La huella de abusos en México por parte de la secta NXIVM y Keith Raniere es profunda y dolorosa, mientras que la lista de mujeres que fueron víctima no tiene fin.
Este sábado ‘ El País’ publicó una entrevista con algunas de sus víctimas, entre ellas, Paulina, una mexicana que contó a través de su historia la forma escalofriante de los abusos cometidos por Keith Raniere.
“Quiero platicarte algo, pero es sumamente secreto”, comenzaban las primeras líneas.
De acuerdo con la narración Paulina quedo plasmada esperando las palabras que seguirían luego de que su compañera de 39 le dijera que la iba a ayudar, pero que ella ‘sería su esclava‘.
Paulina aceptó, recuerda, después de esas palabras las secuelas permanecieron en su vida, pues pudo darse cuenta que la secta de Keith Raniere, destruyó muchas más vidas de las que podía imaginar.
Ella junto con su ‘ama‘, habían estado durante años en NXIVM (Nexium), la secta de Keith Raniere, un falso gurú de la superación personal que fue declarado culpable el pasado 19 de junio.
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Raniere fue imputado por los delitos de tráfico de personas, explotación sexual, posesión de pornografía infantil y extorsión, pero la gran discusión fue las secuelas imborrables que había dejado en territorio mexicano.
DOS, era el grupo al que fue invitada Paulina, un harén secreto con decenas de esclavas sexuales que eran sometidas a dietas extremas y a las que marcaban como si fueran animales, comparte ‘El País’, dicha secta, contaba con una base de seguidores ricos, poderosos y dispuestos a mentir para cubrir los abusos.
De acuerdo con el diario español y lo narrado por la joven, Paulina perteneció a la sucursal de San Pedro Garza García, en el área metropolitana de Monterrey, uno de los bastiones del grupo y primer centro en México.
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Lo que llevó a Paulina a pertenecer al grupo, fue lo que a muchas jóvenes mexicanas las hace encaminarse por las rutas equivocadas y poner en riesgo su vida, pues NXIVM era para Paulina una salida a una situación desesperada, que pagarían con algo más que dinero.
“Me pidieron que entregara fotos desnuda y lo hice”, confiesa. Debía, además, mandar cada mañana un mensaje de texto a su ama: “Good morning, master”. Si no lo hacía, había “consecuencias”. “Era básicamente un castigo físico, algo que te doliera pero que no te hiciera daño”, explica Paulina a ‘El País’.
La joven mexicana también debía portar una cadena que le recordara todo el tiempo que tenía una “ama” y hacerse un hot stamping, una especie de tatuaje, que sin anestesia, la marcaba por encima de la vagina con la iniciales de Raniere.
Tras la captura de Raniere, en marzo de 2018 y aunque al principio, los más fieles salían a defenderlo al final se quedó solo.
“No puedes hablar de esto con nadie, ni en tu lecho de muerte”, le hizo prometer su amiga a Paulina. “Te voy a ayudar a que alcances tus metas, a tener la vida que quieras”. Solo había una condición. “Ella sería mi ama y yo su esclava”, recuerda: “Acepté” https://t.co/yM1lbZIZ5M
— EL PAÍS (@el_pais) 6 de julio de 2019
