Ni la Justicia se salva… la Auditoría le detecta anomalías

La construcción de los nuevos centros de justicia penal se ha visto envuelta en anomalías señaladas por la ASF; entre ellas se encuentran vicios ocultos, contrataciones a sobreprecio y el incumplimiento en plazos de entrega por parte de las empresas
Imelda García Imelda García Publicado el
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Ni las obras para construir los nuevos centros de justicia penal se salvan de la corrupción.

Contrataciones a sobreprecio, vicios ocultos en las obras, incumplimiento en el plazo de entrega, obras sin manifestación de impacto ambiental o uso de equipos de baja calidad, son algunas de las deficiencias detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Cuenta Pública del 2016.

Se trata de los edificios sede y los Centros de Justicia Penal Federal que albergan a jueces y magistrados que actúan bajo el nuevo sistema de justicia oral, y en cuya construcción la ASF detectó que se cometieron irregularidades por cientos de millones de pesos.

A raíz de la reforma al sistema de justicia penal, desde el año 2013 comenzó la construcción de los nuevos edificios sede, que deben alojar áreas destinadas a los magistrados y sus servicios, así como los juzgados conforme al nuevo esquema de trabajo.

En total, el monto de la inversión para la construcción de todas las obras relacionadas con el nuevo sistema de justicia penal es de 3 mil 288 millones de pesos; una parte de ese dinero fue invertida en 2016 y solo una parte fue revisado por la ASF.

Vicios de millones

La Auditoría Superior de la Federación detectó una serie de daños a la Hacienda Pública en diversas obras para construir los edificios sede y los Centros de Justicia Penal Federal en varios estados de la República.

En su revisión de la Cuenta Pública 2016, la ASF detectó que no hay evidencia que acredite el pago de 336 mil pesos, por dos estudios hechos para la construcción de la obra en Tijuana, Baja California.

También descubrió que hubo un daño por más de 5 millones de pesos por trabajos de mala calidad y vicios ocultos en las obras.

En un caso específico, se detectó, por ejemplo, que se pagaron tres elevadores que no están instalados, lo que casi causa un daño de casi 5 millones de pesos si no es que se realiza el descuento correspondiente

Los vicios ocultos fueron descubiertos por la ASF en la obra que se realiza para construir el Centro de Justicia Federal El Altiplano, donde había fallas en la colocación del piso de “granito sal y pimienta” y manchas de humedad; así como mal funcionamiento de los equipos de aire acondicionado, que provocaban una “condensación excesiva” y presentaban escurrimiento de líquidos en los contenidos.

Por los pisos se había entregado la cantidad de 2 millones 909 mil pesos; y por los equipos de aire acondicionado, 2 millones 205 mil pesos.

En la construcción del edificio sede en Colima, Colima, la Auditoría detectó que se pagó la colocación de 3 elevadores que nunca se colocaron en el lugar.

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Millones de pesos halló la ASF por vicios ocultos en las obras de Tijuana, BC

Se trata de un elevador para empleados, para 9 niveles, por el que se cobró la cantidad de 2 millones 350 mil pesos; otro, para el público, para 6 niveles, que tuvo un precio de 1 millón 843 mil pesos; y un tercer elevador para uso de los imputados, para dos niveles, con un costo de 738 mil pesos.

Sin embargo, cuando la ASF pidió cuentas sobre ese gasto, la empresa mostró documentación de que los tres elevadores habían sido adquiridos en Europa en diciembre del 2017, con lo que se solucionó la observación.

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Elevadores no fueron colocados en Colima

En el caso del edificio sede conocido como Fracción 2, que se construye en Aguascalientes, la empresa contratista ofertó colocar mil 471 toneladas de acero de refuerzo, pero solo ejecutó 235 toneladas, esto “sin que la entidad haya aplicado las deductivas correspondientes”.

Nadie se salva

La Auditoría encontró que no todas las obras de justicia presentaban tan malas condiciones, aunque también fallaron en algunas cuestiones.

En Puebla, por ejemplo, el centro de justicia ya está en operaciones con una obra concluida parcialmente.

En ese caso, una de las fallas es que en el contrato de obra se pidió colocar concreto hidráulico, aunque al final se colocó solamente concreto asfáltico.

Además, varios especialistas no cumplían con el perfil y hubo un retraso en la obra, pues debía estar terminada en mayo del 2017.

En los casos de Puebla, Guanajuato y Chiapas, la ASF determinó que salvo en el último caso, se encontraban operando al momento en el que realizó la revisión.

Errores y poca planeación

La lista de irregularidades en la construcción de estos Centros de Justicia es larga.

La ASF determinó que en estas obras hubo varias irregularidades que no fueron sancionadas por incumplimiento en la entrega de los trabajos o por una deficiente planeación.

Uno de los casos mencionados por la Auditoría es la obra del edificio sede y el Centro de Justicia Penal Federal de Torreón, Coahuila, que tuvo una falla grave en su planeación.

Ubicado cerca del aeropuerto de esa ciudad, antes de convocar a una licitación y realizar el proyecto, debían contar con el visto bueno de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) pues el plan era realizar un edificio de 8 niveles, con una altura programada de entre 35 y 40 metros.

Sin embargo, al pedir la autorización de la DGAC, ésta recomendó un inmueble no mayor a 15 metros de altura.

“Lo anterior denota una deficiente planeación de la obra”, acusa la ASF.

El contrato en cuestión manifestaba en una de sus cláusulas que las empresas serían responsables de garantizar la viabilidad del proyecto; sin embargo, para la Auditoría, sí hubo responsabilidad de los servidores públicos encargados de la obra.

Tanto en el caso de la obra en Torreón como en la que se realiza en Durango y en Mexicali, Baja California, se tuvieron retrasos, pues debían estar listas en julio y agosto del 2017; pero en la revisión final de la ASF, en octubre del año pasado, todavía no estaban concluidas y no se había aplicado ninguna sanción.

En la obra que se construye en Durango, Durango, la ASF detectó que se usaron materiales que no cumplían con las características de lo requerido en el contrato.

En las obras en Torreón, Durango y Mexicali se tuvieron retrasos, pues debían estar listas en julio y agosto del 2017; pero en la revisión final de la ASF en octubre del año pasado todavía no estaban concluidas

Otra falta de planeación ocurrió en la obra en Mexicali, donde hasta noviembre del 2017, no se contaba con la Manifestación de Impacto Ambiental, necesaria para realizar cualquier obra de tal envergadura.

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