Omar Fayad, el diplomático sin experiencia que dejará la Embajada de México en Noruega

A menos de dos meses de su nombramiento como embajador, el exgobernador busca regresar a México para obtener una senaduría, lo que es visto por especialistas como una falta de compromiso del gobierno en turno
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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El exgobernador de Hidalgo, Omar Fayad, va brincando como chapulín de puestos políticos de acuerdo a su conveniencia. Sin importar si tiene las tablas para cumplir con su encargo, ni la estela de corrupción que lo persigue, el expriísta avanza holgadamente en el tablero político nacional y ahora internacional.

El último gran brinco, lo dará próximamente luego de abandonar la Embajada de México en Noruega para buscar un escaño en el Senado de la República. Este movimiento le otorgaría fuero y lo blindaría en caso de que se arrecien las investigaciones en contra de su gestión por el desvío de varios millones de pesos, un acto de corrupción conocido como la “Estafa Siniestra”.

A pesar de haber sido “premiado” con la embajada sin tener experiencia diplomática, Fayad decidió dejar de lado el regalo.

Con más de 12 millones 964 mil mexicanos viviendo fuera del territorio nacional, los servicios diplomáticos son hoy más necesarios que nunca. Debido a ello, ha resultado crítico que algunos de los puestos más altos de la representación mexicana sean ocupados por políticos o intelectuales cuya cualificación para el trabajo no pasa una gran trayectoria diplomática.

El exgobernador de Hidalgo, Omar Fayad, es el caso más reciente de un político sin trayectoria diplomática o experiencia en política internacional en ser nombrado embajador ante el Reino de Noruega por el presidente Andrés Manuel López Obrador y ratificado por el Senado.

Sin embargo, con apenas un mes en el cargo, Fayad busca salir de Escandinavia y regresar a tierras aztecas, pero esta vez como senador de Hidalgo.

Un problema para los mexicanos en el extranjero

Para Daniel Muñoz, internacionalista y jefe de la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, la designación de personajes sin experiencia en el Servicio Exterior no es nueva ni exclusiva de México o esta administración; sin embargo, representa problemas que pueden afectar a los mexicanos en el extranjero.

En muchos países, como en México, se han designado a personajes de la cultura como representantes de un país en el exterior, eso es algo habitual que se ha generado a lo largo del siglo XX.

“También en muchos países la designación de embajadores tiene que ver con la afinidad de la persona con el gobierno en turno. El tema está en que en el caso de México, desde hace varias administraciones, el haber designado embajadores o cónsules a políticos que quieren ser premiados o separados por el régimen genera que se dé poco profesionalismo en la conducción de los asuntos de nuestro país en el exterior”, puntualiza el académico.

En opinión del catedrático, la designación de políticos sin la formación profesional necesaria para llevar a cabo misiones diplomáticas pone en riesgo la relación de México con el país receptor, a pesar del acompañamiento que estas figuras tienen por parte de los servidores de carrera.

En el caso de Omar Fayad, el problema no solo recae en la falta de méritos que el exgobernador pueda tener para representar a México en Noruega, sino también que su búsqueda de la senaduría refleja una falta de compromiso con el país escandinavo por parte del gobierno de México.

Es algo muy irresponsable. En el caso de Omar Fayad, México está quedando mal con Noruega. En primer lugar, estás mandando a un embajador que desconoce el mundo diplomático, le generas estas cartas credenciales y al poco tiempo de llegar a Noruega le avisas al gobierno que se va a retirar porque se está postulando para un cargo político.

“Al final el gobierno mexicano manda un mensaje de poco profesionalismo e improvisación. Hoy por hoy un país que quiere trascender en el ámbito internacional e insertarse de manera exitosa en el mundo tiene que profesionalizar sus relaciones internacionales, tiene que mandar a diplomáticos de carrera a ejercer estos cargos. El hecho de que sean estas personas habla mal del país y mal del gobierno en turno”, dice el académico.

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