No más hijos rehenes, piden padres divorciados
Padres divorciados que no han podido ver a sus niños tras su divorcio comenzaron un movimiento para que puedan convivir con ellos con apego a la ley, sin el abuso de abogados que sacan ventaja de sus casos
Jesús PadillaUn grupo de padres divorciados en contra de la obstrucción del vínculo paterno con sus hijos crearon la asociación civil “No más hijos rehenes”. El movimiento busca que se respete el interés superior de la niñez y el derecho a la convivencia familiar.
Hay 30 padres divorciados activos en este grupo que están dispuestos a narrar sus historias, que van desde dichos falsos de su expareja, hasta lidiar con abogados.
Alejandro Ríos, de 38 años, comparte su testimonio a Reporte Índigo. Cuando descubrió la infidelidad de su exesposa y promovió el divorcio incausado, ella planeó sustraer a los niños mediante una denuncia falsa de violencia familiar.
Sin la denuncia, platica Alejandro, no podía hacer la sustracción de los niños de la casa donde vivían, pero al interponer el recurso comenzó la petición de grandes cantidades de dinero.
“En mi caso me están pidiendo 120 mil pesos mensuales, y otras cosas, para poder ver a mis hijos a través de videollamadas, 100 por ciento de las colegiaturas y 100 por ciento de las comidas, y aparte terapias psicológicas. Por esa razón fue por la cual le pusimos a la asociación ‘No más hijos rehenes’”, dijo Alejandro.
El padre señala que, en México, en la mayoría de los divorcios existe un conflicto entre padres y madres, en donde una parte no está de acuerdo y busca hacerle daño a la otra con no ver a sus hijos.
“En mi caso, encontré muchas infidelidades por lo que promoví un divorcio incausado. Y como ella no podía hacer nada, entonces queda dañada una parte y trata de hacer daño a la otra que quiere retirarse de esa relación. Entonces, los abogados mal aconsejan, se alarga el juicio y los abogados van a obtener más dinero”, señaló Alejandro.
La pandemia de COVID-19 como pretexto, afirman padres divorciados
Víctor Hugo Martínez no podía ver a sus hijas en el Centro Estatal de Convivencia Familiar, pues en varias ocasiones su expareja desacató el ordenamiento judicial para llevar a las niñas a la convivencia.
Asegura que su expareja utilizó como pretexto la pandemia de COVID-19 porque en este centro se aplica un cuestionario de síntomas o contacto con alguien que haya tenido esta enfermedad y ella siempre respondía que sí.
“Mi expareja ha incumplido ordenamientos judiciales, desacató una orden judicial, y mientras los jueces no apliquen las medidas de apremio en contra de la contraparte, en este caso la mamá de mis niñas, no pasa nada”, dijo en entrevista con Reporte Índigo, Víctor.
Víctor Hugo Martínez considera que no se ve por el interés superior de la niñez, que es un delito que se sanciona, y que se necesita sensibilidad para que los menores puedan convivir con ambos tutores.
“En un divorcio, automáticamente los niños pasan a cargo de la mamá, así está establecido y ya desde ahí estamos en desventaja. Una custodia compartida creo que sería lo más justo”, argumenta.
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