‘No queremos a Naranjo en México’
La llegada del General Óscar Naranjo como asesor en seguridad nacional del gobierno de Peña Nieto, es una mala noticia para un grupo de padres de familia mexicanos.
Se trata de Álvaro González Pérez y de su esposa Rita del Castillo, padres de Juan González del Castillo; así como de Miriam Delgado Moreno, madre de Fernando Franco Delgado, estos últimos jóvenes estudiantes fallecidos durante los bombardeos del gobierno colombiano en 2008 en Sucumbíos, Ecuador.
Raúl Tortolero
La llegada del General Óscar Naranjo como asesor en seguridad nacional del gobierno de Peña Nieto, es una mala noticia para un grupo de padres de familia mexicanos.
Se trata de Álvaro González Pérez y de su esposa Rita del Castillo, padres de Juan González del Castillo; así como de Miriam Delgado Moreno, madre de Fernando Franco Delgado, estos últimos jóvenes estudiantes fallecidos durante los bombardeos del gobierno colombiano en 2008 en Sucumbíos, Ecuador.
El trío dice sentirse preocupado de que alguien con una “negra historia” a cuestas, dé consejos al presidente electo; y que prácticas como declarar “guerrillero, terrorista, o narcotraficante” a opositores políticos, se conviertan en algo común en México, como lo ha sido –aseguran- en Colombia.
Y lo dicen, porque eso pasó justamente a sus hijos, quienes eran estudiantes de diferentes universidades, y que se encontraban en un campamento de Raúl Reyes, segundo al mando de las FARC, cuando fueron atacados por bombardeos que terminaron con sus vidas.
Sucedió el primero de marzo de 2008, cuando aviones colombianos bombardearon un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en la provincia ecuatoriana de Sucumbíos.
Poco después, soldados y policías colombianos entraron a Ecuador para dar el tiro de gracia a los que no habían muerto en el bombardeo; fue de madrugada, cuando todos dormían.
El ataque militar se llamó operación Fénix y participaron la policía, la Fuerza Aérea y el Ejército de Colombia. No fue enfrentamiento ni persecución.
Tras esos hechos documentados, el gobierno colombiano, representado por Naranjo, argumentó que los estudiantes eran “terroristas” entrenándose para secuestrar y cometer fechorías, lo cual no pudo finalmente ser probado.
Ese tipo de maniobras de desinformación son la especialidad del General Óscar Naranjo, quien, según el testimonio de la única sobreviviente del bombardeo, la mexicana Lucía Morett, llegó al campamento atacado con la Policía Nacional colombiana y cambió la ropa civil que traían algunos de los muertos, por ropa camuflajeada.
DEA y CIA, con la Policía Nacional en Colombia
Para el académico Álvaro González Pérez, el General Óscar Naranjo, el único policía condecorado con cuatro estrellas en Colombia, es un operador de la DEA. Y esto es un hecho que todo mundo conoce en ese país –es vox populi, pero no sólo eso, sino que es algo sustentado por diversas investigaciones, a las que alude en entrevista con Reporte Indigo.
El padre del estudiante de la UNAM exhibe los datos de investigadores como Ayala Mendoza, Carlos Fazio y un libro sobre Naranjo escrito por Sergio Camargo (éste último contiene una lista de todos los narcotraficantes colombianos).
“Éstas son las principales, pero no las únicas fuentes de información”, alega.
“Se han creado mitos en el sentido de que es un hombre muy culto, que viste bien y es de buenos modales pero obviamente son falsedades”. Se trata de alguien que “no sólo sería un operador de la CIA, sino de la DEA. De las dos”, expone González Pérez.
Un dato que vale la pena recordar, señala, es la sospecha que despierta que un hermano de Naranjo haya sido detenido en Alemania por narcotráfico. Y además, que tenga otro familiar que ha sido asociado a los paramilitares.
‘Naranjo inventa pruebas contra opositores’
-¿La llegada de Naranjo a México simboliza para usted que Peña Nieto está entregando las operaciones de seguridad antinarco a Estados Unidos, por la vía de este general?
“Sí, pienso que está violando nuestra soberanía y leyes, porque no puede haber asesores extranjeros en seguridad. La seguridad de un país no puede estar en manos de extranjeros. Solo la deben manejar los mexicanos. En ese sentido yo creo que sí se está violando la ley.
“Aunque Peña Nieto menciona que es un asesor externo, de todos modos está implicado que viene al país y asesora y se va. Pero aquí está muy implicada la DEA y la CIA de los Estados Unidos. Obviamente es una pieza de la CIA y de la DEA”.
Expone que ellos, en tanto padres de jóvenes que fueron asesinados, se sienten ofendidos porque el General Naranjo “participó en esa operación Fénix”.
“Él está implicado en nuestro caso en el hecho de que se posesiona de las famosas computadoras irrompibles de Raúl Reyes, estuvo bajo su custodia, bajo sus manos, de su gente y fue el primero que elaboró las denuncias en contra del gobierno venezolano y del gobierno ecuatoriano, en el sentido de que estaban ayudando a la guerrilla colombiana. Cosa que desmintieron los presidentes de esos países, pero se creó un conflicto que podría haber desatado una guerra, que iba a beneficiar a los Estados Unidos y a Colombia, principalmente, al gobierno colombiano”.
Y continúa:
“Porque los Estados Unidos no simpatiza con los gobiernos de Ecuador y de Venezuela, se están saliendo fuera de su dominio sobre todo por la organización del ALBA que tiene un sentido nacionalista, y que obviamente ahí Naranjo fue una clave importante, no sólo en la participación en la masacre de Sucumbíos sino en las denuncias que maneja con esas supuestas computadoras.
“En nuestro libro –dice Álvaro González en alusión al libro donde narran su versión del bombardeo en Sucumbíos, Ecuador-, mencionamos cómo la fiscalía de Colombia, en un caso de un político colombiano que había sido implicado como colaborador de las FARC, finalmente dicta un fallo a favor de ese político.
“En ese fallo dice que no es una prueba las computadoras de Raúl Reyes, porque son documentos en Word que no tienen ningún mensaje de Internet, por lo tanto no son pruebas”. Y si eso fue válido para la fiscalía colombiana para ese ciudadano colombiano, también es válido para nuestros muchachos, que a través de esas computadoras también los identificaron como guerrilleros, como terroristas, en ese sentido se contradicen las autoridades colombianas, dice.
El continuismo
Miriam Delgado Moreno, madre de Fernando Franco Delgado, considera que es “indignante que este presunto presidente –dice aludiendo a Peña Nieto- pretenda continuar con la política intervencionista de Felipe Calderón, aquí en México, de traer para que nos asesore en seguridad a un ex policía colombiano.
“Este señor es responsable de participar en la operación Fénix que fue lo que propició la muerte de nuestros hijos. Yo siempre he creído que del campamento quisieron aplicar esta parte de los llamados falsos positivos porque Lucía, que fue la sobreviviente, a mí me comentó que vio cómo cambiaban de ropa a varios de los que estaban en ese lugar y les ponían uniformes de guerrilleros hasta que finalmente se fueron.
“Eso a mí me habla que ahí se sigue con esta práctica de hacer parecer guerrilleros o narcotraficantes a quienes en realidad son civiles. Me indigna, me molesta mucho que se siga con la falta de sensibilidad que tuvo Felipe Calderón, ahora la exhiba Peña Nieto, ya no digamos política sino humana”, lamenta.
Lo que Delgado Moreno observa es que existe una falta de sensibilidad humana hacia lo que están padeciendo otros, “hacia nosotros como madres y padre de los muchachos muertos y no nada más eso, sino hacia todo el pueblo de México que no sabe en realidad este hombre que pretenden traer para que sea nuestro asesor de seguridad nacional”.
Espías colombianos en México
Apunta un dato que podría ser preocupante: “Incluso estoy segura de que nuestros hijos antes de irse hacia Ecuador, ya estaban vigilados aquí. Sabemos también, que después de que ellos son masacrados, llegan policías colombianos a la universidad y empiezan a perseguir a otros muchachos. Incluso hubo una expulsión de un maestro, Miguel Ángel Beltrán, maestro de la universidad y fue expulsado de México, después de hacerle un seguimiento. Entonces México desde el sexenio de Calderón está permitiendo la entrada no sólo de Óscar Naranjo, sino de otros policías menos visibles y renombrados que estaban haciendo labores de espionaje”.
Y finaliza: “Es lamentable de verdad darle esta continuidad a la política de seguridad de Calderón. Y sabes que hay 60 mil muertos de quienes Calderón ha dicho que son daños colaterales. Que se les llame así a ciudadanos, a hijos. Porque todos lo que han muerto son como nuestros hijos, hijos de mexicanos. Es lamentable totalmente y me duele profundamente, un dolor que no tengo forma de explicar, me duele el alma de saber que ni siquiera vamos a tener libertad para elegir cosas, para elegir y a protestar. Ni siquiera vamos a ser libres de expresar nuestro pensamiento, porque si hacemos una protesta organizada, vamos a ser terroristas como en Colombia, o guerrilleros o narcotraficantes”, dice.