[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”1_fu6v003v” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] El número de homicidios en México alcanzó su máximo histórico con más de 29 mil asesinatos en 2017 y ha sumido al país en niveles alarmantes de violencia que inciden directamente en el deterioro de la paz de acuerdo al Índice de la Paz en México 2018.
Según este informe del Instituto para la Economía y la Paz (IEP), el nivel de paz en México se redujo en un 10.7 por ciento entre 2016 y 2017, y aunque este deterioro está directamente relacionado con el aumento en la violencia, también es impulsado por otros factores como la impunidad y la poca confianza en las instituciones que proporcionan seguridad y que procuran justicia en el país.
29 mil
El elevado número de asesinatos registrados en el informe, cuya tasa promedio alcanzó los 24 homicidios por cada 100 mil habitantes, no hace sino confirmar un hecho: que el 2017 fue el año más violento del que se tenga registro en el país y esta violencia desbordada es el principal factor que incide en los bajos niveles de paz.
Para tener una referencia, el IEP ha realizado la evaluación de sus respectivos índices de paz en 163 países y México se encuentra en el lugar 142.
El estudio apunta que la corrupción, la impunidad o la ausencia de la rendición de cuentas también inciden en el deterioro en el índice de paz del país
El IEP establece en el documento que no toda la violencia registrada está directamente relacionada con el crimen organizado, y advierte que resulta igualmente alarmante que los índices de delincuencia, pero sobre todo la violencia interpersonal aumentó. Tan solo la tasa de violencia intrafamiliar aumentó un 32 por ciento en los últimos tres años según el Índice.
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Para Carlos Juárez, Director en México del IEP, los distintos modos en que se manifiesta la violencia y su impacto en los niveles de paz es una problemática que requiere un estudio desde un espectro mucho más amplio, profundo y estructural que permita hacer de la paz una acción medible y tangible que pueda llevar a una mejoría en las condiciones de vida.
“Cuando decimos cambiar el enfoque con que miramos la paz, nos referimos a pasar de una mirada que solamente atienda las manifestaciones de violencia directa y transitemos hacia una mirada más amplia donde atendamos y comprendamos las dinámicas detrás de las actitudes, las acciones, las estructuras y las instituciones que realmente la dan sustentabilidad a la paz en el largo plazo”, afirma.
Si bien el problema de la violencia es el que genera el mayor impacto en los índices de paz, el estudio también apunta hacia las causas relacionadas directamente con el incremento en los índices delictivos, sobre todo la corrupción, la impunidad, la ausencia de la rendición de cuentas y la falta de vinculación entre los integrantes de la comunidad y sus autoridades.
“Otro tema es el de restablecer la confianza. No puede haber colaboración, no puede haber participación ciudadana, si la población de este país no confía en sus autoridades y si están rotos los vínculos”
“Este panorama naturalmente nos lleva a preguntarnos si la paz es factible en nuestro país. Creemos que la paz sí es posible en México, pero para poder transitar por esta etapa oscura de nuestro país necesitamos atender las causas raíz de la violencia y necesitamos que diversos actores nos involucremos desde diversos estándares éticos asumiendo compromisos de mayor calidad”, concluye el director de IEP.
¿Cuánto cuesta la violencia?
Otro rubro destacado del informe es el apartado en donde se intenta establecer el impacto económico de la violencia en el país, que según cifras del IEP ascendió a 4.72 billones de pesos (alrededor de 250 mil millones de dólares) en 2017, una cifra que representa el 21 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
10.7%
Esta cantidad representa una cantidad ocho veces mayor que el gasto público en salud y siete veces más el monto destinado a la educación en el mismo año y como referencia, la violencia le costó en promedio más de 33 mil pesos a cada mexicano.
En contraste, el gasto gubernamental en materia de prevención y atención de consecuencias de la violencia representó apenas el 10 por ciento del impacto económico total de la violencia estimado dentro del estudio del IEP. Es decir, durante 2017 se destinaron alrededor de 493 mil millones de pesos en gastos como encarcelamiento, seguridad interna y en el sistema judicial, entre otros.
En promedio, México gasta alrededor del 1 por ciento de su PIB en materia de seguridad y en su sistema judicial, cifra que representa solo el 60 por ciento el promedio de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a pesar de que la mayoría de ellos se encuentran en mejores niveles de paz que el país.
El IEP asegura que no toda la delincuencia está relacionada con el crimen organizado, pero advierte que la violencia interpersonal aumentó
“Nos damos cuenta que necesitamos invertir mucho más en fortalecer nuestras instituciones, no podemos darnos el lujo de invertir solamente el 60 por ciento del promedio de los países de la OCDE. El mensaje es tenemos que invertir más pero sobre todo tenemos que invertir mucho mejor”, apunta Carlos Juárez, al referir un problema de eficiencia en la utilización de recursos.
36%
Durante 2017, solo 7 entidades en el país registraron una mejoría en sus niveles de paz respecto al 2016, según el estudio del IEP, y los 25 estados restantes sufrieron un deterioro, lo que también apunta hacia una creciente tendencia de desigualdad en términos de violencia y de paz en el territorio nacional.
“Esto quiere decir que el 85 por ciento de la población en el país vive en una región en donde la paz se deterioró. Esto hay que contrastarlo con la idea generalizada de que la violencia está focalizada en algunos lugares. Estamos hablando de un tema nacional de mucha relevancia”, destaca Juárez.
