Nuevo León sin protocolos para la protección del oso negro americano

Ante el constante y creciente avistamiento de osos negros en zonas urbanas, las autoridades de Nuevo León no han buscado estrategias para gestionar estas incursiones, lo que ha derivado en el aniquilamiento de ejemplares de esta especie en peligro de extinción 
Ricardo Alanís Carreón Ricardo Alanís Carreón Publicado el
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Mientras que el ser humano teme un ataque de osos al tener encuentros imprevistos, en realidad el riesgo es totalmente para los plantígrados, los cuales, cada vez con mayor frecuencia, recurren a la Zona Metropolitana de Monterrey en busca de agua y alimento.

Y es que, aunque se requeriría de mayor información para poder plantear una estrategia que disminuya el peligro de muerte para el oso negro americano al reducir estas visitas a la ciudad, la autoridad carece de estrategias y manejo adecuados para el cuidado de esta especie en riesgo de extinción.

En los últimos años, se han producido 127 capturas de osos por parte de diversas autoridades, pero principalmente por elementos de la Dirección de Parques y Vida Silvestre.

Humanos al acecho

Héctor Castillo Olivares, diputado federal por Nuevo León, planteó un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para proteger al oso negro americano ante el peligro que corre esta especie al estar cada vez más presente en la ZMM.

“El comportamiento del oso negro americano ha cambiado debido a la deforestación que existe, vemos la escasez de agua, el cambio de hábitos de alimentos de estas especies por estas condiciones, cómo la mancha urbana va ocupando el hábitat que tienen. Incluso para la captura han detectado que son trampas hechizas, que a veces no tendrían un protocolo o una cuestión adecuada para la conservación de esta especie.

“Debido al impacto que ha tenido la Sierra Madre, lo capturan aquí y resulta que lo sueltan en la Sierra de Picachos, resulta que lo sueltan en otra sierra donde no es su hábitat, donde no es su ecosistema; muchas de las asociaciones civiles nos decían que en ocasiones a esos mismos osos los atropellaban en el transcurso de querer regresar a su hábitat, y esto hace que no tengamos un protocolo adecuado de actuación de estas especies”, comentó el legislador.

En los últimos años y a causa de la sequía, en Monterrey y en municipios que colindan con la Sierra Madre, como es también el caso de Santa Catarina y San Pedro Garza García, son cada vez más frecuentes los avistamientos de osos, o las visitas de los plantígrados a la zona urbana.

Este cambio etológico o de comportamiento en los osos se convirtió ya en una problemática creciente ocasionada por factores como la deforestación, la escasez de agua y de alimento en su hábitat, la cacería furtiva, el tratamiento inadecuado de residuos sólidos, el crecimiento desordenado de la mancha urbana y el modelo reactivo de educación ambiental, entre otros.

Los ejemplos han sido decenas, que se han publicado en distintos medios de comunicación, mediante videos, donde se observa a los osos invadiendo residencias para bañarse en albercas, irrumpir en fiestas, a donde acuden para robar carne asada o comida, o incluso interrumpiendo ceremonias, como ocurrió en noviembre del año pasado en el Parque Ecológico Chipinque.

Estrategia fallida

También se han observado transitando por calles y avenidas, o hurgando en botes de basura en busca de alimento.

Esta situación, además del maltrato del humano, que junto con el mal manejo de Parques y Vida Silvestre, han generado varias muertes de osos, algunos documentados por medios de comunicación.

En los últimos años se tiene registrada la captura de al menos 127 ejemplares, trasladados por autoridades locales de Nuevo León a lugares lejanos para que no molesten a los habitantes que han invadido su espacio, sin embargo, estas acciones en muchos de los casos ocasionaron la muerte de los osos, luego de que al ser liberados terminan atropellados en las carreteras o desaparecidos o regalados a zoológicos, ya que además, el Gobierno de Nuevo León no cuenta con un censo real.

Humano vs. oso negro

Aunque los incidentes entre humanos y osos negros cada vez son más comunes, algunos de ellos resaltan pues los animales han sido víctimas directas del hombre.

El 8 de junio de 2023 un oso murió atropellado en la Carretera Nacional a la altura de Congregación Calles, en el municipio de Montemorelos, al sur de Nuevo León.

Algunos meses antes, el 23 de noviembre de 2022, otro oso murió tras ser atropellado por un vehículo desconocido en la carretera a Monterrey. El hecho sucedió a la altura del kilómetro 60, en el municipio de Doctor González.

Apenas un mes antes, el 18 de octubre de 2022, otro plantígrado fue atropellado en la carretera Monterrey-Hidalgo, a la altura del kilómetro 11 en el municipio de El Carmen. Elementos de Protección Civil de Nuevo León acudieron para brindar auxilio al animal, que fue herido en las patas traseras.

En diciembre de 2020, un oso negro murió después de ser atropellado en el municipio de Sabinas Hidalgo, a la altura del kilómetro 85 de la carretera Monterrey–Nuevo Laredo, cerca del basurero municipal.

Otro de estos incidentes ocurrió sobre la Carretera Nacional, en el municipio de Allende, en el que trataba un osezno que intentaba cruzar la carretera fue impactado por un vehículo a la altura de la comunidad de Las Cruces el 1 de junio de 2020.

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