Nuevo León recibe ola migrante venezolana

La crisis económica y política de Venezuela provocó la huida masiva de su población, lo que ha derivado en que migrantes de esta nacionalidad sean los que más abundan en México, y específicamente, en Nuevo León
Ricardo Alanís Carreón Ricardo Alanís Carreón Publicado el
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De acuerdo con información de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Casa Indi y Casanicolás, organismos religiosos que dan albergue gratuito a las personas en tránsito, los migrantes provenientes de Venezuela son la población extranjera más numerosa en Nuevo León.

Según los cálculos de estas asociaciones, uno de cada cuatro migrantes que llegan a la entidad son venezolanos, además de que la mayoría peregrina en familia.

La OIM menciona, basados en datos de 2022, que 444 mil 439 migrantes  ingresaron al país ese año, de los cuales 97 mil eran venezolanos, mientras en segundo lugar en migración lo ocupó Honduras con 72 mil migrantes, siguiendo Guatemala con 69 mil personas; el resto provenían de países como El Salvador, Nicaragua, Colombia, Haití y Cuba, entre otros.

Debido a que diariamente arriban migrantes al estado, y a que la mayoría de ellos ingresan de manera ilegal, las cifras no son precisas, sin embargo, Casa Indi y Casanicolás estiman que los venezolanos constituyen entre el 50 y 80 por ciento de los viajantes hacia Estados Unidos.

“Según los últimos reportes, el 30 por ciento de los venezolanos ya abandonó el país, hablamos de siete millones de venezolanos, rumbo a Chile, rumbo a Brasil, a Colombia, a otros países, pero ahora están jalándose a este lado, pasando por México, por Monterrey por supuesto y es preocupante porque el rostro de la migración cambió totalmente, ya no son los grupos de migrantes jóvenes que venían en caravanas; ahora son familias completas, son mujeres, niños y niños hasta de brazos”, dijo José Jaime Salinas, administrador de Casa Indi.

Un factor que influye a favor de los venezolanos, pero también a los nicaragüenses y cubanos, según monseñor Luis Eduardo Villarreal, titular de Casanicolás, es que Estados Unidos, a causa de los conflictos políticos en estas naciones, no deporta directamente a los migrantes ilegales que proceden de estos sitios, lo que deriva en que, al cruzar, tienen más posibilidad de recibir asilo.

“Venezuela ahorita lleva mano en el número de personas que pasan por aquí por Nuevo León y que pueblan los albergues. Una familia es también una condición que facilita el asilo por el interés superior del menor”, dijo Villarreal.

Desde 2017, la migración con destino inicial hacia los Estados Unidos creció, no obstante, ante las dificultades que representa viajar miles de kilómetros, gran cantidad de personas y familias decidieron quedarse a vivir en México, con mayor frecuencia, en entidades como Nuevo León debido a la oferta de trabajo, aunque, de acuerdo con Casa Indi, los migrantes consideran que les ofrecen poca paga en la entidad.

Los albergues

Para los organismos civiles y religiosos que ofrecen albergue gratuito, es difícil dar la asistencia debida a los migrantes, ya que además de los gastos que representa, como en Casa Indi, que sin donativos requerirían de más de medio millón de pesos para su funcionamiento, se suman los conflictos que ocurren al interior de estos espacios.

Por ello, en algunos de los casos optan por separar a mujeres y niños en algunos albergues y a los hombres en otros:

“Mantener a 50, 100 familias en un edificio, es de llamarle a la policía en 24 horas, siempre hay problemas, que yo soy de Venezuela, que yo de Honduras, que mi hijo, que mi señora celosa; mantener 100 familias en un edificio es la locura, es muy difícil de controlar”, explicó José Jaime Salinas.

El sacrificio venezolano

Caminar más de cuatro mil kilómetros, atravesar adversidades como cruzar la selva de Darién en Panamá, las inclemencias del tiempo, los días sin comer, entre otras vicisitudes, son las dificultades que los venezolanos enfrentan para llegar a Nuevo León, con la esperanza de alcanzar el sueño americano.

Yoli Quintero, oriunda de Valencia, en el estado de Carabobo, es ingeniera y maestra de primaria, a pesar de tener dos profesiones, en su país solamente tenía el empleo en una escuela, donde por dar clases recibía el equivalente a 7 dólares mensuales, por ello optó por migrar hacia Estados Unidos, junto con su esposo y su hija. Actualmente se encuentra albergada en Casanicolás a la espera de una cita con las autoridades estadounidenses a través de la aplicación CPB One.

“Nunca pensábamos que íbamos a dar este paso, por el futuro de mi hija, por el futuro de nosotros mismos, porque somos personas de 30 y pico de años, nosotros todavía tenemos fuerza como para continuar, pero es una travesía que no todo el mundo se arriesga a hacerla”, dijo Quintero.

Luis Alberto Villarreal hizo hincapié en los riesgos que corren los venezolanos, principalmente al cruzar por la selva de Darién.

“Sobre todo la frontera de Colombia con Panamá, el llamado Tapón del Darién, es extremadamente peligroso, un riesgo enorme por diversos factores; por el cobro del paso que el crimen tiene controlado, por los animales salvajes, por lo duro de la selva”, explicó.

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