Necesario replantear la seguridad pública y privada
Ante el cambio de dinámicas de robos de crimen organizado y a la escalada de violencia en el país, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada propone replantear las estrategias y mecanismos de protección tanto en el sector público como en las empresas y hogares
Rubén ZermeñoEl aumento de la violencia en el país no solo afecta a los ciudadanos, también a su patrimonio y al de las autoridades, lo que obliga a revisar el enfoque de protección y seguridad que se les da a casas, oficinas, comercios, fábricas e instalaciones de diversos sectores estratégicos ya que se han convertido en blanco del crimen organizado y el narcotráfico.
El pasado 10 de junio dos remolques con 7 millones 114 mil 500 cartuchos útiles fueron robados por un grupo armado en San Luis de la Paz, Guanajuato.
De acuerdo con testigos del robo, sujetos armados interceptaron a dos tráileres y a los tres autos que los custodiaban, bajaron a los ocupantes de los mismos y robaron las municiones.
Después de un operativo la Guardia Nacional encontró los autos escolta y los tráileres abandonados, pero no los remolques que transportaban los cartuchos.
Hechos como este, comenta José Luis Calderón González, vocero de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), son prueba de que los modelos de seguridad en el país deben de replantearse.
“Los modelos de seguridad en vías de ferrocarril, aeropuertos, aduanas, minas, instalaciones de agua, energía, de seguridad pública e inclusive las de carácter militar, deben de replantearse ante la escalada de violencia insospechada e inaudita que estamos viviendo.
“Hay que estar sensibilizados con el contexto que vivimos, vemos expresiones que dejan ver la falta de profesionalismo e igualdad de condiciones entre las fuerzas de seguridad pública y el crimen organizado”, comenta.
De acuerdo con el especialista, las afectaciones a infraestructuras y bienes no solamente pueden venir del crimen organizado, si no que también son afectadas colateralmente por sectores de la sociedad que manifiestan algún descontento, como ocurrió con campesinos que quemaron hace un año unidades federales en protesta por la extracción de agua de la presa La Boquilla, en Chihuahua.
“Estamos viendo situaciones que nos muestran que no hay una preparación contra las expresiones de descontento social. Actualmente con la crisis económica, la inflación y las tasas de desempleo y ante la amenaza de un nuevo confinamiento seguramente seguiremos viendo escenas como estas”, agrega el especialista en seguridad.
Diversificación de robos
El pasado 20 de junio un grupo armado asaltó la plataforma petrolera autoelevable Sandunga que se localiza en el Golfo de México y es propiedad de la compañía regiomontana Finesterra Energía.
Los asaltantes se llevaron equipos de respiración autónoma, cascos de buceo con cámara, trajes de neopreno, aletas, botas y pertenencias de los trabajadores del lugar para después darse a la fuga en dos embarcaciones.
Calderón González señala que este robo es muestra de que el crimen se ha diversificado por lo que las estrategias de seguridad deben de hacer lo mismo.
“Además de asaltos y secuestros estamos viendo robos en todo tipo de infraestructuras, antenas de celular, en el Metro de la Ciudad de México constantemente roban cables que provocan apagones. Esto ya está trascendiendo el nivel residencial y está llegando a todos los sectores estratégicos.
Muestra de esto es lo que ocurrió a inicios de mes cuando pobladores de Aguililla, Michoacán, irrumpieron con bombas molotov al cuartel de la 43 Zona Militar de la Sedena.
“Las autoridades deben de trabajar en la capacitación, no solo de sus guardias, como actualmente se hace, si no en un diseño de Foto: especial José Luis Calderón considera que la estrategia de seguridad en la infraestructura del gobierno se debe de actualizar. seguridad de infraestructuras. Si nosotros vemos las instalaciones de CFE y Pemex nos damos cuenta que no hay congruencia ni homologación, todos sus sistemas son distintos y no tienen guías de diseño ni manuales.
“En otros países hay programas nacionales de protección de infraestructura o edificios gubernamentales, se dictan políticas y lineamientos para protegerlos, se analizan problemáticas y amenazas y trabajan con las empresas para desarrollar tecnología, cosa que en México solo existe en casos muy aislados”, agrega el especialista.
La seguridad privada
Para comenzar a solucionar el problema, el vocero de AMESP propone realizar una metodología de riesgo para todas las infraestructuras del país, es decir, qué se debe de proteger, contra qué se tiene que proteger y cómo se va a proteger.
“Proponemos que las organizaciones sepan que necesitan medidas de protección a lo que se está viviendo, Por ejemplo, si en el pasado una refinería utilizaba una barda mampostería y malla ciclónica, ahora debe de replantearse si eso es suficiente contra los niveles de riesgo que pueden pasar o amenazas a los que pueden estar expuestos”, señala al respecto.
El especialista aclara que muchas veces se encasilla a la seguridad privada con solo guardias cuando abarcan distintas áreas como capacitación, investigaciones, guardias y escoltas, dispositivos y sistemas, elementos necesarios para una seguridad integral.
“Cuando desarrollas una estructura de seguridad integral se debe de hacer una combinación de medios humanos, tecnológicos, físicos y de ciberseguridad, se deben de unir a través de los procedimientos y políticas de seguridad y eso es lo que falta, se debe de actualizar la seguridad del país”, concluye.
La Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP) integra a 127 empresas del sector de las cuales muchas trabajan en oficinas y edificios del gobierno brindando capital humano y tecnología.
Las empresas de seguridad privada están reguladas por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y aunque existe colaboración entre sector privado y autoridades, AMESP señala que aún se debe de fortalecer más la relación.