Hace poco que los tatuajes han empezado a dejar de ser un tema tabú pues el prejuicio de que son para gente “mala” o “peligrosa” sigue vigente. Como prueba, al empezar a googlear “la gente tatuada”, la segunda opción que ofrece el buscador es: “la gente tatuada es mala”.
De acuerdo a los resultados obtenidos en una investigación del Gabinete de Comunicación Estratégica, en México, al 74% de las personas tatuadas o con piercing se les dificulta encontrar empleo. Además, los tatuajes son un aliciente para inculpar a alguien por un delito. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para que las nuevas generaciones continúen marcando permanentemente sus cuerpos. Con la generación millennial teniendo hijos, cada vez es más común que padres de niños pequeños estén tatuados.
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El uso de stickers que simulan tatuajes en los niños es muy común. Estos tatuajes temporales vienen de regalo en algunos dulces o juguetes, y se pueden encontrar sin dificultad a la venta. Normalmente los niños quedan satisfechos con estar tatuados por lo menos un rato, pero ¿qué harías si tu hijo o hija te pide un tatuaje profesional? Antes de contestar un rotundo no, te invitamos a conocer a Benjamin Lloyd quien desde el año pasado ha decidido llevar alegría a los niños tatuándolos.
Todo empezó cuando Lloyd, un artista de aerografía ubicado en Nueva Zelanda, comenzó a dedicarse también al tatuaje. Un día el hijo de un amigo al que había tatuado le dijo que quería tatuarse al igual que su padre. La resolución fue tatuar al niño con un diseño realista pero temporal. Lloyd subió el resultado a su Facebook y sometió a votación si debía hacerlo con otros niños. Los 50 likes que había pedido para continuar el proyecto fueron superados con más de 400,000 likes.
Este propuesta no pretende tatuar niños sólo porque sí, Benjamin busca ayudar a niños enfermos con cicatrices o que simplemente quieren aumentar su confianza en ellos mismos a través de los tatuajes.
A juzgar por las imágenes, los niños parecen felices con los diseños que Benjamin les dibuja en la piel. En redes sociales su proyecto ha sido muy apoyado y admirado, su Facebook ya tiene más de 275 mil seguidores.
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Ver a niños pequeños con tatuajes tan grandes es impactante, sin embargo, sabemos que se quitan con agua. La cuestión se torna confusa al saber que hay personas que le permiten o incluso obligan a sus hijos a tatuarse. El año pasado una mujer en estados Unidos dejó que el hermano de su novio tatuara a sus tres hijos pequeños. También en ese país, el año pasado un tatuador fue linchado en redes sociales por publicar una foto del niño de 12 años al que había tatuado.
