Alfredo Castillo fue claro en sus declaraciones: saldrá de Michoacán cuando el presidente Enrique Peña Nieto así lo determine. Ni antes ni después.
Esto, ante las peticiones públicas de diversos actores sociales y políticos que piden la remoción del comisionado federal bajo el argumento de que la inseguridad en el estado persiste.
Castillo acudió ayer a Morelia, en donde sentó a la mesa al gobernador, Salvador Jara, a empresarios, sectores productivos y exautodefensas convertidos ahora en policías rurales. Ahí, habló del asunto de su salida de Michoacán.
Precisó que cualquiera que sea la decisión del mandatario federal, él se encuentra listo para dejar la encomienda que recibió el 16 de enero pasado, cuando Michoacán estaba sumido en una ola de violencia y confrontaciones.
“Hoy Michoacán se encuentra totalmente en calma y con miras hacia el desarrollo”, dijo.
En la reunión, Hipólito Mora, exautodefensa de La Ruana pidió a Castillo que se mantenga en el estado porque aún no se ha combatido a la delincuencia organizada.
“No se nos vaya, tiene que terminar lo que inició, esto no se ha terminado”, dijo.
El martes pasado, Carlos Torres Piña, dirigente del PRD en la entidad, señaló que Castillo no ha resuelto la seguridad ni avanzado en el desarrollo del estado.
Por su parte, Luisa María Calderón Hinojosa indicó que el comisionado “sobra” en la entidad porque ya hay un gobernador y, en el tema de seguridad, debe de entregar resultados ante los demás poderes del estado, no solamente en medios de comunicación.