Padres inician ayuno

Padres de los estudiantes de Ayotzinapa iniciaron ayer a las 19:00 horas un ayuno en el Zócalo capitalino.

La protesta, que durará 43 horas, es para exigir la aparición de sus hijos, desaparecidos tras los hechos de violencia del 26 y 27 de septiembre del año pasado.

Los padres de los normalistas tendrán hoy una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto. Han manifestado que exigirán que se reconozca la inexistencia de la “verdad oficial”.

Afuera de la Catedral Metropolitana se instaló una carpa en la que ingresaron los padres quienes llevaban unas cartulinas con los nombres de sus hijos.

En tanto, en Guerrero hubo ayer movilizaciones de estudiantes de Ayotzinapa y maestros, en las que se registraron hechos de violencia. El martes hubo 13 lesionados, 11 de ellos policías y dos estudiantes.

Los manifestantes mantienen una toma en el palacio municipal de Tixtla.

El alcalde de ese poblado, Gustavo Alcaraz, señaló que la toma del ayuntamiento por parte de manifestantes que dicen apoyar a los estudiantes de Ayotzinapa afecta el proceso de entrega-recepción del gobierno.

Alcaraz informó que los grupos movilizados llegaron de manera pacífica al ayuntamiento alrededor de las 9:00 horas y  pidieron que desalojaran las oficinas y pegaron pancartas con leyendas.

Toman carretera

Posteriormente, otro grupo tomó la carretera federal Chilpancingo-Tlapa y Chilapa ocasionando caos vehicular.

“Fue de manera pacífica, pasaron a las oficinas y nos invitaron a desalojar y ya pusieron una cartulina y se fueron a tomar la carretera de Chilapa y Chilpancingo; son un promedio de 200 personas que están haciendo todo esto y afectando a un municipio de más de 42 mil habitantes”, dijo el funcionario.

Expuso que la toma del ayuntamiento afecta el trabajo de la administración local, por lo que hizo un llamado a los manifestantes a que lo liberen. 

“No tiene caso que tomen el ayuntamiento, pedimos que nos hagan entrega por que sí nos afecta, ya que estamos en el proceso de entrega-recepción”, indicó.

La toma fue atribuida a miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).