Obstáculos para los libros de texto gratuitos de la SEP

En redes sociales existe un debate respecto a la creación de los libros de textos gratuitos, pues hay quienes consideran que el contenido surgió de posiciones ideológicas sin considerar las ciencias del aprendizaje
Linaloe R. Flores Linaloe R. Flores Publicado el
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El destino de los libros de texto gratuitos para el ciclo escolar 2023-2024 continúa en un limbo jurídico.

La noche del viernes 2 de junio, la Secretaría de Educación Pública, informó que fue notificada por el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa sobre un requerimiento para informar acerca del cumplimiento de la suspensión definitiva otorgada a la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).

Ese amparo, otorgado el 24 de mayo, condicionó la impresión y distribución de los libros a que las autoridades educativas verificaran que el contenido coincidiera con los planes de estudio y garantizaran la intervención de los gobiernos estatales, así como de especialistas.

En entrevista para Reporte Índigo, Israel Sánchez Martínez, presidente en funciones de la organización, explica por qué se llegó a la decisión de promover este recurso jurídico.

“Después de meses de pedir el contenido de los libros, solicitamos el amparo con el objetivo de que se cumpliera la ley. Y que estos libros, por lo menos, estuvieran adecuados a los planes y programas.

“Fuimos muy cuidadosos del proceso, pero aun así, no tuvimos respuesta. Por eso le pedimos a un tribunal que analizara el caso y pues, bueno, que procediera …  Pero la suspensión no significa que no se entreguen los libros, sino que se le dice a la autoridad que entregue libros de texto apegados a planes y programas que deben estar autorizados”.

En marzo, en internet apareció contenido filtrado de los libros de primero y segundo de primaria.

Pudo leerse que había ejercicios sobre diversidad cultural, seguridad digital, nutrición, gestión de las emociones, cuidado de la salud y ambiente, herramientas en contra del acoso escolar y enseñanzas del habla popular.

En las redes sociales se suscitó un debate por la suposición de que se partió de posiciones ideológicas sin considerar las ciencias del aprendizaje.

La mañana del 27 de marzo, en su conferencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador, defendió el contenido de los nuevos libros.

“Ahora ya hasta hay una polémica por los nuevos libros de texto porque no quieren que se incorpore el habla de los pueblos, quieren que todos hablemos con tecnicismos. México es un mosaico cultural y la lengua, pues tiene que ver con las raíces de las culturas antiguas”, expresó el jefe del Ejecutivo.

Por su parte, el presidente en funciones de la UNPF, dice que es cierto lo del contenido, pero el problema, es que hasta el día de hoy no hay una manera de cómo consultar los libros.

“Hemos preguntado en las 47 sedes (de la UNPF) del país si alguien ha tenido acceso a los libros, y no, nadie lo tiene”.

El costo del próximo ciclo

Mientras el litigio continúa, el proceso para imprimir libros para el ciclo escolar 2023-2024 avanza y suma 870 millones 926 mil 994 pesos.

Hay 23 contratos vigentes que concluirán el 31 de diciembre de este año para imprimir libros de primaria, preescolar, telesecundaria y el Programa Nacional de Inglés.

Desde diciembre del año pasado, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg), organismo a cargo, firmó 785 millones 66 mil 650 pesos con 12 empresas para que imprimieran los libros para primaria.

Se trata de las firmas Imprecorme S.A. de C.V., Impregráfica Digital S.A. de C.V., Lyon AG S.A. de C.V., Consorcio Gráfico Ajusto SAPI de C.V., Corporación en servicios Integrales de Asesoría Profesional S.A. de C.V., Grupo Gráfico Editorial S.A. de C.V., Reproducciones Fotomecánicas S.A. de C.V., Compañía Editorial Ultra S.A. de C.V., Activos Gráficos S de RL de CV, Infagon Web S.A de C.V, Print LSC Communications S de RL de CV y Servicios Profesionales de Impresión S.A. de C.V.

El mayor de estos contratos fue por 165 millones 179 mil 320 pesos y lo tuvo Compañía Editorial Ultra S.A. de C.V.

El menor se signó por 1 millón 435 mil 200 pesos con Activos Gráficos S. de R.L. de C.V. Además, para esas licitaciones se contrató como testigo social a Gobernanza, Desarrollo y Transparencia Institucional A.C. por 438 mil 763 pesos.

Este año las contrataciones para la impresión de los libros para el ciclo 2023-2024 continuaron.

Se mandó a imprimir el material para preescolar, telesecundaria, el Programa Nacional de Inglés, lo que suma hasta el momento 85 millones 421 mil 581 pesos.

Para el pasado ciclo –el de 2022-2023– se firmaron más de 736 contratos y se gastaron más de mil 300 millones de pesos.

Mientras, en el acuerdo dado a conocer por el Consejo de la Judicatura Federal, se lee lo siguiente:

“De no haberse observado las reglas en comento para la aprobación de planes y programas y Libros de Texto Gratuitos, se suspende la impresión y entrega de los libros de texto para el ciclo escolar 2023-2024, y se abstengan de continuar con su edición e impresión, hasta en tanto se haya observado el procedimiento respectivo previsto en la ley para la determinación de dichos planes”.

Las polémicas

Hace 64 años, el entonces secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, entregó el primer libro de texto gratuito.

Lo recibió María Isabel Cárdenas Ruiz, entonces alumna de primer grado de la primaria rural Cuauhtémoc, en El Saucito, San Luis Potosí.

Con este acto se inauguraban los trabajos de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), creada por decreto emitido por el entonces presidente Adolfo López Mateos.

El gobierno se proponía aniquilar el analfabetismo en la población de más de 15 años que superaba el 44 por ciento en ese entonces.

Por lo que se propuso llevarle libros a estudiantes de primaria, secundaria, telesecundaria, el sistema Braille y la educación indígena.

La controversia ha marcado, desde hace seis décadas, la historia de de los libros de texto gratuitos, provocando que el combate del analfabetismo, uno de los objetivos de esta política pública, aún no se gane. Foto: Especial
La controversia ha marcado, desde hace seis décadas, la historia de de los libros de texto gratuitos, provocando que el combate del analfabetismo, uno de los objetivos de esta política pública, aún no se gane. Foto: Especial

Desde la impresión de la primera edición, el contenido generó polémicas y controversias en cuyo centro estuvo la Unión Nacional de Padres de Familia.

En 1959, la organización se opuso a una política educativa derivada del Plan de Once Años, un proyecto impulsado por Jaime Torres Bodet para mejorar la educación primaria basado en el principio de equidad social.

Durante el Gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) la crítica fue dirigida al libro de Ciencias Naturales por su contenido de educación social. También al de Ciencias Sociales por considerarlo a favor del socialismo.

En 2009, justo en el cincuentenario del libro de texto gratuito, surgieron otras polémicas.

El de Historia no incluyó en su contenido la conquista de México y los 300 años de colonialismo, lo que generó críticas de las universidades.

Pero los de Matemáticas tuvieron un proceso más drástico: fueron retirados porque se imprimieron con fallas.

Los libros de texto gratuito no han logrado acabar con el analfabetismo en México que hasta 2020 afectaba al 4.7 por ciento de la población mayor de 15 años, lo que equivale a 4 millones 456 mil 431 personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Actualmente, cuatro de cada 100 hombres y seis de cada 100 mujeres de 15 años y más no saben leer ni escribir.

Producción a la baja

Mientras se vive un rezago educativo después del confinamiento por la pandemia de COVID-19 y un proceso jurídico por el ciclo escolar 2022-2023, la planta modelo de Querétaro de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) trabaja a 35 por ciento de su capacidad.

El desgaste de la maquinaria en ese centro industrial ocasionó que la producción editorial disminuyera hasta en 80 por ciento estos últimos años, según la revisión de la cuenta pública de 2021 de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Pese a un diagnóstico interno y un aumento de 58 por ciento en su presupuesto que pasó de mil 968 a 3 mil 108 millones de pesos, la Comisión no emprendió ningún plan de modernización del equipo y maquinaria de la planta que está instalada en Querétaro, según el órgano fiscalizador en su informe.

La planta industrial de la Conaliteg en Querétaro padece un desgaste en sus máquinas que hizo que la capacidad de producción descendiera hasta en 80 por ciento. Foto: Especial
La planta industrial de la Conaliteg en Querétaro padece un desgaste en sus máquinas que hizo que la capacidad de producción descendiera hasta en 80 por ciento. Foto: Especial

Esa planta de la Conaliteg fue inaugurada en 1998 por el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León. Ese año, la obligación de producción para el Estado mexicano de libros de texto gratuitos descendió de 80 por ciento en 1982 a 14 por ciento.

Pero la planta de Querétaro cada vez contribuye menos con el tiraje de libros de texto gratuitos.

La ASF reportó que la meta de producción de la Conaliteg para 2021 fue superada, pero de los 183 millones ejemplares elaborados, en ese centro apenas se produjo el 2.9 por ciento, mientras que el 97.1 por ciento se logró con empresas externas.

De acuerdo con una localización de contratos en Compranet, entre 2019 y 2023, en cada ciclo escolar, la Conaliteg ha firmado en promedio 700 contratos por mil 300 millones de pesos con empresas impresoras externas.

Con todo, la Auditoría asentó que esta política pública debe continuar y perfeccionarse.

A la Cámara de Diputados le propuso establecer en la Ley General de Educación que las autoridades dispongan de “procedimientos que sustenten la distribución oportuna, completa, amplia y eficiente de los libros de texto gratuitos”.

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