En sus casi 200 años de historia, el máximo tribunal constitucional del país tiene una deuda que no ha podido saldar: la participación equilibrada de hombres y mujeres en las posiciones de poder. De las 470 personas que han integrado el Poder Judicial en ese periodo, solo 13 han sido mujeres, según datos de organizaciones civiles.
Aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se fundó en marzo de 1825, fue hasta 1961 cuando una mujer ocupó el cargo de ministra: María Cristina Salmorán, quien ya antes había sido también la primera en ocupar la presidencia de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Pero a 60 años de su cargo en el Poder Judicial, el avance de la paridad de género ha sido lento. Desde entonces, únicamente otras 12 mujeres han recibido ese nombramiento. Actualmente hay ocho ministros y tres ministras en la SCJN.
Una situación que parecía avanzar en este 2021 con la vacante que en diciembre deja el ministro Fernando Franco. Sin embargo, el camino a la participación equilibrada entre hombres y mujeres tiene nuevos obstáculos.
Ley ignorada
Para cumplir con la reforma constitucional #ParidadEnTodo, que entró en vigor el 6 de junio de 2019, más de 300 organizaciones solicitaron al presidente Andrés Manuel López Obrador una terna integrada solo por mujeres que además fuera transparente con los mecanismos de evaluación.
Pero el presidente entregó el pasado 16 de noviembre al Senado una terna mixta que está conformada por Verónica de Gyvés Zárate, Loretta Ortiz Ahif y Bernardo Bátiz Vázquez, quienes además son cercanos a él o han sido propuestos #MásMujeresEnLaCorte por el mandatario federal para otros cargos.
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Checa dice que además se pedía una construcción abierta y participativa, o al menos transparente, de la terna para saber los posicionamientos que tuvo el presidente para decidir estos tres perfiles.
“Es de especial importancia en la Suprema Corte porque es una de las instituciones que tiene mayores rezagos en cuanto a la representación de las mujeres en unos espacios de toma de decisiones, a lo largo de toda su historia, casi 200 años, solamente ha habido 13 mujeres de 470”, menciona.
En riesgo
Otro de los puntos que las organizaciones destacan es que los tres perfiles seleccionados son cercanos al presidente, lo cual puede poner en riesgo la imparcialidad y el ejercicio libre de su mandato.
“Los tres perfiles tienen una cercanía reconocida con el Ejecutivo federal e incluso tienen relaciones, tienen vínculos que pueden generar sospechas sobre su independencia; y la independencia que deseamos es una de las características más relevantes de quienes van a aspirar a esta alta responsabilidad pública, entonces se siguen repitiendo estos vicios de gente leal, cercana, con actividades partidistas”, señala Checa.
“Nos parece que es una de las responsabilidades que requiere requisitos, requiere unas características distintas, no es lo mismo ser fiscal a ser ministro y en este caso parecería que no importa”, agrega.
Otra de las preocupaciones en el proceso de designación es la poca transparencia en el mecanismo de evaluación de quienes aspiran al cargo y que no se escucharon las demandas ciudadanas.
“En realidad no sabemos cuáles fueron los criterios y las motivaciones que hicieron para proponer esta terna y en realidad hay un malentendido sobre que implicaría la paridad desde su óptica (del presidente).
“Leí una declaración que hizo que por equidad me parecía que podía ser una terna donde hubiera hombres y mujeres, pero en realidad la paridad está apelando a otro tipo de problemáticas, a una discriminación estructural que sufren las mujeres en un espacio de toma de decisiones”, señala.
Al Senado
El miércoles 17 de noviembre, la Comisión de Justicia del Senado de la República aprobó el acuerdo para citar a comparecer a las personas que conforman la terna.
“Es importante que replanteemos cómo creamos un perfil idóneo que no sea afín al Poder Ejecutivo y desde ahí creo que sí sería importante que se hubiera imaginado la presentación de la terna; y segundo, se requiere que la terna hubiera sido exclusiva para mujeres, porque la paridad llegó para quedarse y para cumplirse”, explica Ana Fátima López Iturríos, del colectivo #MagistradasYa.
La abogada dice que el Poder Judicial es el que menos le interesa a la ciudadanía porque hay muchos estereotipos de género, lo que impide el reconocimiento de las mujeres.
“Creo que tiene que ver con la constante violencia simbólica, la falta de reconocimiento de juezas, de ministras, de magistradas preparadas. La resistencia de decir que no estamos listas o que nos falta o que nos hagan menos: es la esposa de, la hija… menos la mujer con función judicial que lleva carrera civil por bastantes años”, menciona.