llegaban y las maletas estuvieron siempre en tiempo”.

Asegura que cuando se metió la gente a las bandas, personal del aeropuerto fue quien empezó a mover todo para que se pudieran llevar a cabo las operaciones. “Pero era gente del aeropuerto, no de la aerolínea”.

Su hijo ya no quería regalos de Navidad sino volver a casa

Carlos Juárez da cuenta del daño emocional que provocó permanecer varado en el Aeropuerto Internacional de Tijuana.

“Para un niño, pasar el 24 de diciembre en el aeropuerto, esperando a Santa Claus, es muy complicado”.

Asegura que fue tanta la desesperación entre el menor de nueve años de edad que lo único que pedía era volver a casa.

“Ver a la demás gente llorando, en el piso, la verdad es que mi niño está espantado para subirse a un avión.

“Me dijo: ‘Yo ya no quiero regalos, quiero estar en mi casa. No quiero viajar nunca’”.

Por otra parte, señala que su esposa y él también pueden vivir consecuencias laborales por el retraso.

“Espero que no nos vayan a descontar los días de trabajo tanto a mi esposa como a mí por el retraso”.

Además, aún le queda el pendiente de ir por sus pertenencias a la Ciudad de México.

“En el vuelo del 27 de diciembre había pasajeros de todo. La gente ya quería salirse de Tijuana como fuera y adonde fuera. Yo ya ni siquiera volé a la CDMX, volé a Toluca”.

El cambio de aeropuerto lo perjudicó porque a pesar de que vive en Metepec, Estado de México, todas sus pertenencias están en la Ciudad de México.

“Mi auto está en la Ciudad de México, también mis maletas. Todo está allá menos yo. Aunque viva acá (en el Estado de México) mi plan no era estar acá sino en la Ciudad de México”.

Por último, hizo un llamado a las autoridades, particularmente a Profeco y a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), para atender a los afectados.

“La aerolínea no pagó nada. El tema anómalo es que supuestamente sí hubo un vuelo, pero a ese vuelo nunca le fue asignada una sala, aunque yo sí lo vi anunciado en las pantallas del aeropuerto, pero solo estuvo unos minutos, después lo borraron. No pusieron nada.

“Esto en términos de la ley de mercado de valores es un incumplimiento generalizado de sus obligaciones, es un evento relevante que ni siquiera han denotado que lo tienen que hacer público, porque esto va a generar una contingencia grande para ellos (Volaris).

“Hay muchas más afectaciones que van más allá de la gente, son negocios que están mal administrados”.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil