José Ramón Amieva, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, declaró que desde hace dos meses sabía de la existencia de grupos delincuenciales que se dedican al narcomenudeo en la capital del país, e indicó que de acuerdo con pesquisas, estas organizaciones están relacionadas con cárteles que operan en los estados de Guerrero, Jalisco, y Morelos.
La declaración del sucesor de Miguel Ángel Mancera, quien solicitó licencia para concentrarse en las elecciones presidenciales y apoyar a Ricardo Anaya, se originan después de que una balacera en Tláhuac dejara cuatro muertos y 25 detenidos, y tras el hallazgo de cadáveres descuartizados en avenida Insurgentes, el pasado domingo.
Según el mandatario capitalino, grupos de Jalisco, Guerrero y Morelos “proporcionan droga” y “proporcionan armas” a los delincuentes que operan en CDMX.
El político refirió que la situación le fue informada cuando ocupó la jefatura de Gobierno.
Ayer, la Procuraduría General de Justicia capitalina indicó que Rachif Castro, uno de los líderes de la Unión de Tepito es uno de los sospechosos por el asesinato de las personas que aparecieron descuartizadas en Insurgentes.
Los cuerpos de las víctimas ya fueran reclamados, de acuerdo con información de autoridades capitalinas.
Amieva precisó que el asesinato deriva del enfrentamiento de grupos delincuenciales por el control de la zona centro de la urbe: “Están disputando territorios como el Centro de la ciudad, están lanzando mensajes que pretenden generar terror, miedo, entre un grupo hacia el otro y la forma que tienen es asesinar a un integrante de un grupo y el grupo rival les responde con otro muerto, surgen las mantas, los mensajes que colocan en los cuerpos para decir, nosotros vamos a prevalecer”.