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Ojo por ojo en Nuevo León

A Nuevo León desde hace años no le va bien en materia de seguridad, y aunque la percepción ciudadana ha mejorado, la confianza en las autoridades sigue siendo un foco de preocupación y crítica.

De acuerdo al Diagnóstico de Cultura Ciudadana del Área Metropolitana de Monterrey, esta situación ha derivado en un “crecimiento sutil de la aceptación de la justicia por mano propia, que supera por 10 puntos porcentuales el promedio internacional”.

A Nuevo León desde hace años no le va bien en materia de seguridad, y aunque la percepción ciudadana ha mejorado, la confianza en las autoridades sigue siendo un foco de preocupación y crítica.

De acuerdo al Diagnóstico de Cultura Ciudadana del Área Metropolitana de Monterrey, esta situación ha derivado en un “crecimiento sutil de la aceptación de la justicia por mano propia, que supera por 10 puntos porcentuales el promedio internacional”.

Aunque en el documento no se aportan datos de las estadísticas de otras ciudades, no fue posible comparar a la zona metropolitana de Monterrey con urbes de otro país, sin embargo, resalta el dato de que el 18 por ciento de los consultados para esta investigación estuvieron de acuerdo en que cuando un grupo de ciudadanos atrapa a un ladrón que acaba de robar, deberían de golpearlo.

Otro 14 por ciento estuvo de acuerdo en que cuando los policías atrapen a los delincuentes, deberían de matarlos.

Pero someter por justicia propia a un delincuente podría ser contraproducente, como pasó el pasado 13 de octubre, cuando dos estudiantes pasaron un día presos luego de capturar y golpear a un ladrón que entró armado con un cuchillo a su departamento.

Los estudiantes fueron identificados como Aldo Valdés Covarrubias, de 19 años, y Francisco Franco Reyes, de 21, ambos acusados de lesionar al detenido. Después fueron liberados tras rendir su declaración ante las autoridades.

El grupo de investigadores Corpovisionarios sugiere que cuando una entidad “adopta” la violencia como parte de su cultura, podría ser debido a diferentes factores, tales como crisis del sistema de justicia y altos niveles de impunidad, además de un grave deterioro del tejido social.

Según el estudio, del 100 por ciento de los delitos registrados por los encuestados, solo el 22 por ciento fueron denunciados, de los cuales el 15 por ciento están en inicio de investigación, y el 3.9 por ciento ya fueron concluidos.

Del 100 por ciento de los delitos, solo el 1.5 por ciento han sufrido una condena, lo que demuestra una clara cadena de impunidad en la zona metropolitana de Nuevo León.

La inseguridad, un dolor de muelas

Los índices respecto a temas como homicidios, extorsión, asaltos a casa-habitación y robo a mano armada siguen siendo un dolor de muela para los principales municipios de Nuevo León.

Así lo demuestra el Diagnóstico de Cultura Ciudadana del Área Metropolitana de Monterrey, realizado por Corpovisionarios, un grupo de investigadores colombianos, que en colaboración con el Consejo Cívico, realizaron el pasado mes de junio la Encuesta de Cultura Ciudadana.

“Las estadísticas de violencia y criminalidad evidencian una pronunciada curva ascendente en las tasas de homicidios intencionales que pasó de 15 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2010, a 31 en 2012, lo que constituyó el pico de violencia asociada a cárteles más grave que haya vivido Monterrey en su historia (…)”, dice la investigación, de la que Reporte Indigo tiene una copia.

El número total de homicidios en la zona metropolitana fue disminuyendo durante los años 2013 y 2014, se explica en el documento, “lo cual es atribuible a importantes medidas tomadas por las autoridades (…)”.

“(…) Para el caso de extorsión la dinámica no ha mejorado. Mientras que para el año 2010 la tasa era de 1,1 casos por casa 100 mil habitantes, para el 2012 ya alcanzaba 4,3 por la misma cantidad. El fenómeno siguió en aumento y para el año 2014, cerró con ocho casos por cada 100 mil habitantes”.

La investigación enfatiza que desde la perspectiva de los ciudadanos, los números revelan que al menos cerca de la mitad de los habitantes de la zona metropolitana han sido víctima de algunos de los delitos anteriormente mencionados en el presente año.

El INEGI tiene registrado un total de 3 millones 930 mil 504 habitantes en dicha localidad, al menos durante el año 2010, cuando se realizó el último censo de población en la entidad.

Los principales delitos registrados son el de atraco en la calle, robo en la residencia, robo en establecimientos, robo de vehículos y la agresión física.

Los delitos menos registrados en el periodo 2010-2015, son los de robo en transporte público y el de delitos sexuales (incluyendo exhibicionismo). 

 

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