‘No vengo a dar línea a nadie’, pero…

La reforma laboral no contribuirá al crecimiento económico ni generará empleos ni bienestar. “Eso es una mentira, es una falacia”. Más aún. Cocinada bajo directrices extranjeras, solo alentará “la descomposición social, los resentimientos, la inseguridad y la violencia” en el país.

Con estas palabras, Andrés Manuel López Obrador reapareció ayer en el Senado de la República. Indicó que la “contrarreforma” promovida por la cúpula del poder en México –y encabezada por Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto– perjudicará por parejo tanto a trabajadores como a empresarios mexicanos.

Pasadas las 8:30 horas, el ex candidato presidencial de las izquierdas se reunió ayer con los senadores del Frente Legislativo Progresista en la cámara Alta, el recinto legislativo que, desde varias horas antes a su llegada, fue cercado por decenas de opositores a la reforma laboral. 

A los legisladores del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano les solicitó oponerse al retroceso que implica una reforma que vulnera a los trabajadores mediante la subcontratación, el pago por hora y el despido sin reconocimiento de sus derechos individuales, entre varios inconvenientes. 

“No vengo a dar línea a nadie. Cada quien debe asumir su responsabilidad”, precisó AMLO. 

Y exhortó a los senadores de las izquierdas a votar en contra de la iniciativa del Ejecutivo federal aprobada ya en la Cámara de Diputados.

El tabasqueño dio su mensaje ante los senadores perredistas Miguel Ángel Barbosa, Alejandro Encinas, Mario Delgado, Alejandra Barrales, así como el petista Manuel Bartlett y el presidente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Francisco Hernández Juárez, entre otros.

Indicó que no aceptarán la propuesta del presidente electo priista “de entregar la renta petrolera a extranjeros y compensar lo que dejaría de recibir la hacienda pública, con el aumento del IVA del 16 al 22 por ciento. ¿Qué es lo que están tramando quienes se creen dueños del país y tripulan a Peña Nieto?”

En la actualidad, dijo AMLO, la extracción de un barril de petróleo cuesta cerca de 11 dólares y se vende en 104 dólares, una utilidad de 93 dólares por barril. Ésta es “la gran tentación”, la ganancia que buscan privatizar.

“De consumarse este atraco, la hacienda pública dejaría de recibir un billón de pesos anuales que se obtienen solamente por derechos de hidrocarburo”, refirió.

El ex candidato presidencial además indicó que el Poder Legislativo, al igual que otras instituciones del país, han actuado en los últimos años como instrumentos al servicio de los organismos financieros internacionales.

Desde hace dos décadas, dijo, “casi todas las leyes que se han aprobado van orientadas a beneficiar a una élite y a perjudicar a la mayoría del pueblo y a la nación”.

Enunció las reformas que las bancadas del PRI y el PAN han aprobado de 1989 a 2010: el Plan Nacional de Desarrollo, que supuso la venta de las más importantes empresas públicas al sector privado; la aprobación del Fobaproa, que volvió las deudas de unos cuantos empresarios y banqueros en deuda pública.

Además, la modificación de la Ley del ISR para conceder a las grandes corporaciones económicas y financieras el privilegio de diferir el pago de impuestos hasta por el 100 por ciento de sus contribuciones, por mencionar solo algunas. 

Al cierre de su intervención, el líder del Movimiento Regeneración Nacional confió que los legisladores del Frente Progresista “no se prestarán para seguir reformando la constitución y las leyes, y seguir legalizando despojos y abusos […] 

“Para decirlo de manera coloquial, ustedes no van a ser nunca achichincles de la mafia del poder”.

Al respecto, el senador Encinas indicó: “vamos a cumplir plenamente nuestra labor”. 

Por su parte, Barbosa aseguró: “hemos sido y seremos una izquierda firme, de argumentos fuertes, no nos vamos a desdibujar”.