¿Nos sentimos más seguros? Esto dice la ENSU
Cifras de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana muestran que la percepción de inseguridad de la ciudadanía se redujo en un 5.6 por ciento en las principales urbes del país
Eduardo BuendiaLos resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) revelan que la percepción de inseguridad disminuyó en las principales ciudades del país.
El estudio, elaborado por el Inegi, muestra que durante el tercer trimestre de 2020 el 67.8 por ciento de las personas encuestadas aseguraron sentirse inseguras en su ciudad, mientras que en los primeros tres meses del año el índice fue de 73.4 por ciento. Es decir, que se redujo en un 5.6 por ciento.
De las 86 localidades analizadas, Ecatepec (Estado de México) fue la urbe en la que su población dijo sentirse más insegura con un 92.8 por ciento, le siguen Fresnillo (Zacatecas) con 91.8 por ciento, Coatzacoalcos (Veracruz) con 91.1 por ciento, Villahermosa (Tabasco) con 90.4 por ciento y Toluca (Estado de México) con 88.9 por ciento.
En contraste, las ciudades en las que sus habitantes perciben menor inseguridad son San Pedro Garza (Nuevo León) con 16.6 por ciento, La Paz (Baja California Sur) con 21.8 por ciento, Mérida (Yucatán)con 22.5 por ciento, Los Cabos (Baja California Sur) con 26.9 por ciento y Cuajimalpa (Ciudad de México) con 29.1 por ciento.
El impacto de la cuarentena en la ENSU
Para David Ramírez de Garay, Coordinador del Programa de Seguridad de México Evalúa, la sensación de más seguridad en la ciudadanía forma parte de una tendencia observada desde 2018; no obstante, la variación de 5.6 por ciento es la más importante desde ese año.
El especialista considera que entre los factores que intervinieron en los resultados de la ENSU se encuentra el confinamiento recomendado por la autoridad sanitaria a causa del COVID-19.
La ENSU establece que el sitio en el que la población se sintió más insegura fueron los cajeros automáticos en la vía pública con un 78.1 por ciento. En segundo lugar se encuentra el transporte público con 72.8 por ciento y en tercero el banco con 65.8 por ciento.
La casa es el lugar en el que la ciudadanía tuvo menor sensación de inseguridad con 23.1 por ciento, le siguen la escuela y el trabajo con 26.7 y 34.7 por ciento, respectivamente.
Tendencias distintas
Derivado del confinamiento, la comisión de algunos delitos del fuero común como el robo a casa habitación, a transeúnte o en transporte público registró una caída en la emergencia sanitaria.
A pesar de que esto coincide con la reducción de la percepción de inseguridad, para el investigador de México Evalúa no debe existir una concordancia directa. Los registros sobre delitos cometidos, detalla, son análisis objetivos pues se miden con base en cifras de carpetas de investigación abiertas o denuncias.
En el caso de la sensación de un ambiente seguro o inseguro tiene que ver más con una cuestión subjetiva, pues la ciudadanía responde desde su juicio personal, menciona.
Ramírez de Garay apunta que aun cuando la suspensión de actividades o la falta de movilidad social incidió en la reducción de ilícitos, otros aspectos como la crisis económica y el desempleo pueden desencadenar que en los siguientes meses aumente el índice delictivo.
“Vamos a tener una crisis económica y a medida en que no haya cómo atenuar los efectos de la crisis en las familias es probable que se generen condiciones que se puedan leer como incentivos para involucrarse en actividades de la economía ilegal”, agrega.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) fue una de las actividades que el Inegi suspendió en el segundo trimestre del año a causa del COVID-19 y tomó en cuenta 70 ciudades del país y las 16 alcaldías de la Ciudad de México.
A pesar de que la baja en la percepción de inseguridad puede leerse como un punto positivo, el especialista concluye en que han sido más los aspectos indirectos, por ejemplo la pausa en las actividades de la población por la pandemia, que algún cambio en los planes de los gobiernos federal y estatales para combatir a la delincuencia en el país.
“No hemos visto que haya algún tipo de estrategia para resolver que una de las problemáticas que más alimenta la crisis en la que estamos, que es esta impunidad en la procuración e implementación de justicia, al contrario, hemos visto una clara estrategia del gobierno apoyado por su bancada para incrementar las penas y llevar a al gente a la cárcel sin un juicio de por medio con el incremento del catálogo de prisión preventiva oficiosa”, concluye.