Falta de control, opacidad y obras de baja calidad, las marcas de “La Escuela Es Nuestra”

Los miles de millones de pesos otorgados por la Secretaría de Educación Pública para el programa diseñado para la mejora de planteles han sido gastados sin mecanismos de rendición de cuentas
Daniel Flores Daniel Flores Publicado el
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Sin rendición de cuentas y en completa opacidad, comités escolares integrados por padres de familia se han beneficiado de dinero público que se les ha entregado para dar mantenimiento a las escuelas públicas en las que estudian sus hijos.

Se trata de una práctica que han adoptado decenas de comités escolares que solicitan bolsas presupuestales al Gobierno federal para paliar las deficiencias que tienen los inmuebles educativos o que se encuentran en zonas de alta marginación a nivel nacional.

A través del programa “La Escuela Es Nuestra”, cientos de escuelas públicas de educación básica han sido favorecidas con millones de pesos, los cuales son entregados a padres y madres de familias de los estudiantes, quienes, a su criterio, deciden en qué gastarlos.

Pero en la práctica, no se sabe con exactitud en qué han gastado estos recursos, pues este dinero que entrega el gobierno no está sujeto a ningún mecanismo de rendición de cuentas ni transparencia.

Reporte Índigo confirmó el desfalco a las arcas de escuelas de nivel preescolar, primaria e incluso secundaria debido a la opacidad con la que se han manejado los recursos entregados, que van desde los 90 mil pesos hasta el medio millón de pesos, de acuerdo con las necesidades de cada plantel y la matrícula.

A través de una decena de solicitudes de información presentada por este diario mediante la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) a la Secretaría de Educación Pública (SEP), se comprobó la falta de controles y mecanismos de rendición de cuentas de estas bolsas millonarias.

La dependencia reveló que no cuenta con protocolos que garanticen el buen gasto de los recursos públicos que se entregan a los planteles escolares que solicitan el apoyo económico por medio de los comités de padres de familia que se conforman.

Esta es la forma más común en que comités de padres de familia dan a conocer los gastos del presupuesto que se les otorga. Foto: Especial

Los datos proporcionados por la SEP refieren que son más de 44 mil escuelas que han recibido bolsas presupuestales que van desde los 90 mil, 100 mil, 150 mil, 200 mil, hasta el medio millón de pesos.

Este dinero ha sido entregado para resolver necesidades vitales de las escuelas como mejoramiento de infraestructura, equipamiento, o incluso remodelaciones de salones de clase que lo ameriten.

Pero en la práctica se han cometido diversas irregularidades como obras mal ejecutadas y construcciones a sobreprecio. Y es que para la entrega de recursos, cada escuela debe conformar un Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP) con padres de familia.

Las reglas de operación del programa “La Escuela es Nuestra” indican en teoría que dichos recursos deben ser transparentados en su totalidad con la finalidad de comprobar que el dinero que se entregó fue utilizado de manera correcta.

No obstante, distintos CEAP de varias escuelas en el país erogaron recursos sin comprobar gastos o, en el mejor de los casos, entregaron documentación incompleta.

Esto sin tener una consecuencia hasta el momento, pues no existe una norma que los obligue a transparentar las acciones que tomaron referente a este presupuesto.

Los datos oficiales indican que, una vez entregados los recursos públicos, no existe un proceso que verifique en qué se han utilizado. En particular, los padres de familia suelen exhibir solo fotografías y algunas facturas en un tablero de la escuela, a la vista de todos.

Una práctica que han replicado los centros educativos que han recibido dinero de la Federación es la falta de la explicación a detalle el gasto que realizaron para el mejoramiento del inmueble y el criterio para el gasto de los recursos públicos.

El caso del preescolar ‘Galación Gómez’

Situado en la colonia Peralvillo de la Ciudad de México, el inmueble que ocupa la escuela de preescolar “Galación Gómez” ha sido beneficiado con diversas bolsas presupuestales en los últimos tres años.

Aun así, se trata de un establecimiento que luce deteriorado y presenta problemas de mantenimiento. Incluso, en su fachada se logra observar que las letras que corresponden al nombre de la escuela se encuentran incompletas.

En este plantel escolar, padres de familia alertaron que el dinero asignado en el marco del programa “La Escuela Es Nuestra” fue empleado de manera irregular para renovar los pisos de las aulas y llevar a cabo diversas adecuaciones.

Enrique Hernández, quien solicitó cambiar su nombre para dar su testimonio, asiste con su hijo a este centro escolar y fue justo por medio de una junta con padres de familia en el que detectaron irregularidades en el gasto del dinero entregado por las autoridades.

Las juntas para dar a conocer las obras que se realizan con recursos públicos en las escuelas tienen baja convocatoria. Foto: Especial

“Se entregaron 85 mil pesos para el cambio de piso de dos salones y un pasillo, pero se nos informó por medio de la supervisora que se entregaron dobles facturas y se realizaron trabajos de mala calidad por el proveedor que se contrató”, externó.

El padre de familia explicó que, a pesar de que existían denuncias en contra de este proveedor por otras escuelas públicas, se decidió contratarlo, por lo que solicitó una revisión de los recibos que se entregaron por estas obras, las cuales, señala fueron ejecutadas sin ningún tipo de supervisión y de mala manera.

“En tres años la escuela no ha mejorado. Los pisos que se remodelaron ya presentan daños. Los trabajos se realizaron de mala manera y con materiales de pésima calidad. Es increíble que se hayan gastado tanto dinero en obras de este tipo”.

De acuerdo con las reglas de operación, una vez que se aprueba el recurso para una escuela, se deposita el dinero solicitado en una tarjeta electrónica, cuyo titular es un padre de familia designado. Además, se elige un comité de vigilancia y una persona ejecutora, es decir, la persona encargada de decidir cómo se gastan los recursos.

En total, el CEAP de este centro escolar reportó gastos por más de 85 mil pesos para dicha actividad; sin embargo, varios padres de familia se inconformaron con la obra, pues afirmaron que la ejecución de los trabajos fue de mala calidad, además de que se inflaron los precios.

Este diario logró acceder a las facturas que se entregaron por los proveedores que se contrataron para dichas obras de remodelación y mantenimiento, y se comprobó que los gastos que se reportaron fueron presentados dos veces.

Por ejemplo, para la compra de material de “piso de Jordania” y pegamento se erogaron más de 41 mil pesos, además otros diez mil pesos fueron gastados para la adquisición de materiales para la remodelación. Construcción que ahora presenta deterioro y tiene que ser intervenida de nueva cuenta.

En otras instituciones públicas de nivel básico sucedió lo mismo: se inflaron precios en los materiales que se compraron para realizar distintas obras que dieron solución a los problemas que presentan estos inmuebles escolares.

Dinero gastado, dinero sin pista

A pesar de las millonarias bolsas presupuestales que se han destinado a más de 44 mil escuelas de nivel básico desde la creación del programa “La Escuela es Nuestra”,  no existe una ruta de rendición de cuentas a las que se encuentren obligados tantos los padres de familia y las autoridades escolares.

Tampoco existe certeza de que los recursos depositados a los comités de padres de familia se gasten al 100 por ciento en obras de mantenimiento y en beneficio de las escuelas que así lo solicitan.

La Unidad de Transparencia y la Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP) reveló —en respuesta a varias solicitudes de transparencia— los montos que se han dirigido a todos los planteles escolares en razón al programa “La Escuela Es Nuestra” durante 2019, 2020 y 2021.

Ahí, se constató que los presupuestos ejercidos por cada escuela corresponden desde los 90 mil hasta los 500 mil pesos, según las necesidades expuestas por los CEAP y las autoridades escolares.

Aunque, la dependencia gubernamental y la dirección encargada de este programa federal no pudieron comprobar si este dinero fue utilizado para tales fines, ya que carecen de mecanismos de seguimiento para rastrear este dinero.

Por medio de las solicitudes 330026023005622 y 3300260230056255, las direcciones correspondientes de la SEP informaron que no hay información disponible que permita dar a conocer este nivel de detalle.

Reporte Índigo revisó los planteles que más recursos han recibido bajo esta modalidad y sobresalen escuelas primarias y secundarias en Oaxaca, Guerrero, Estado de México, Zacatecas y Chiapas, las cuales han repetido en entrega de recursos por varios años consecutivos.

Pese a ello, no existe documentación con la que cuente la SEP para verificar que el capital que se depositó a estos comités haya sido utilizado para dichas obras.

Para conocer cómo se han gastado los recursos y el manejo de este programa, se solicitó la postura de la SEP; no obstante, el área de Comunicación Social no brindó respuesta alguna hasta el cierre de esta edición.

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