Ni perdón ni olvido sin justicia por desaparición
A pesar de los llamados a la reconciliación nacional, las personas víctimas de desaparición aseguran que sin justicia no puede haber perdón
Karina VargasAl llamado de reconciliación realizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador entre las víctimas directas e indirectas de desaparición en la Guerra Sucia con el Ejército, la académica de la ENAH asegura que “no puede haber reconciliación si no hay justicia”.
“Pensemos en Colombia, en El Salvador o Argentina, ahí había conflictos armados y se supone que en México no tenemos ese conflicto, sin embargo, estamos rebasando por mucho las cifras de estos países”, manifiesta.
Además, recalca la importancia de desarrollar mecanismos de memoria y “cartografiar la desaparición”.
Un ejemplo de estos actos de evocación es el Siluetazo de Argentina de finales de los ochenta, una manifestación estéticopolítica que buscó simbolizar la desaparición de miles de personas durante la dictadura militar y la idearon los artistas visuales Rodolfo Agueberry, Julio Flores y Guillermo Kexel.
En México, se han realizado distintas manifestaciones similares como el “Recetario para la Memoria”, un proyecto realizado por la fotógrafa Zahara Gómez Lucini y Clarisa Moura, diseñadora en Comunicación Visual, en colaboración con las Rastreadoras Del Fuerte, grupo de búsqueda formado en Sinaloa en 2014 tras la desaparición de Roberto Corrales Medina.
En él, las creadoras documentaron la realización de platillos en memoria de cada desaparecido como un homenaje “para compartir y hacer presentes en nuestras mesas a los que no están”.
Además, Guadalupe Rodríguez ha implementado dos iniciativas: el trazo del “Árbol de la vida” y la costura de “La niña de los secretos” como una forma de apoyar con recursos internos a las familias de las personas que han sido desaparecidas.
“El Árbol de la vida es dibujar las partes de un árbol, pero las vamos a simbolizar: las ramas, las hojas, las flores, los frutos, en el tronco las personas van a colocar qué, cuáles son las cosas buenas que hacen, darse cuenta de todo lo que hacen para ellos, para su familia, para quien están buscando o para su colectivo. Y entonces, después de que hacen sus árboles individuales, los juntamos y se crean bosques.
“La niña de los secretos tiene la función de que tú le puedas contar todo lo que quieras contarle y ella va a cuidar tu secreto, lo que te duele y lo que te hace feliz. No tiene ojos para no juzgarte, no tiene boca para no emitir un juicio que te lastime y no tiene oídos porque solamente va a escuchar lo que tú quieras narrarle; está inspirada en los muñequitos quitapenas”, expresa.
Finalmente, subraya que las personas deben compartir su dolor y todos los sectores de la sociedad, desde el Gobierno hasta la academia, deben estar abiertos a aportar estrategias en beneficio de quienes buscan y esperan a una de las más de 100 mil personas desaparecidas que “nos hacen falta a todos”.
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