Nuevo León, en estado de guerra con el crimen organizado
El poderío de los grupos del crimen organizado que operan en Nuevo León, especialmente en municipios colindantes con Tamaulipas y Estados Unidos, es demostrado a través del armamento, vehículos y uniformes que usan
Miguel FortozoUniformes tácticos, vehículos de combate, armamento de alto calibre y sofisticadas estrategias militares. El arsenal del que disponen los distintos grupos del crimen organizado que operan en México parece el utilizado en conflicto a escala global.
La intensidad con la que estos grupos delincuenciales disputan plazas estratégicas para la venta de drogas en el país, misma que puede constatarse en infinidad de videos disponibles en redes sociales, rivaliza con escenas extraídas de la guerra en Ucrania o de los constantes conflictos armados registrados en Medio Oriente.
Los pobladores del municipio de Doctor Coss, ubicado en la frontera entre Nuevo León y Tamaulipas, pueden dar cuenta de ello.
Localizado a 180 kilómetros de la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), y con una población de mil 300 habitantes, Doctor Coss ha encabezado desde 2020 la lista de los municipios más violentos de México, esto de acuerdo con el estudio elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
La razón es sencilla: su localización es clave para el tráfico de drogas, ya que hace frontera tanto con Tamaulipas como con Estados Unidos.
Esta situación ha derivado en numerosos enfrentamientos y escaramuzas, mismos que, con frecuencia, son grabados por los mismos grupos delictivos con el objetivo de presumir poderío, organización y estrategia, al grado de combatir frente a frente con el Ejército Mexicano.
A consecuencia de ello, el promedio de homicidios experimentó un ascenso preocupante, pues se contabilizan mil 691 por cada 100 mil habitantes, un incremento del 71 por ciento comparado con años anteriores.
Armamento de primera
Entre el vasto armamento con el que cuenta el crimen organizado en México destacan los vehículos “Monstruo”, unidades equipadas con tecnología de guerra, materiales de importación, placas de acero de grado militar y blindaje artesanal.
De acuerdo con autoridades federales, estos vehículos, que son adquiridos en Estados Unidos y otros países de Europa, son usados cada vez con mayor frecuencia por grupos del crimen organizado.
Su sofisticación es tal que, según hallazgos recientes, algunos cuentan con un software tecnológico conocido como “baja drones“, así como con alfombras especiales diseñadas para absorber ondas expansivas.
Resalta también un espacio tipo quema cocos desde el cual los delincuentes realizan ataques con rifles de asalto calibre 50, lanzagranadas, morteros y hasta bazucas.
Algo similar ocurre con los uniformes tácticos utilizados por elementos de grupos delincuenciales, consistente en chamarras, pantalones de camuflaje y chalecos antibalas, cuyo costo puede ascender hasta los 15 mil pesos por prenda.
Corporaciones policiacas de la entidad, así como el Ejército Mexicano, tienen claro que no pueden subestimar a este tipo de enemigos, ya que sus estrategias suelen variar entre emboscadas y ataques directos, dependiendo de la situación, aprovechando la sofisticación de sus recursos.
Prueba de ello fue lo ocurrido durante la madrugada del pasado 10 de enero, cuando una emboscada perpetrada por elementos de un grupo delincuencial derivó en el fallecimiento de un militar en el municipio de Doctor Coss.
Trascendió que en el enfrentamiento los delincuentes utilizaron un vehículo tipo “Monstruo”.
Aunque las autoridades estatales han buscado desmentir los videos en los que se aprecia el poder de los grupos delincuenciales en Nuevo León, argumentando que son viejos o que están fuera de contexto, la realidad es que todo el material disponible ha sido dado a conocer por los mismos delincuentes, quienes buscan demostrar su fuerza y la evolución de sus métodos.
A consecuencias de ello, los habitantes de Doctor Coss y comunidades aledañas han optado, en muchas ocasiones, por abandonar sus hogares y alejarse de la zona roja por temor a ser víctimas colaterales de un conflicto sin fin.
Algunas autoridades municipales, tanto en Nuevo León como en Tamaulipas, han tomado la misma decisión.
Entre el miedo de la población y la presunción de los grupos delictivos, la guerra entre cárteles continúa subiendo de intensidad, convirtiendo a Nuevo León en un estado de guerra.