El esfuerzo del Gobierno capitalino en la estrategia de seguridad aún no da resultados positivos en el combate a la delincuencia.
Especialistas aseguran que la táctica de cuadrantes que retomó la actual administración es una buena oportunidad para mantener una relación estrecha con la ciudadanía. Sin embargo, no se está aprovechando.
Mientras que la asociación Alto al Secuestro llamó a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a mejorar las unidades especializadas y dar mejores herramientas a la Policía para combatir este ilícito, el cual aumentó 103 por ciento durante los primeros cinco meses del 2019 en comparación con el mismo periodo de 2018.
Desde la perspectiva policiaca y laboral, el tema del “salario emocional” impide a los elementos entregar todo al momento de estar en las calles y de esa forma ser más efectivos.
“Se tendría que trabajar más en el salario emocional. Los compañeros que les toca el binomio de cuadrante, en ocasiones no trabajan bien, porque solo a uno le llega el bono de cuadrante, entonces hay descontento”, afirma el policía preventivo y coordinador de la asociación Ciudadanos Uniformados, Carlos García.
García dice que el hecho de que el bono se entregue a un solo miembro del cuadrante provoca que los otros elementos no desempeñen su labor de manera óptima.
“Muchos compañeros piensan ’si a él le dan el bono, entonces que trabaje más’ y por eso muchos nada más llegan y esperan que se acabe su turno”, explica.
Policías desubicados
Los cambios de adscripción e integración de nuevos elementos también afectan las labores de seguridad.
“Si tú cambias de adscripción a un policía para que se vaya a otro cuadrante, va a una zona donde desconoce y será muy difícil que llegue a las emergencias”, detalla.
También influye el que algunos sectores policíacos son demasiado grandes y hace falta personal.
“Si se roban un vehículo en tu cuadrante, pero éste mide treinta hectáreas a la redonda, un policía no puede hacer todo. Necesitan reforzar la presencia en calles con mucho con más personal”, señala.
La cifra de policías en la capital es de 21 mil, inferior a los 30 mil que había en 2010, según datos que dio a conocer el secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta.
Reporte Índigo informó anteriormente que, según policías y especialistas, la reducción de elementos se debe que dejaron la corporación por la falta de derechos y beneficios laborales.
El especialista de México Unido Contra la Delincuencia, Juan Francisco Torres Landa, añade que aunque se prometió mayor participación de la ciudadanía en las decisiones y evaluación del trabajo policial, en la práctica esto es nulo.
“La estrategia de cuadrantes te permite mayor contacto con la ciudadanía, pero si ésta no es capaz en la práctica de evaluar el trabajo policial, se está perdiendo una oportunidad”, dice.
Pero Torres Landa afirma que es un elemento que aún no se aprovecha para generar confianza.
“Tiene que haber esquemas de comunicación, la ciudadanía tiene que estar en la facultad de evaluar y conocer cómo trabaja la policía y la fiscalía”, dice.
Además los elementos que se integran de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) y de la Auxiliar no tienen experiencia en labores de seguridad pública.
“Sabemos muy bien que ellos desempeñan funciones muy diferentes a la prevención del delito, nunca habían salido a la calle, estaban en intramuros. Es como un muchacho nuevo, no conocen la operatividad en la calle”, argumenta el oficial Carlos Martínez.
Dicho desconocimiento deriva en detenciones con errores de protocolo y posteriores liberaciones por parte del Ministerio Público.
Prevalece Impunidad
Torres Landa afirma que la actual situación de inseguridad se debe a que existe una percepción de impunidad provocada por la desconfianza en las policías y las autoridades judiciales.
“Debe haber una mayor facilidad en los procesos para denunciar e investigar. La burocracia es tan amplia que se evita que se llegue a una investigación sólida”, refiere.
En la capital hay casi 80 mil elementos de todas las corporaciones policiacas que están en trabajo de campo, pero la información que acumulan no es aprovechada porque no existe una relación directa con las fiscalías y las carpetas de investigación, dice.
Además, existe un “rompimiento” en las indagatorias porque los delitos son en primer instancia investigados por las fiscalías de las alcaldías y después por la Procuraduría General de Justicia local, lo que ocasiona una pérdida de seguimiento.
David Ramírez de Garay, especialista en Seguridad de México Evalúa, coincide en que se debe mejorar el trabajo policial a través de la información obtenida por la labor de los efectivos y evaluaciones de su desempeño.
“El tema más difícil de resolver es cómo la policía está usando esa información para combatir robo de autos y transporte público, eso no queda claro, si están tomando decisiones basadas en evidencia”, refiere.
De Garay considera que en medida de que se tomen las decisiones con base en ello, mejorará el desempeño de los policías.
Sin embargo, recalca que para evitar la impunidad también debe de eliminarse la corrupción tanto del poder judicial como la Policía.