La función de la Guardia Nacional en los estados está desdibujada luego de la desaparición de los fondos federales para la seguridad pública en el ámbito local como el Fortaseg, afirma Keyla Vargas, coordinadora de proyectos de la organización Casede.
La eliminación de estos fondos incide en un desdibujamiento de la relación entre estados y la Federación.
Casede realizó un estudio de la presencia de la Guardia Nacional en el que encontraron que con la desaparición del Fortaseg, “se elimina una fuente de recursos financieros muy importante para los estados. En cinco de las nueve entidades consideradas en el proyecto, este monto representó más del 40 por ciento de los ingresos federales dirigidos a la seguridad estatal y municipal en el 2020”.
Algunos estados han incluido en sus informes los resultados de la incidencia de la Guardia Nacional, pero en casos como la CDMX no se detalla la participación de este órgano, cuya operación sí se ve en las calles.
“Hay algunos estados donde incluir a la Guardia Nacional en las Mesas de Coordinación para la Construcción de Paz y la Seguridad de los estados fue un mecanismo exitoso para el seguimiento institucional, donde los gobernadores y los alcaldes informaban a través de sus portales policiales cómo se iba comportando la incidencia delictiva. Esto se observó claramente en el caso de Baja California, sin embargo, hay algunos otros como el Estado de México o en la propia Ciudad de México, donde no se tiene un conocimiento claro de qué tipo de actividades o por lo menos cuáles son los puntos de encuentro entre autoridades y Guardia Nacional”, detalla la experta.
La especialista afirma que las mesas de atención a la seguridad y otros son “mecanismos informales” porque no están considerados en alguna norma. La coordinación entonces en cada estado se rige de diferente manera, de acuerdo con cada una de las autoridades.
“El combate a la delincuencia organizada fue en principio uno de los temas clave para el despliegue más apresurado de la Guardia Nacional en algunas zonas del territorio, por ejemplo, en Sinaloa, en Guanajuato, en Puebla, sin embargo, como sabemos, este proceso o este involucramiento paulatino no fue tan armonioso como se esperaba” , dice Vargas.
Elementos de Guardia Nacional ‘Desconocen el terreno’
El desconocimiento de los diferentes territorios hace más difícil el trabajo de la Guardia Nacional, asegura Fabiola Nava León, investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM e integrante de Casede.
“Este factor ha impedido ver resultados claros en cuanto a los alcances de la participación de la Guardia Nacional en los ámbitos locales. En términos generales su actuación justamente parte de este desconocimiento territorial, entonces las acciones que pueden realizar son muy limitadas ya que no saben por cuáles zonas moverse y cómo llevar a cabo los operativos”, explica.
Este escenario de falta de claridad en la operación de la Guardia Nacional y de coordinación con las autoridades locales da un margen de acción muy limitado a las dependencias estatales y municipales de seguridad.
“Se empiezan a gestar diversas situaciones que de manera general, particularmente en el Estado de México, han sido atendidas con base en el encabezamiento de la Policía Municipal en los operativos y la limitación de las actuaciones de la Guardia Nacional únicamente para brindar seguridad perimetral”, explica Nava.
Estas estrategias informales de coordinación se vuelven una especie de “arreglo” que es funcional en términos prácticos, pero es muy limitado al momento de efectivamente alcanzar una coordinación amalgamada para hacer uso de todos los recursos disponibles.
Considera que la creación de la Guardia Nacional y su no tan claro proceso de institucionalización pueden llegar a subsanarse siempre y cuando se entienda que es insuficiente la fuerza policiaca local en el combate al crimen organizado.