“El Papa morirá en 12 meses”.
Esta amenazante declaración la habría hecho el arzobispo de Palermo, Paolo Romeo, durante un viaje a China en febrero de 2012.
Aunque extraña, la frase podría haber pasado inadvertida, si no es porque la hizo precisamente… ¡hace un año!
Es decir, según los dichos del arzobispo Romeo –revelados por el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos y publicados a su vez por el periodista Pablo Ordaz, en El País– a estas fechas Joseph Ratzinger estaría cerca de su fallecimiento.
Pero no, el Papa no ha muerto. Sin embargo, decidió poner fin a su vida como representante de Dios en la Tierra.
Coincidencias, complots o intrigas, lo cierto es que el prelado de origen alemán renunció a un cargo que es otorgado solo por la gracia de Dios… y lo ha hecho en circunstancias muy especiales.
Y es que la versión oficial del mismo Benedicto XVI habla de un pontífice con un deteriorado estado de salud.
«Ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio de Pedro», dijo Su Santidad en su anuncio urbi et orbi leído desde Roma el lunes 10 de febrero.
Sin embargo, en los pasillos del Vaticano, las voces hablan de otras razones más profundas y oscuras.
Hay quienes dicen, por ejemplo, que el Papa alcanzó un grado de depresión tal, que le es imposible continuar con su labor pastoral.
Las causas podrían ser desde la pérdida exponencial de fieles en todo el mundo, hasta la corrupción al interior de la Iglesia Católica que él mismo testificó e intentó combatir.
Quizá el capítulo final fue el escándalo “Vaticanleaks” desatado tras el robo y filtración de documentos reservados del Papa, y revelados por su mayordomo Paolo Gabriele.
Otros más afirman que el espíritu reformador del pontífice alemán fue minado al enfrentarse con milenarias resistencias que se negaron a inyectarle oxígeno a la Santa Iglesia.
Pero sin duda un factor que cada vez resuena con mayor fuerza son las intrigas, las grillas vaticanas que lo desafiaron en la lucha por el control del poder.
Intrigas de sacerdotes de la alta jerarquía católica que, previendo un fin del papado, habrían empezado a mover sus influencias para apoderarse de la Basílica de San Pedro.
No por nada L’Osservatore Romano ha dicho que Ratzinger es: ”Un pastor rodeado por lobos”.
Resistencias al cambio
Por Félix Arredondo
Por más que pudiera sonar raro, precisamente por la edad, resulta que Benedicto XVI es un innovador, al menos en el campo de la teología.
Quien lea con detenimiento sus escritos pudiera sorprenderse.
Joseph Ratzinger siempre ha sido un pensador insatisfecho. Un intelectual que durante toda su vida y también a sus 86 años, a pesar de su cansancio, podría seguir proponiendo cambios que escandalizarían a cualquier teólogo conservador.
La inexistencia del “limbo”, por ejemplo, es una de esas definiciones que pudo haber provocado el enojo de “fundamentalistas”, que vieron impropio que el Papa negara su existencia y conspiraron para provocar su renuncia.
Es posible que a muchos católicos les suene ridículo. Por muchos años existió la creencia de un lugar especial, además del infierno y el cielo, al que iban los “no bautizados” a pesar de que su vida hubiese sido ejemplar.
Ellos no cabían en el Reino de los Cielos. Eran almas que no sufrían, pero tampoco gozaban de la presencia de Dios, por el puro hecho de no haber sido bautizados.
Fue en 2007, ya siendo Papa Benedicto XVI, que la Comisión Teológica Internacional, que presidió el cardenal Ratzinger, determinó que el “limbo no es una verdad dogmática”.
La propuesta de una gran reforma litúrgica de Ratzinger tendrá que esperar para ver si el nuevo Papa la impulsa.
Renuncia por motivos de vejez
Por Félix Arredondo
Llegar a los 86 años en plenitud de capacidades tanto físicas como mentales, es todavía más difícil de lograr, aún y cuando se tenga, “el favor de Dios”.
Después de los 80 años, si no es que un poco antes, lo normal es que el ser humano padezca un sinnúmero de afecciones y dolencias, con independencia de que día con día se sienta más cansado y pueda hacer menos cosas.
¿Debiera resultar increíble que un hombre de 86 años de edad, diga que ha llegado a la certeza que por su edad avanzada ya no tiene fuerzas para ejercer adecuadamente su cargo, por el puro hecho de que se trata del Papa?
Ya lo había advertido: “Se puede renunciar en un momento de paz con un simple no puedo más”, desde el 2010.
El hecho que en casi seis siglos, desde Gregorio XII en 1415, ningún Papa había renunciado a la Sede de San Pedro, pareciera que obligaría a éste y a todos los Papas, a morirse siéndolo.
Incidentes médicos
Según una nota publicada por la Agencia AP en diciembre del 2011, la gente que pasaba más tiempo con Ratzinger lo observaba mucho más débil, muy cansado para poner atención en lo que decían sus asesores.
Para entonces ya había cancelado las visitas individuales de los obispos, y en las últimas semanas de noviembre del 2010 empezó a utilizar una plataforma móvil para llegar al lugar en donde oficia misa en la Basílica de San Pedro, trayecto de 100 metros que antes hacía caminando.
Ante las preguntas de la prensa cuando el Papa empezó a utilizar la plataforma móvil para desplazarse, su vocero Federico Lombardi aseguró que no había una prescripción médica y solo querían evitar el cansancio del pontífice.
Cuando la prensa cuestionaba al reverendo Joseph Fessio sobre la salud de Ratzinger, él contestaba que de pronto se veía sumamente débil, cansando, pálido y con voz apagada y frágil. Sin embargo, después de un descanso, se mostraba vigoroso y animado.
El factor Marcial Maciel
Por Félix Arredondo
Entre las hipótesis que algunos plantean como posibles factores para la renuncia de Benedicto XVI, estaría que Joseph Ratzinger fue presionado a dejar la Santa Sede tras una conspiración de los afectados por sus decisiones sobre los obispos y sacerdotes pederastas.
Con la llegada de Ratzinger al trono de San Pedro, varios jerarcas pederastas, así como algunas organizaciones religiosas, resultaron afectados.
Uno de los casos más sonados fue el del fundador de la poderosa congregación de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, quien a pesar de las múltiples denuncias en su contra durante el papado de Juan Pablo II, seguía impune.
Y es aunque al final de su Pontificado Juan Pablo II ordenó la suspensión “A Divinis” del pederasta, no fue sino hasta que Benedicto XVI ocupó la Sede Papal, que el Vaticano condenó a Maciel.
El primero de mayo del 2010, a casi cinco años de haber asumido el pontificado, el Vaticano emitió un comunicado con el aval de Benedicto XVI que entre otras cosas señalaba que:
“Los comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales del P. Maciel, confirmados por testimonios incontestables, representan a veces auténticos delitos y revelan una vida carente de escrúpulos y de verdadero sentimiento religioso.”
La Santa Sede también resolvió que la Legión de Cristo dejara de ser gobernada por los sucesores designados por Maciel. En su lugar nombró al obispo Velasio de Paolis, quien le respondería directamente al Papa.
Con estos antecedentes, algunos suponen que los afectados por estas medidas, tanto en el caso de los Legionarios de Cristo, como en el de otros jerarcas de la Iglesia, habrían conspirado para presionar a Benedicto XVI a renunciar.
Los cardenales de Benedicto XVI
Dicen que los designios de Dios son inescrutables, pero esa teoría podría incumplirse en el cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI.
Primero, porque además de tener línea directa con el cielo, ha nombrado a 67 de los 117 cardenales menores de 80 años con derecho a voto que, sumados a los 50 designados por su antecesor Wojtyla, le dan una mayoría, conservadora, en el colegio cardenalicio.
Y segundo, el Papa dimisionario estará vivo, un caso con pocos precedentes, y que le da un mayor margen de maniobra: ya con motivo de su elección, el entonces canciller Ratzinger, prohibió a sus pares que hablaran por teléfono con la prensa.
Así que todo parecería atado, y bien atado, al menos en la Tierra, para que su sucesor al frente de la Iglesia sea el actual arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola.
Lo que será, será. Solo Dios y Ratzinger lo saben.
En total, hay 203 cardenales de 69 países. Las reglas del cónclave se modificaron en 1975 para excluir a todos los cardenales mayores de 80 años y el número máximo de cardenales electores es de 120.
Durante el próximo cónclave para elegir al sucesor de Ratzinger, habrá 117 cardenales que tienen menos de 80, y por ende con derecho a voto.
¿Quién será el elegido?
Un cambio se avecina en el liderazgo de la Iglesia Católica. Cardenales de Italia, Ghana y Canadá figuran como los favoritos, de acuerdo a expertos en el tema.
> Tarciso Bertone
Arzobispo italiano de 78 años, es secretario de Estado del Vaticano.
Fue elevado al puesto de cardenal por Juan Pablo II el 21 de octubre de 2003.
Experto en teología, fue presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 2009 propuso a la Iglesia Católica excomulgar a los narcotraficantes.
> Odilo Pedro Scherer
De ascendencia alemana, el brasileño Odilo Pedro Scherer, de 63 años, fue designado cardenal el 24 de noviembre de 2007. Actualmente es arzobispo de Sao Paulo.
Ordenado sacerdote desde 1976, estudió en la Pontificia Universidad Católica de Paraná y en la Universidad Gregoriana de Roma. Es considerado como un religioso moderado debido a su formación.
> Leonardo Sandri
Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y consejero de la Comisión Pontificia para América Latina, nació hace 69 años en Buenos Aires, Argentina.
Sandri, de ascendencia italiana, fue incluido en la baraja de cardenales papables en sus últimos meses como elegible, ya que el próximo 18 de noviembre cumplirá 70 años.
Sirvió previamente como nuncio apostólico de Venezuela y México entre 1997 y 2000.
> Peter Turkson
Actualmente es presidente del Consejo Pontífice para la Justicia y la Paz. De 64 años, nació en Wassaw Nsuta, Ghana, en una familia de madre metodista y padre católico.
Se recibió de Teología en el Seminario St. Anthony–on–Hudson, de Nueva York.
“Si Dios desea ver un hombre negro como Papa, demos gracias a Dios”, dijo Turkson en 2009. Es poliglota al dominar seis idiomas modernos y además entiende el latín y el griego.
> Marc Ouellet
Arzobispo de Quebec, Canadá, y prefecto de la Congregación de Obispos. Tiene 68 años y fue elegido cardenal por Papa Juan Pablo II el 21 de octubre de 2003. Emitió una disculpa pública por lo que el describió como los “errores del pasado de la Iglesia Católica y Romana de Quebec”, entre ellos, la promoción de actitudes antisemitas, racistas y discriminatorias contra mujeres y homosexuales.
Se proclama en contra del aborto, el cual considera injustificable, incluso en casos de violación.
> Christoph Schöenborn
Nacido en Bohemia, parte de lo que hoy es República Checa, es cardenal de la Arquidiócesis de Austria desde el 21 de febrero de 1998. De 68 años, es presidente de la Conferencia Austriaca de Obispos.
De actitud conciliadora, Schönborn argumentó que las diferencias entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa Oriental se pueden resolver si ambas olvidan su pasado conflictivo.
> Timothy Dolan
Cardenal norteamericano de 63 años, es uno de los más jóvenes posibles sustitutos de Joseph Ratzinger.
Elegido arzobispo de Nueva York el 23 de febrero de 2009, actualmente preside la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
De personalidad carismática y mediática, se le reconoce como un religioso conservador y fue incluido como una de las “100 personas más influyentes del mundo” por la revista TIME en 2012.
> Luis Antonio Tagle
Cardenal filipino investido el 24 de noviembre de 2012, nació en la capital de Manila hace 55 años. Es, junto a Timothy Dolan, uno de los candidatos más jóvenes.
Es presentador de un programa de televisión católico de Filipinas, producido por la Fundación de Comunicaciones Jesuitas, además de tener un espacio radial de pláticas motivacionales en la estación ABS-CBN.
> Angelo Scola
De 71 años, es originario de la región lombarda, al norte de Italia. Fue nombrado arzobispo de Milán por Benedicto XVI el 28 de junio de 2011.
Ocupa el rango de Cardenal Sacerdote desde el 21 de octubre de 2003, alguna vez fue rector de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
El Vaticanleaks
“No lo sé”, respondió Gianluigi Nuzzi cuando un periodista mexicano le preguntó el año pasado si la publicación de su libro Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI llevaría a la renuncia de personajes importantes de la iglesia católica.
El conductor de televisión y también autor del libro Vaticano, S.A. había tenido acceso a información reservada que afectaba al Papa, pero también a Tarcisio Bertone, secretario de Estado, número dos del Vaticano, y uno de los candidatos a sucederle.
El propio portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, que ayer anunció a la prensa la renuncia de Benedicto XVI, apodó el fenómeno “Vaticanleaks”.
Las cartas confidenciales y los memorándums entre Joseph Ratzinger y su secretario personal, Georg Gänswein, fueron filtradas al periodista supuestamente por el mayordomo del pontífice, Paolo Gabrielle.
En mayo de 2013, la gendarmería vaticana detuvo a Gabrielle por el robo de documentos confidenciales. Declaró que lo hizo por la “maldad y corrupción” que había visto.
El libro incluye, entre otros documentos, informes enviados a Benedicto XVI sobre el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y el presidente Giorgio Napolitano, además de otro sobre las acusaciones de pederastia contra Marcial Maciel y sus consecuencias en las finanzas de los Legionarios de Cristo.
El escándalo es simultáneo a filtración de documentos vaticanos a medios italianos sobre enfrentamientos entre miembros de la Curia, la preparación de un supuesto atentado contra Benedicto XVI, y la gestión del IOR, el banco vaticano.
Atínale al Papa
Por Alberto Morales
Las casas de apuestas no perdieron tiempo en comenzar la especulación sobre quién sería la siguiente cabeza de la Iglesia Católica, por supuesto sin perder la posibilidad de ganar dinero.
La empresa Paddy Power es un ejemplo de esto. Esta compañía irlandesa, que incluso cotiza en bolsa, ya tiene una línea de apuestas para el próximo cónclave de cardenales.
Los favoritos a ganar incluyen a los cardenales Peter Turkson, de Ghana, quien hasta el momento aventaja con una línea de 3/1; Marc Ouellet, de Canadá, y a Francis Arinze, de Nigeria. El cardenal de la Ciudad de México, Norberto Rivera, se encuentra en la posición número 21 en la línea de apuestas.
Entre los contendientes hay dos en particular con posibles dificultades para ganar.
El pago a la apuesta daría una cantidad muy alta: Richard Dawkins, autor de El gen egoísta, pagaría 666 veces la apuesta.
Aunque parezca ridículo si Bono, el famoso cantante de la banda U2 y filántropo, fuése elegido Papa se pagaría mil veces lo que uno apueste por él.
Lo importante es ver cómo los mercados reflejan el humor que se percibe de los cardenales que van a votar en el cónclave.
Los candidatos más probables de ganar, según las apuestas, son aquellos que algunos medios de comunicación los subrayan como tales. Será interesante ver qué tan certero es el mercado de apuestas en línea para esta elección.
Lo que viene
— 28 de febrero: Benedicto XVI deja definitivamente su cargo después del anuncio de ayer.
— Entre el 15 y el 20 de marzo: El cónclave de cardenales convocado por el Vaticano debe comenzar en esas fechas. Pueden votar los menores de 80 años, que durante el cónclave son aislados dentro de la Ciudad del Vaticano y juran secreto. Durante los días que estén “bajo llave”, se realizan dos rondas de votación por la mañana y dos por la tarde en la Capilla Sixtina.
— Días después. Benedicto repuso en 2007 la regla de la mayoría de dos tercios, revirtiendo una decisión de 1996 de su antecesor Juan Pablo II que dispuso que se podía invocar mayoría simple después de 12 días de votaciones sin decisión. Por esto, no hay un límite fijado para la elección de un nuevo Papa.
— Humo blanco. Tras quemar las boletas después de cada votación, si de la chimenea de la Capilla Sixtina sale humo negro significa que no hubo decisión. En cambio, el humo blanco quiere decir que se ha elegido Papa y que éste ha aceptado. Las campanas también anuncian la elección de un pontífice para evitar posible confusión sobre el color del humo.
— Presentación. El nuevo Papa es presentado en la galería frente a la Plaza de San Pedro con las palabras en latín “Habemus Papam” (Tenemos Papa), y el nuevo pontífice imparte su primera bendición.
Más de este tema
— El código Maciel, de Ramón Alberto Garza