Narcoviolencia ingresa a las aulas
La retórica violenta del narcotráfico ha penetrado en lo más hondo de la sociedad tapatía. El cobro de derecho de piso y las amenazas de “chacas” llegaron a las aulas de las primarias, secundarias y preparatorias de Jalisco.
En las instituciones de educación pública y privada, el acoso escolar y la normalización de la violencia han pervertido la convivencia entre niños y/o adolescentes.
Ahora los niños no pueden ignorar la violencia: El terror al narcotráfico y la violencia criminal se entremezcla con los pleitos del recreo.
Ángel Plascenciahttp://www.youtube.com/watch?v=voKkO9hV2hI
La retórica violenta del narcotráfico ha penetrado en lo más hondo de la sociedad tapatía. El cobro de derecho de piso y las amenazas de “chacas” llegaron a las aulas de las primarias, secundarias y preparatorias de Jalisco.
En las instituciones de educación pública y privada, el acoso escolar y la normalización de la violencia han pervertido la convivencia entre niños y/o adolescentes.
Ahora los niños no pueden ignorar la violencia: El terror al narcotráfico y la violencia criminal se entremezcla con los pleitos del recreo.
Es una realidad que la autoridad no puede negar y tiene que atacar de algún modo. María del Refugio Ruiz, directora de la Asociación Jalisciense de Padres de Familia en Contra de la Violencia y el Acoso Escolar en la Educación Básica AC (ASJAPAVA), en entrevista con Reporte Indigo, señaló que se trata de un problema de impunidad.
“Este (el de Andrés Barba y Luis Ortiz) es un caso que no es aislado; ha habido situaciones en donde sí se han presentado este tipo de venganzas, este tipo de cosas en donde estamos llegando de nuevo a la Ley del Talión.
“¿Que hay cobro de piso? Sí, también. Hay escuelas en donde verdaderamente es triste, pero sí hay el cobro de piso para estar en paz el compañero, para estar en paz la criatura (…) y muchas veces los mismos maestros se pueden percatar del asunto, pero prefieren no meterse en problemas, ignorarlo. O los padres de familia, no denunciar por miedo”.
Niños y adolescentes que son víctimas de la violencia, poco pueden hacer ante la amenazas de sus compañeros que dicen –mintiendo o no- que son familiares del algún narcotraficante o policía.
Hay ejemplos en Jalisco, como el del policía de Zapopan, Abelardo Espíritu Aispuro, que amenazó a un joven en medio de una riña en la que peleaba su hija en los alrededores de la Secundaria 59 en La Tuzanía, Zapopan.
Y por supuesto, el caso de los dos jóvenes asesinados por “molestar” y “burlarse” del hijo del narcotraficante José Ángel Carrasco Coronel “El Changel”.
‘Su mamá casi no lo dejaba salir’
Luis Antonio Ortiz Guerra, el estudiante de secundaria asesinado que aparece como el que hace contacto con otros dos jóvenes cómplices de la desaparición, era un jugador de futbol que siempre estaba entre los titulares de una de las ligas juveniles de Chivas.
En entrevista con uno de sus compañeros de futbol y amigo desde hace dos años, “Erick”, el entrevistado, indicó que al escuchar la noticia de su vinculación con el crimen, no lo podía creer.
“Yo me enteré y pues la verdad, pues no creía que anduvieran en eso porque se veían súper tranquilos. No se veía que se juntaban con gente así ni nada de eso, o sea, yo me quedé hasta sorprendido.
“Luego luego se ve como se visten los chacas, y ahí dices: ‘no, pues éste si anda metido’; no, pero a él (Luis Antonio Ortiz) ni le gustaban los corridos ni nada”.
En la cuenta de Facebook que permaneció abierta hasta el 2 de julio de 2013, Ortiz Guerra aparecía rodeado de amigos de la escuela; en el Kipling Downtown School los grupos son reducidos, por lo que el joven tenía varias amistades en otras escuelas.
Ortiz Guerra era el menor de una familia de varios hermanos, recibía la atención de sus padres y era fan del futbol y la música. Nunca mostró que fuera violento o que provocara pleitos:
“Éramos siempre los titulares él y yo y otros cuatro más; el jugaban de volante por derecha (…) Una vez fuimos al estadio y yo lo acompañé y fuimos a la porra del Atlas y se estaban peleando; veían algún pleito y trataban de evitarlo, o sea, nos hacíamos a un lado.
“Yo a veces lo invitaba a unas reuniones –de hecho su mamá casi no lo dejaba salir- y pues yo mejor iba a su casa a visitarlo (…) Cuando llegábamos del estadio –no era muy tarde, como a las 10- y su mamá venía por él; o sea, no lo dejaba que se fuera caminando”.
¿Fiscalía especializada en abuso escolar?
La directora de ASJAPAVA cree que la única forma de disminuir la violencia escolar en el estado es con un trabajo en conjunto entre autoridades escolares, padres de familia y autoridades de seguridad.
Y es que para María del Refugio Ruiz es importante visibilizar el problema de venta de droga e ingreso de armas a los planteles escolares, que se está ignorando.
Para muestra está el caso de una alumna de la primaria Eugenio Zúñiga Gálvez, de Tlajomulco de Zúñiga (municipio metropolitano de Guadalajara), que vendía mariguana en tubos de plástico entre sus compañeros; su padre le surtía la droga.
“Ha habido situaciones donde los muchachos saben que está la ley del más fuerte, quizás porque estos muchachos ya están dentro, no los padres, sino ellos mismos, ya están dentro de organizaciones; otros donde sus padres son a lo mejor muy poderosos.
“Creen que se puede vivir jugando como niños, burlándote del prójimo; no sé si sea hijo de narco o no, no sé si sea hijo de quien sea, pero yo he escuchado en la asociación quejas que me dan los padres que están tan impotentes, están tan enojados de ver que no pasa nada cuando sus hijos son víctimas, que son capaces hasta de matar”.
Por otro lado, Ruiz recordó que el trato de los padres hacia los niños permite que estos crean que pueden hacer lo que quieren, sin importarles las consecuencias, las leyes, ni el respeto a los derechos de los demás. Dicha situación afecta también a los docentes:
“Los maestros también sufren violencia (…) conozco casos de niños que han mandado a los profesores casi infartados y están en primero, segundo año de primaria, imagínate qué criaturas van a ser el día de mañana.
“Tengo maestros que están ocupando un hospital como el San Juan de Dios porque desgraciadamente los han llevado hasta el punto del suicidio; tengo casos de profesores que me han llegado navajeados, maestros que les dañan sus pertenencias, sus útiles, sus autos”.
Según datos de la Sección 47 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) la mayoría de los internados en el Hospital Psiquiátrico de San Juan de Dios son profesores.
A pregunta expresa de si es necesaria la custodia de profesores y alumnos por parte de elementos de seguridad, ante el aumento de la violencia y amenazas, la directora de ASJAPAVA cree que la situación actual así lo requiere:
“Se tendrá que custodiar, a lo mejor será parte fundamental que el fiscal general nombre a alguien (…) yo quisiera que después hubiera esta reforma en donde hubiera una fiscalía especializada para la violencia escolar”, concluyó Ruiz.
Bullying asesino
Los casos de agresiones entre menores se multiplican en la sociedad jalisciense, en donde cada vez es más clara la presencia de depresión en niños y adolescentes que ven el suicidio como una falsa salida.
La crueldad en las agresiones en contra de “Jonathan”, un menor del municipio de Unión de San Antonio, puso el dedo en la llaga del tema del bullying en las escuelas.
En marzo del 2013, “Jonathan” murió por infección en sus pulmones causada por el agua del retrete que ingirió luego de que uno de sus compañeros lo sometió a fuertes agresiones al reclamarle dinero.
Días después, el niño fue ingresado a una clínica de Lagos de Moreno por un problema estomacal; luego fue trasladado al Centro Médico de Occidente, en donde sufrió un paro respiratorio, el daño a sus pulmones causó su muerte.
Casos como el de “Jonathan” ilustran la complicada situación de los adolescentes en Jalisco.
Los intentos de suicidio se colocan como una de las primeras causas de muerte en la población de jóvenes de entre 12 y 24 años. La gran mayoría de los casos están asociados a la depresión.
Dichas cifras fueron reveladas durante el XV Congreso Internacional de Avances en Medicina 2013, se señaló que el número de casos de suicidios en niños de 10 a 14 años aumentó de 2010 al 2012.
En 2010 se registraron 10 casos, mientras que solo en el primer semestre del 2012 se habían contabilizado nueve suicidios en adolescentes.