No más consumo de refresco en la dieta mexicana
Dejar el consumo de bebidas azucaradas puede ser un gran paso para mejorar la salud de las personas y combatir el sobrepeso y la diabetes, entre muchas otras enfermedades
Julio RamírezEl doctor Guillermo Arteaga MacKinney considera que es muy importante sacar de la dieta mexicana el refresco.
“Hay que prevenir y creo que vale la pena el mensaje de consumir menos refresco. Recientemente salió un refresco mexicano, que de mexicano no tiene nada. Hay que checar los sellos que están en las etiquetas, evitar lo que diga exceso de calorías, exceso de azúcares, hay que cuidarnos”, expresa el investigador.
Señala que es crucial que los adultos den el ejemplo para los niños, ya que de nada sirve que les digan a los menores de edad que dejen de consumir refresco si ellos lo beben.
“Tener obesidad duplica o triplica el riesgo de padecer diabetes. Ojalá que se perciba este mensaje del riesgo de la obesidad. No importa si tenemos 30, 35 o 45 años, y más en la situación de los mexicanos, la carga genética, antecedentes familiares, ambientes obesogénicos, mucho refresco que consumimos”, dice el especialista al hablar de los factores que condicionan a las personas para que tengan obesidad.
El experto considera que es muy importante que una vez que se diagnostique la obesidad, las personas busquen la manera saludable de bajar de peso.
“Quiero recalcar que la obesidad no es algo que se diagnostique y ya. Se vive con ella. Ocasiona toda una serie de cambios, hasta a nivel de nuestros genes, expresión genética, de nuestras células. Si tenemos obesidad o tenemos un familiar con obesidad o aún con sobrepeso hay que tener especial atención”, explica.
Destaca que es importante entender la relación entre la obesidad y la diabetes, por ello el término “diabesidad” ayuda a entender esta relación que los médicos llevan décadas investigando.
“De alguna manera, vamos por 50 años desde que se creó este término. Antiguamente ya se sabía, y los médicos son muy perceptivos, esta asociación entre que personas que padecen obesidad tenían mucho más riesgos de padecer diabetes, pero se manejaba, y todavía se maneja, como entidades separadas. El término se creó pero quedó más como una curiosidad científica”, relata.