En este enfrentamiento con el lopezobradorismo, sectores de la oposición, como el Frente Nacional Anti-AMLO que encabeza Gilberto Lozano, apuestan abiertamente a la radicalización.
Lo mismo acusando a los partidos que integran Va Por México de “vendepatrias” por oponerse a la consulta de revocación de mandato, que montando un “juicio público” en el que acusaron, y encontraron culpable, al primer mandatario por “genocidio” debido a su manejo de la pandemia.
Al margen de la espectacularidad de FRENAAA, en el pasado proceso electoral figuras como Juan Carlos Leal o Elsa Méndez buscaron alternativas a los dos grandes bloques: oficialista y opositor.
Manteniendo su discurso de hacer frente al Gobierno de López Obrador mientras buscan reemplazar a los partidos tradicionales, tildándoles de “progres”, hoy promueven la creación de una filial mexicana del ultraderechista español VOX.
En entrevista con Reporte Índigo, José Manuel Urquijo, estratega por la Universidad George Washington, señala que este tipo de alternativas, al fin populistas, surgen como respuestas a lo que el discurso del primer mandatario y su partido ha generado. Por lo que advierte de una radicalización cada vez mayor en caso de que los dirigentes de la oposición mantengan su postura antagónica.
“Si seguimos con esta confrontación directa de dimes y diretes en la que no hay un diálogo ni una forma de llegar a algo en común, de encontrarnos en lo que nos une más allá de lo que nos divide, vamos a seguir así hasta 2024 y probablemente hasta 2030, hasta que haya un golpe de péndulo como suele ocurrir y como ya ha ocurrido en otros países, por ejemplo, como Brasil”.
Sin embargo, también destaca que las alternativas que promueven carecen de peso político por el momento, señalando los pobres resultados electorales de Leal y Méndez.
“Estos grupos están quedando mucho más evidentes porque, también, son una especie de populismo que hace muchísimo ruido, así es el populismo, pero no quiere decir que sean mayoría o que sean enormes. Simplemente ahí están y se están radicalizando”, dice.
Javier Santiago Castillo, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, agrega que el problema radica en que la oposición carece de rumbo. Puesto que, mientras López Obrador puede hacer campaña a diario y Morena incluso se dio el lujo de arrancar la sucesión presidencial desde 2021, los partidos de oposición no tienen propuestas propias y, las que llegan a tener, simplemente no son conocidas, como ocurrió recientemente con su presupuesto alternativo.
“En el financiamiento a la educación, López Obrador está siendo una continuidad de los gobiernos neoliberales. Es un asunto clave: hay políticas que no han cambiado, la oposición no tiene propuestas y, si no tiene propuestas, ¿a dónde va?”