El proyecto de construcción de un nuevo estadio para Tigres, fuera de los terrenos de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), se ha convertido en una ilusión para el gobernador Samuel García y para los seguidores de este equipo de fútbol, conocidos como los incomparables.
“Iniciemos formalmente la construcción del nuevo estadio de los Tigres. Estamos ya listos para mandar al Congreso el comodato del inmueble donde se va a alojar”, informó el mandatario el pasado 1 de febrero en un comunicado.
El recinto deportivo, dice Samuel García, se construirá en una superficie de 210 mil metros cuadrados, en terrenos que son propiedad del Gobierno estatal ubicados en la colonia Regina, perteneciente al municipio de Monterrey, según la solicitud de comodato de la cual Reporte Índigo tiene una copia.
“Con fundamento en lo dispuesto por el artículo 88 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nuevo León para el otorgamiento de uso y goce de bien inmueble propiedad del Gobierno del Estado a favor de terceros, que se describe a continuación.
Arrancamos bien y de buenas esta semana: estadio de Tigres, mega inversión y nuevos transmetros. 👊🏻🦁
Aquí te cuento todo: 👇🏻https://t.co/rk9UkF2k80 pic.twitter.com/Aao35JHR2T
— Samuel García (@samuel_garcias) February 7, 2023
“El inmueble ubicado en la avenida Alfonso Reyes, sin número, entre la avenida Fidel Velázquez y Servicios Postal de la colonia Regina, municipio de Monterrey, con expediente catastral número 70) 16-001-002, el cual se encuentra inscrito a favor del Gobierno del Estado de Nuevo León”, dice el documento.
Es decir, el estadio dejará de estar en el municipio de San Nicolás de los Garza, donde actualmente juegan los Tigres.
Sin embargo, la construcción de un nuevo estadio para Tigres podría verse obstaculizada por el comodato firmado entre la UANL y Sinergia Deportiva S.A. de C.V, una filial de Cementos Mexicanos (Cemex), en 1996.
En las cláusulas de este convenio se estableció que el equipo de Tigres no puede cambiar de sede, pues no puede jugar como local en otra parte que no sea el Estadio Universitario, mucho menos cambiar colores y nombre. En este contrato la Universidad cedió los derechos, en ese entonces de los equipos de fútbol Tigres, Tigrillos, Cachorros y Fuerzas Básicas.
“La empresa se obliga ante la Universidad, a que durante el tiempo de que sea titular de las franquicias cumplirá con lo siguiente: a que los equipos conservarán su nombre original, a conservar los colores y emblema de la Universidad Autónoma de Nuevo León y a conservar como sede de los juegos el Estadio Universitario”, dice el contrato.
Este documento habla de que puede traspasar las franquicias de los equipos Tigrillos y Cachorros, pero por lo menos un plantel de los tres tiene que tener el nombre de Tigres, y que permanezca en Nuevo León.
Otro problema que la realización de este edificio deberá enfrentar es que, en diciembre de 2022, el entonces rector de la UANL, Rogelio Garza Rivera, y el directivo de Sinergia Deportiva, Mauricio Doehner, firmaron una extensión de este convenio hasta 2056.
La solicitud del Comodato para el terreno sobre el cual se construirá el nuevo estadio de Tigres, ha ingresado al Congreso del Estado como el #Asunto43 del orden del día.
Parece que empieza a tomar forma pic.twitter.com/wAixLR2zUz— Vicorio (@vichernandezm) February 7, 2023
En ese documento se establece que solo se podrá reconstruir o remodelar el Estadio Universitario, más no construir un nuevo estadio, mucho menos fuera de los terrenos de la UANL.
Como testigos de este último acuerdo fungieron el secretario general de la Universidad, Santos Guzmán López, y el presidente del Club Tigres, Alejandro Rodríguez Miechielsen.
“Dentro de la extensión del convenio entre UANL y Sinergia Deportiva se estableció que se realizará una serie de estudios de ingeniería, arquitectónicos, conceptuales y estructurales para analizar la factibilidad de la reconstrucción o remodelación del Estadio Universitario y de su estacionamiento”, revela un comunicado enviado a los medios.
Motivos por callar
El rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Santos Guzmán López, ha guardado silencio ante el anuncio del proyecto de la construcción del nuevo estadio del equipo de Tigres. Y tiene motivos de sobra para no hablar del tema.
Y es que, Guzmán López estuvo como testigo de la renovación del convenio que extiende la administración y operación del Estadio Universitario y de este equipo hasta 2056 por Sinergia Deportiva.
Esa firma establece que realizará una serie de estudios de ingeniería para analizar la factibilidad de la reconstrucción o remodelación del Estadio Universitario.
La contraprestación que recibirá la UANL por permitir que Sinergia Deportiva administre a Tigres es de 40 millones de pesos anuales, los cuales se utilizarán para fortalecer el fondo de pensiones y jubilaciones de los trabajadores universitarios y un adicional de 8 millones destinado a becas para estudiantes de escasos recursos.
En el mismo sentido de guardar silencio está Cemex y sus directivos por el anuncio del gobernador Samuel García.