Nuevo León sin agua: 47 de 51 municipios experimentan sequía

Calor extremo, falta de lluvia y mal manejo de la infraestructura del suministro de agua han generado que 47 de los 51 municipios de Nuevo León experimenten algún grado de sequía
Miguel Fortozo Miguel Fortozo Publicado el
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A pesar de que Samuel García, gobernador de Nuevo León, haya afirmado en repetidas ocasiones que su gobierno logró duplicar el abasto de agua en la entidad, la realidad que vive la ciudadanía es mucho más “seca”…y sigue agravándose.

El estado enfrenta un panorama sumamente complicado en cuanto al suministro de agua potable; en los dos últimos años (2022 y 2023), las sequías en la región han sido intensas y prolongadas, obligando, incluso, a declarar la emergencia por los escasos niveles del líquido disponible en las presas.

Este año, sin embargo, la situación parece ser aún más apremiante.

De acuerdo con un monitoreo realizado en enero por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 47 de los 51 municipios de Nuevo León se encuentran en diferentes fases de sequía: a 24 se les consideraba en sequía anormal, 19 se ubicaban en moderada, dos llegaron a severa y otros dos, Iturbide y Aramberri, fueron clasificados en sequía extrema.

Si el panorama ya era preocupante, esta edición del reporte, elaborada en abril, evidenció la verdadera magnitud del problema para la próxima temporada veraniega.

Nuevo León pasó, en solo tres meses, de tener dos municipios en condiciones de sequía severa a contar con 33, esto sin que Conagua revelará en breve los territorios que se unieron a dicha clasificación, lista en la que sólo figuran de forma oficial China, Galeana, Montemorelos, General Terán y Linares.

Mientras tanto, en el preocupante rubro de sequía extrema, Zaragoza se unió a Iturbide y Aramberri para contabilizar tres territorios de Nuevo León en el máximo nivel de alarma.

Aunque desde 2020 se detectaba que al menos 29 municipios de Nuevo León presentaban algún grado de sequía, la entidad nunca había tenido territorios que fueran ubicados en la categoría de sequía extrema, en toda su historia.

Una sequía en crecimiento

Anteriormente, las sequías no alertaban a las autoridades ni a la población debido a que el problema era comúnmente resuelto en temporada de lluvias; esto, sin embargo, cambió el año pasado, en el que se registró el menor almacenamiento de agua por precipitaciones desde hace más de doce años.

Conagua no es optimista en torno al 2024: se espera que durante los siguientes tres meses; mayo, junio y julio, la probabilidad de lluvia en la región se ubique por debajo del promedio acostumbrado, dato confirmado por Luis Carlos Alatorre, director regional del organismo.

El funcionario afirmó que durante estos meses se registrará un 30 por ciento menos de lluvia en la región, por lo que exhortó a la ciudadanía a moderar su consumo de agua.

A ello debe agregarse el rigor del termómetro en la región; de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, 2023 fue un año  con un récord en temperaturas extremas, superando el promedio máximo histórico de calor en la entidad.

Sin embargo, durante los primeros cuatro meses de 2024, las temperaturas que se dejaron sentir en Nuevo León registraron un promedio todavía más alto, augurando una temporada con un clima extremadamente caluroso para la ciudadanía.

Un gobierno desenfocado

De acuerdo con un reporte del INEGI, las persistentes sequías de los últimos años han provocado una pérdida de hasta el 97 por ciento de la producción agrícola en Nuevo León, el promedio más alto de todo el país.

En estas mismas regiones, los pobladores que sufren de primera mano las temperaturas más extremas jamás registradas en la entidad, denuncian el poco acceso que tienen al agua potable.

“A quien corresponda, sea Agua y Drenaje o el gobernador, o alguien que me esté escuchando: este es el agua que no vamos a tomar, el agua que tomamos y con la que bañamos a nuestros hijos para que vayan a la escuela; el agua está cochina y sucia, como si fuera del drenaje de Monterrey (…) Al gobernador Samuel García: le invitamos a tomar agua del ejido ‘Las Palomas’”, denunció un habitante del municipio de Mier y Noriega a través de una video publicado en redes sociales, mismo que evidencia las pésimas condiciones del líquido en la región.

En un recorrido realizado por Reporte Índigo, se pudo constatar que los municipios del estado que atraviesan por lo que la Conagua califica como sequía severa, sufren una situación parecida a la de Mier y Noriega en cuanto a sus fuentes de agua potable.

Tal es el caso del municipio de Hidalgo, en donde los vecinos de la colonia La Crescencio reportan constantes cortes en el suministro, así como una tonalidad turbia en el recurso, mismo que sale a cuenta gotas a través de los grifos, a pesar de la existencia de un tinaco elevado que, a dos cuadras del lugar, parece estar de mero adorno.

La misma situación se presenta en el vecino municipio de Mina, en donde el 70 por ciento de la población sufre cortes de agua; irónicamente, en el mismo lugar puede observarse maquinaria abandonada que, desde hace tres años, dejó inconclusa la instalación de un tanque de almacenamiento.

A escasos 5 kilómetros se encuentra el Acueducto Mina 1, de Agua y Drenaje de Monterrey, mismo que abastece a la región del Valle de las Salinas y parte de la Zona Metropolitana.

A pesar de contar con 27 pozos de agua, el organismo menciona que sólo 21 de ellos se encuentran en funcionamiento, ya que la prioridad es abastecer al área metropolitana por encima de los municipios rurales.

Entre bajos niveles de almacenamiento en las presas, lluvias insuficientes, temperaturas extremas y autoridades más enfocadas en temas electorales que en garantizarle agua potable a la población, el “Día Cero” para Nuevo León se ve más cerca que nunca.

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