Algunos negocios que forman parte del Clúster de la Industria del Entretenimiento, Deporte y Alimentos (Cieda) ya han podido abrir conforme al semáforo epidemiológico en Nuevo León. Pero esperan que las operaciones continúen a largo plazo.
El Cieda cuestionó al gobernador neoleonés Jaime Rodríguez que todas las decisiones económicas sobre la pandemia de COVID-19 hayan quedado en manos de personal médico. Por ello, desde hace meses pidió que en el Consejo de Salud la iniciativa privada fuera tomada en cuenta para la estrategia de reactivación de negocios.
En marzo, la Secretaría de Salud de Nuevo León ha permitido nuevas reaperturas y los empresarios de las industrias del entretenimiento, deporte y alimentos se han pronunciado por continuar brindando servicio.
En Nuevo León, el sector del entretenimiento ha sido el más afectado, pues es considerado el último que debe volver a la llamada nueva normalidad.
A un año de que la crisis por coronavirus comenzara, el Cieda se ha manifestado para tener un diálogo favorecedor con “El Bronco”. Jorge Padilla, presidente del Consejo de Salones Unidos, A.C., considera buen augurio el que, de unas semanas a la fecha, al fin se den las condiciones para operar en distintos establecimientos.
“Sí se reactiva la economía, pero se reactiva en momento electoral. Sí te hace pensar curiosamente el porqué, pero bueno, si van a hacerlo de esa forma y nos puede favorecer, pues todo es bienvenido. Esperemos que si se llegase a necesitar un cierre, ojalá que no, ahora sí se consulte”, argumenta.
Los empresarios de estos giros han calculado que las pérdidas económicas ya son de más de 13 mil millones de pesos, que 125 mil personas han perdido su empleo aproximadamente y más de 80 mil eventos han sido cancelados en Nuevo León. Por ello, el Cieda exhorta a que, a futuro y considerando los cambios de administración, se tomen decisiones en conjunto con las autoridades municipales y estatales.
Quienes integran el clúster seguirán abriendo conforme mejoren los indicadores del semáforo epidemiológico. En tanto los negocios que ya están operando no sólo se han comprometido a cumplir con los protocolos sanitarios en sus establecimientos y a aceptar las clausuras de los que inclumplan, también trabajan con un aforo reducido o un nuevo giro
Salones de Chavana con aforo reducido
Ernesto Chavana es un showman frente a las cámaras del Canal 12 local. Pero durante la pandemia, el conductor de televisión se contagió de coronavirus y, además, sus negocios de salones de fiestas, El Castillo Eventos, han sido afectados.
“Cuando las autoridades no nos apoyan como negocios, sufrimos muchísimo. Hemos aguantado este golpe de la pandemia, este momento de economía. No sé como mucha gente ha podido salir adelante, a mí pues me ayuda el canal con mi sueldo, tengo 32 años en la compañía y ahí sigo trabajando. Si no fuera por eso, sinceramente esta pandemia hubiera acabado la carrera de empresario de Ernesto Chavana”, dice el comunicador.
Luego de la reunión del Consejo de Salud, el 11 de marzo el gobierno de Nuevo León permitió abrir los salones de fiestas infantiles, con un aforo de 30 por ciento. Estos establecimientos mercantiles tenían un año cerrados por el coronavirus.
En el caso de El Castillo Eventos, sus dos sucursales en Chapultepec y San Nicolás permanecen abiertas para fiestas con aforo restringido. Además de la renta del salón, ofrece el servicio de organización integral de eventos.
Chavana consideró el convertir uno de los espacios en una taquería, pero prefirió aguantar el cerco sanitario. Para él, transformar un negocio en otro es una burla por parte del secretario de Salud del estado, Manuel de la O Cavazos, debido a la inversión que se requiere.
“Dijeron en una conferencia de prensa ‘sugiero que cambien de giro’, ¡como si fueran enchiladas! Para eso necesitas reacondicionar, adquirir mobiliario, invertirle un billete para cambiar el concepto, aparte difundirlo, publicidad, de verdad que a veces los escucho y hablan sin conocer de negocios”, comenta el también locutor.
Ahora, con las reaperturas espera que el Cieda y las autoridades fortalezcan una alianza para que todos puedan ganar a futuro, tanto gobierno como empresarios.
“Estamos todos en el mismo barco, y a todos queremos que nos vaya bien. Entonces el aporte de ideas a través de esta agrupación me parece muy bueno y ojalá se quede porque se trata de sumar, de que nos vaya mejor a todos los que participamos ahí y a nuestros trabajadores y a toda la sociedad que puede hacer uso de nuestros servicios”, afirma.
Café Iguana agrega servicio de restaurante en negocios
Lo que ayudó a que continúe el Café Iguana fue la transformación que le dio Rodrigo Ríos, su fundador. “Fony” convirtió un anexo del inmueble que se encuentra en Diego de Montemayor en un restaurante.
“El Café Iguana fue creciendo y fui agarrando áreas y una de esas partes se llama Salón Morelos, y lo convertí en restaurante. Ya teníamos alitas y cosas así, teníamos cenas, pero no estábamos enfocados a eso y, con toda esta onda que se vino, algo de lo bueno que trajo fue esta conversión y la verdad es que nos está yendo muy bien”, comparte.
Café Iguana abrió sus puertas el 9 de mayo de 1991 con lecturas de poesía, exposiciones de pintura, escultura y fotografía, y luego conciertos de música de diferentes géneros. Ahora con el cierre extendido hasta las 12 horas, el concepto de restaurante-bar se quedará de manera definitiva no sólo en el Salón Morelos, sino que se extenderá en todo este lugar icónico de Monterrey.
“Me gustaría que en el día pudieran ir menores de edad a visitar el lugar, que jale desde más temprano y que la gente quiera ir a la hora de la comida. Tengo la terraza, me gustaría meterle un asador, junto con lo que ya teníamos. Pero quiero dejar bien claro, no quiero que se confunda la gente con que ‘ahora se va a convertir en restaurante’, no, o sea, aparte vamos a agregar eso”, expresa Ríos.