¡No nos callarán!

El pasado 7 de junio, en el marco del Día de la Libertad Expresión en México, fue inaugurada la exposición “¡No nos callarán! Las batallas por la libertad de expresión”.

Montada en el segundo piso del Museo Memoria y Tolerancia de la capital del país un crudo mensaje recibe al visitante de la exhibición:

“La libertad de expresión vive uno de los momentos más difíciles en México, aunque el enemigo más señalado es el crimen organizado la mayoría de las amenazas proviene de funcionarios”.

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intimidaciones se han dado en representantes de los medios

El pasado 7 de junio, en el marco del Día de la Libertad Expresión en México, fue inaugurada la exposición “¡No nos callarán! Las batallas por la libertad de expresión”.

Montada en el segundo piso del Museo Memoria y Tolerancia de la capital del país un crudo mensaje recibe al visitante de la exhibición:

“La libertad de expresión vive uno de los momentos más difíciles en México, aunque el enemigo más señalado es el crimen organizado la mayoría de las amenazas proviene de funcionarios”.

A un costado de esta leyenda se pueden observar dos famosas caricaturas de Abel Quezada. Fueron publicadas el 3 de octubre de 1968, un día posterior a la Matanza de Tlatelolco. 

Al lado de los cartones políticos está la primera portada del semanario Proceso, fundado en noviembre de 1976 por el periodista Julio Scherer tras el cierre del diario Excélsior.

De ese año se salta a 1988. La portada del semanario Zeta refiere el asesinato de Héctor “El Gato” Félix. Bajo el encabezado se explica que el autor intelectual nunca fue castigado.

Esos tres sucesos históricos sirven como referentes emblemáticos para explicar el complejo devenir que ha enfrentado el periodismo en nuestro país.

Las cifras revelan el alcance de la descomposición que rodea este oficio. 

La exposición cuya curaduría está a cargo del intelectual Sergio Aguayo Quezada, el director del Museo Memoria y Tolerancia, Jacobo Dayán, así como de los activistas de Artícuo 19, Antonio Martínez y Darío Ramírez, conforma un testimonio y un homenaje a la tenacidad y heroísmo de los profesionales de la comunicación que “trasciende géneros, edades, ideologías y empresas”.

En el recorrido de la exposición se observan fotos de algunos periodistas muertos o desaparecidos a lo largo de la República mexicana. Se ha montado también un espacio simbólico donde laboraría un reportero o editor de alguna publicación.

Sobre el escritorio se ven amenazas en mensajes anónimos, casquillos de balas quemados. También se recrean recompensas que se han ofrecido para intimidar, por ejemplo, al dueño de la página Valor por Tamaulipas.

Los datos hablan por sí mismos. En los últimos tres años, reporta Artículo 19, se han cometido 571 agresiones contra periodistas, 103 amenazas, 85 intimidaciones, 38 detenciones ilegales, 30 asesinatos, 17 desapariciones forzadas.

No solo eso, identifica al Estado como el principal agresor, pues en el 43 por ciento de los casos, las amenazas provienen de funcionarios públicos.

En la exposición convocada por Propuesta Cívica y Artículo 19 se invita a firmar una carta dirigida al presidente Enrique Peña Nieto. Se le solicita que para evitar que se siga intimidando, hiriendo, asesinando y desapareciendo a más miembros del gremio periodístico se responda con “menos retórica y más eficacia”.

Violencia que no cesa

Desde que la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas fue aprobada hasta el último día de 2012, seis comunicadores fueron asesinados, 14 tuvieron que huir de sus estados, 8 fueron privados de la libertad, 53 fueron agredidos físicamente, 42 amenazados e intimidados, 5 fueron detenidos ilegalmente y dos más desaparecieron. Además las instalaciones de cinco medios fueron atacadas con explosivos, refiere Artículo 19.

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