México ha ganado varias batallas para alcanzar la igualdad de género, sin embargo, el camino por recorrer todavía es largo y sinuoso. Esta ruta se complica aún más por el crispado ambiente político que se vive en el Poder Legislativo: en cualquier momento, la agenda de género y paridad se vuelve el rehén o, peor aún, se le desecha para priorizar otros temas.
Para muestra un botón: aunque la 64 ha sido declarada la Legislatura de la Paridad, porque el Senado y San Lazaro están conformadas por la mitad de congresistas mujeres, ni las mesas directivas ni las juntas de coordinación política están presididas por ellas.
Por lo tanto, esta semana se gestó un movimiento para exigir que las mesas directivas sean presididas por congresistas mujeres.
Con el hashtag #EsTiempoDeMujeres, diputadas y senadoras de distintos partidos, diversas servidoras públicas y activistas, impulsan que sean mujeres las que sucedan en el cargo a Martí Batres y a Porfirio Muñoz Ledo, quienes presiden el Senado y la Cámara de Diputados, respectivamente.
Se trata de un esfuerzo para que la paridad se vea reflejada no solo en los números del Congreso, sino en la representación de los órganos legislativos del país.
En sus redes sociales, congresistas de varios partidos publicaron un video en el que exigen que llegue la paridad sustantiva al Legislativo mexicano.
“Es un logro histórico que el Congreso de la Unión esté conformado paritariamente. Sin embargo, en los hechos, las legisladoras siguen estando excluidas de donde verdaderamente se toman las decisiones: Exigimos Presidentas en las Mesas Directivas”, escribió Martha Tagle, diputada por Movimiento Ciudadano.
“Históricamente el Senado y la Cámara de Diputados han estado presididas por hombres. Mucho nos ha costado alcanzar la paridad en la integración de las Cámaras y ahora, #EsTiempoDeMujeres. Esa representación debe verse reflejada en la presidencia de las mesas directivas”, expuso Laura Rojas, diputada por el PAN, en sus redes.
El camino para alcanzar la paridad plena todavía debe librar muchos obstáculos. Se trata no solo de las leyes que deben acompañar a las reformas constitucionales aprobadas hace algunas semanas; hay temas que quedan pendientes y que son de suma importancia para avanzar hacia la igualdad entre hombres y mujeres.
Entre otros, los legisladores deben trabajar para garantizar el mismo acceso a cargos en el Poder Judicial, los órganos autónomos, las entidades federativas y los municipios. Además, es necesario trabajar para despenalizar el aborto; garantizar el libre ejercicio a la sexualidad; tener las mismas oportunidades laborales y salariales
Leyes prioritarias de la paridad
El 1 de septiembre próximo arrancan nuevamente los trabajos del Poder Legislativo y la agenda de paridad será una de las que más promete cambios a la sociedad mexicana.
En mayo pasado, el Congreso de la Unión aprobó una serie de modificaciones a la Constitución que consagran el derecho de las mujeres a participar en todos los espacios políticos en condiciones de igualdad con los hombres.
En esta reforma, quedó establecido que se debe respetar el principio de paridad en la conformación de los ámbitos federal, estatal y municipal.
En el caso del Poder Judicial, esta reforma estableció que la Suprema Corte de Justicia de la Nación estará conformada por ministras y ministros; y para la integración de los órganos jurisdiccionales se hará mediante concursos abiertos, donde participen el mismo número de mujeres y hombres.
Este principio de paridad de género también se aplicará en partidos políticos, órganos autónomos y cualquier otra entidad de servicio público del Ejecutivo federal, estatal y municipal.
Con estos cambios, los principios generales quedaron plasmados en la Carta Magna; el siguiente paso es trabajar en las leyes secundarias para hacerlos operativos.
Todo esto debe hacerse antes de que arranque formalmente el periodo electoral del año 2021, para que la nueva legislación pueda ser aplicada en ese proceso.
Martha Lucía Micher, senadora por Morena y presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, destaca que son cerca de 40 ordenamientos los que deben modificarse en un tiempo récord para que esta nueva reforma tenga operatividad plena.
“Tienen que venir estas leyes antes del periodo electivo y antes de que los estados comiencen a ser omisos de estas modificaciones a la Constitución. Por supuesto, tenemos que modificar varios ordenamientos, alrededor de 40; pero vamos a ir poco a poco y, eso sí, antes de que arranque el proceso electoral del 2021, que es en el 2020”, expuso Micher, en entrevista.
Para la aprobación de toda la legislación secundaria, la senadora considera que hay un ambiente propicio en lo político, pues en esta Legislatura se aprobó esta reforma que estuvo en el tintero por casi una década.
También para Kenia López Rabadán, senadora por el PAN e integrante de la Comisión por la Igualdad de Género de la Cámara alta, lo más urgente es ganarle la carrera al tiempo y concretar la legislación secundaria a la brevedad.
“Por orden, por metodología y por mandato de ley —porque tenemos solo un año para modificarlo— debe ser prioridad para todos los grupos parlamentarios y para ambos plenos, hacer consecuentes las modificaciones a la Constitución que hemos realizado”, expuso López Rabadán, en entrevista.
Los cambios a todas las leyes internas, donde se deberán establecer los mecanismos para que las mujeres puedan acceder en condiciones de paridad a las posiciones de servicio público, deberán estar aprobadas un año antes de la elección del 2021; es decir, en junio del 2020.
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El siguiente paso
Después de concretar las leyes secundarias de la paridad sustantiva, el Congreso está comprometido a avanzar en otros temas para alcanzar la igualdad total en el país.
Una de las prioridades de las congresistas, afirma Micher, es avanzar en la paridad en el Poder Judicial, uno de los sectores donde las mujeres han tenido más dificultades para ser integradas
En la legislación secundaria, uno de los cambios que vienen será el cambio en las leyes internas del Poder Judicial para garantizar que haya menos discriminación y las mujeres puedan tener mayor acceso al trabajo de impartición de justicia.
De acuerdo con cifras del 2018 del Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal, en México hay mil 429 jueces y magistrados, de los que solo 289 —el 20.2 por ciento— son mujeres. Esa misma desigualdad se observa en los máximos órganos de justicia.
En la Suprema Corte de Justicia de la Nación, solo 2 de 11 integrantes son mujeres; en el Consejo de la Judicatura Federal, solo hay 2 mujeres en un pleno de 7 miembros; y en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, también son 2 magistradas de 7 integrantes.
La reforma constitucional de mayo pasado, junto con sus leyes secundarias, son para empoderar a las mujeres en el servicio público, así que el siguiente paso —destacó López Rabadán— será empoderar también a quienes se desarrollan en el ámbito privado.
“Una vez que terminemos de generar las leyes para que las mujeres accedan al poder, lo que sigue es que las mujeres puedan tener mejores condiciones laborales y empresariales. En mi agenda es lo que sigue.
“Es necesario que las mujeres, una vez que estemos en la toma de decisiones, demos el siguiente paso. Lo que sigue es que las mujeres puedan acceder a los espacios empresariales, que esto esté garantizado desde la ley; y también que haya mejores condiciones laborales.
Esto es, mejorar tanto para empresarias como para trabajadoras”, asevera López Rabadán.
La senadora panista insiste en que, una vez que haya más mujeres en el ámbito público, será más sencillo avanzar en las otras agendas, pues desde la comprensión de los retos que se enfrentan, habrá más empatía hacia sus congéneres.
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Lista de pendientes
Para tener idea de los pasos que faltan en el país para consolidar la paridad total, el Instituto Belisario Domínguez (IBD), del Senado de la República, realizó una compilación de las reservas que senadores presentaron a la más reciente reforma constitucional en materia de género.
En su análisis “La agenda legislativa pendiente de la igualdad de género”, quedó inscrito lo faltante que, a juicio de los senadores, debió incluirse en la reforma constitucional que se aprobó en mayo pasado.
El IBD también analizó diferentes iniciativas presentadas en la Cámara de Diputados con el tema de género, con las que se garantizaría un paso más hacia la igualdad en el país.
En el caso del Senado, algunas de las propuestas fueron modificar diversos artículos de la Constitución para asegurar el acceso de las mujeres al poder.
En la bancada de Morena se propuso, por ejemplo, que se garantice el acceso al poder en las presidencias de los partidos políticos; en los poderes judiciales estatales; en las magistraturas de los tribunales agrarios; y en la titularidad de las representaciones diplomáticas de México en el exterior.
En el PAN se buscaba establecer en la Constitución que la paridad debía aplicarse también a los órganos de gobierno de la Ciudad de México; en los órganos superiores de la Secretaría de Hacienda y de otros órganos autónomos; y que se estableciera la alternancia entre mujeres y hombres en la integración de los Poderes de la Unión.
Desde el PRI se propuso crear un organismo público descentralizado y autónomo que verificara la aplicación de la paridad de género; que este principio se aplique también en los ayuntamientos con población indígena; que se alternara la presidencia de la SCJN entre mujeres y hombres; y que se garantice la paridad de género en el gabinete actual a más tardar 90 días después de la aprobación.
En las otras bancadas del Senado las reservas coincidieron, por lo que la discusión se dio en esos temas.
En la Cámara de Diputados también hay iniciativas que están en el tintero del análisis y que de igual manera marcan una ruta del rumbo a seguir en un futuro cercano.
El IBD ubica la iniciativa presentada por Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva y diputado por Morena, como la más inclusiva para el desarrollo de las mujeres de forma integral.
Esta iniciativa tiene resistencias de los grupos más conservadores del país porque se trata de una propuesta que integra elementos a la paridad sustantiva como el reconocimiento a la diversidad de las familias; a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; a la diversidad sexual; y a los derechos para las parejas del mismo sexo.
Así, la agenda de género ha logrado evadir años de resistencias que hoy la ha llevado a uno de los avances más importantes en décadas.
Los legisladores más progresistas esperan que en los próximos años, dichas resistencias sean vencidas y México pueda acercarse a la paridad total.