Norma Lucía Piña Hernández, primera mujer en encabezar el Poder Judicial de la Federación, presentó su segundo y último informe de labores tras renunciar a su cargo a finales de octubre.
En su discurso, abordó los retos y tensiones que marcaron su gestión, destacando la Reforma Judicial como el mayor desafío de 2024.
“La Reforma Judicial no es una historia de vencedores o vencidos; todo demócrata desea lo mejor para su país. Aún es pronto para saber el impacto definitivo de esta transformación”, afirmó.
Piña subrayó que las reformas deben fortalecer las instituciones democráticas, no debilitarlas, y advirtió que este proceso constitucional generó opiniones divididas. “Algunos la vieron como una amenaza para la estabilidad y autonomía del sistema judicial”, explicó.
Llamado al diálogo y defensa de la autonomía judicial
En ausencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, Piña enfatizó la importancia de construir consensos y defendió la independencia judicial frente a intentos de injerencia.
Recordó episodios clave de su gestión, como la invalidación del traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional y la anulación del llamado “Plan B” de reformas político-electorales, decisiones que generaron confrontaciones con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Piña señaló que estas resoluciones fueron objeto de ataques mediáticos y políticos. “Cada vez que fallamos en contra del gobierno, fuimos acusados de traidores. Pero cuando las resoluciones favorecían sus intereses, eran celebradas”, comentó.
Críticas al proceso legislativo de la Reforma Judicial
La ministra cuestionó el origen de la reforma, señalando la falta de diagnóstico y la influencia de una narrativa de posverdad. “Se construyó sobre premisas infundadas, manipulando emociones más que hechos verificables”, afirmó.
También denunció prácticas como la extensión del mandato del presidente de la Corte en 2021 y amenazas contra jueces y magistrados.
Aunque reconoció la necesidad de una reforma, advirtió sobre el riesgo de politizar la justicia y eliminar de golpe la carrera judicial. “Un Poder Judicial independiente es esencial para nuestra democracia”, subrayó.
Reconocimiento a la sociedad y al Poder Judicial
Al cierre de su discurso, Piña agradeció a sus colegas y a los trabajadores del Poder Judicial, así como a la sociedad, especialmente a los estudiantes, por alzar la voz en defensa del Estado de derecho. “El legado de la justicia está en el trabajo diario, en la ética y en la dignidad de cada juez”, concluyó.