En el Distrito Federal se mata, se decapita, se traiciona y se comercia en función de las drogas, unos porque las consumen y otros porque las trafican.
Hoy, uno de los frentes de la polémica guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón se pone en marcha pues a partir de las modificaciones a la Ley General de Salud efectuadas en agosto de 2009, las autoridades locales asumen funciones para combatir y sancionar exclusivamente el narcomenudeo.
La medida tiene efectos colaterales pues más allá de que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) creó una Fiscalía especial para la atención del narcomenudeo, las de por sí saturadas cárceles capitalinas, asumirán como propios a los detenidos por este delito que antes eran etiquetados como presos federales.
La mal llamada “Ley de Narcomenudeo” es en realidad un paquete de reformas a la Ley General de Salud que el Congreso de la Unión aprobó en 2009, mediante las cuales se establecen las obligaciones de los tres ordenes de gobierno, federal, estatal y municipal en la prevención de la posesión, comercio y suministro de narcóticos.
Uno de los ejes centrales para acotar las atribuciones del Distrito Federal, en este caso, se basa en una tabla de dosis a partir de la cual se establecen cantidades máximas de consumo permitidas y de ahí, lo que se considera narcomenudeo con un tope, que si se rebasa, permite hablar de delincuencia organizada, esta última, facultad de la federación.
En la ciudad de México las instancias involucradas con esta nueva tarea son: la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF), la PGJDF y el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), cada uno, se dice preparado para tratar a los 12 detenidos que a diario se captura, en promedio, en poder de estupefacientes.
Entre farmacodependientes y comerciantes
Desde hace varios meses, un grupo de policías de investigación de la PGJDF se capacita en el tema de narcotráfico y narcomenudeo en la Procuraduría General de la República (PGR).
Ellos forman parte de la estructura de 120 elementos de la nueva Fiscalía que atenderá desde el tercer piso del “bunker” de la Procuraduría capitalina el delito del narcomenudeo en la modalidad de comercialización y suministro, ya que la posesión de drogas podrá ser atendida en todos los Ministerios Públicos de la 16 fiscalías desconcentradas del DF.
El subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales de la PGJDF, Edmundo Porfirio Garrido Osorio, explica en entrevista la manera en que la dependencia se preparó para hacer frente a esta encomienda federal autorizada desde hace tres años.
“La ley lo especifica, el narcomenudeo se da en estos parámetros, en las grandes metrópolis el narcomenudeo prospera y el Distrito Federal no es la excepción”.
“Se acota el conocimiento a ocho narcóticos: opio, heroína, marihuana, cocaína, LSD, MDA, MDMA y metanfetaminas y establece cierto peso para tener competencia en el DF, sobre cierto peso para que sea competencia federal”, explica el funcionario.
La tabla que la Ley General de Salud establece y que sirve para determinar las competencias marca lo siguiente:
El hecho de entrar al terreno del combate al narcomenudeo exige de manera implícita crear una infraestructura de recursos materiales y humanos.
Pese al tiempo transcurrido de tres años, desde que se aprobaron las modificaciones, aún hace falta bajar los recursos federales etiquetados para este fin, que se invertirán en la construcción de diversos Centros de Operación Estratégica (COES) que se pondrán en marcha en aquellas delegaciones con focos rojos en el tema de las drogas.
Los COES no son otra cosa más que la extinta figura de las Unidades Mixtas de Atención al Narcomenudeo (UMAN) instaladas por la PGR en los Estados para combatir el trafico en su vertiente de menudeo.
En 2005, la PGR puso en marcha este modelo de atención y combate al narcomenudeo en el Distrito Federal. En un espacio físico se unía a agentes del Ministerio Público Federal con elementos de la Policía Federal Preventiva, Policía Judicial del DF y la preventiva para combatir el narco al menudeo en la capital del país.
Las instalaciones contaban con separos, laboratorios, agencias del Ministerio Público y cámaras de Hessel para identificar a probables responsables, así como espacios para mantener temporalmente a los detenidos relacionados con drogas.
La primera UMAN del Distrito Federal fue inaugurada en ese año en la delegación Miguel Hidalgo, cuando en ese tiempo era el jefe delegacional Fernando Aboitiz, hoy secretario de Obras del gobierno capitalino.
La segunda UMAN del DF se puso en marcha en la delegación Álvaro Obregón, ambas jurisdicciones con alto porcentaje en el problema del narcomenudeo.
En ese tiempo, Gabriel Regino, subsecretario cuando Marcelo Ebrard era el jefe de la policía capitalina.
El modelo UMAN ya no existe, en su lugar los COES próximamente se inaugurarán en la ciudad de México.
“Estamos en pláticas para aterrizar los recursos de este tema que están etiquetados para la atención de la estrategia del narcomenudeo y los COES tendrán que empezar a funcionar cuando ya se den las condiciones; el área jurídica de la institución ya está haciéndolo”, apunta el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales.
En los citados centros, el personal de la PGR y el del Distrito Federal podrán operar estrategias conjuntas en contra de otros delitos que se registran ligados al narcomenudeo como robos, secuestros y homicidios.
El funcionario dijo no tener definido el momento ni tampoco el monto de los recursos federales que recibirán las autoridades capitalinas para la instalación y puesta en marcha de las instalaciones.
El subprocurador Garrido Osorio puntualiza que la estrategia que se va implementar a nivel DF involucra al sector salud, a la policía preventiva y la procuraduría, ya que dentro de las atribuciones del sector salud tendrá que estar el tema del trato a farmacodependientes.
En el caso de SSPDF, el tema de las puestas a disposición; y en el caso de la procuraduría, la recepción de las puestas a disposición, integración y consignación ante los jueces competentes.
Para las posesiones “simples”, las Fiscalías Desconcentradas, en cualquiera de las agencias repartidas en el DF. Para la comercialización o el suministro, se creó una Fiscalía Central de Investigaciones, encargada de estos delitos “con personal especializado que contará con un titular, que tendrá el nivel de fiscal”.
Dicha Fiscalía contará con tres áreas operativas: operación directa sobre investigación, atención a detenidos y una tercera, de integración e investigación sobre el tema en específico.
Para tal efecto se contará con un grupo especial de policías de investigación, con el grupo de reacción de la institución y con un área de inteligencia para procesar todas las denuncias (anónimas, telefónicas y escritas) que se reciban.
“Otro punto importante (son) servicios periciales para efectos de las operaciones, derivado de este contexto también cabe la figura de extinción de dominio cuando tengamos un asunto que cumpla con esos estándares”.
Extinción de dominio es la figura que la administración de Marcelo Ebrard Casaubón puso en marcha para que el GDF pueda tomar aquellos predios o inmuebles cuyos propietarios los renten a grupos delictivos o ellos mismos los utilicen para cometer acciones contra la ley.
Bajo esta figura de extinción de dominio, el GDF ha obtenido diversos inmuebles para el erario público a partir de que se les relacionó con la comisión de delitos.
Los casos más recientes apuntan a algunos edificios que servían como hoteles de paso en el barrio de La Merced en los cuales se ejercía lenocinio y trata de personas.
La disputa por el mercado
Ocurre en Tepito, Iztapalapa y en las zonas residenciales. La Ciudad de México ha sido un escenario reciente de guerras entre grupos que se disputan el mercado de la droga.
En la ciudad de México, el problema del narcomenudeo no es menor. La capital ha sido el escenario reciente de guerras entre grupos que se disputan el mercado de la droga.
No solo ocurre en el barrio de Tepito, que históricamente ha sido señalado como uno de los puntos de distribución de droga más peligrosos e importantes del Distrito Federal.
También la delegación Iztapalapa tiene una cuenta pendiente. Pasadas administraciones resaltaron la problemática de narcomenudeo en esta demarcación a partir de la distribución de diversos estupefacientes a domicilio, a través de motocicletas conducidas por jóvenes que hacen la entrega de la mercancía cual si fuera una pizza.
De los episodios más recientes de grupos dedicados al narcomenudeo están las múltiples ejecuciones y decapitaciones registradas en la zona sur del DF, en las delegaciones Tlalpan, Coyoacán, Magdalena Contreras y Cuajimalpa.
El GDF y la PGJDF, especialmente, han sido reacios ha reconocer que la problemática en estas zonas está en la delgada línea del narcomenudeo y el narcotráfico con grupos de la delincuencia organizada.
Reporte Índigo ha dado cuenta de esta guerra sangrienta en la que se pelea el control del mercado. En los años 2010 y 2012 la problemática registró una violencia inédita en la capital pues algunos lugartenientes que operaban para los grandes cárteles de la droga vinieron huyendo de la llamada guerra contra el narco de sus Estados origen.
Así, la capital del país se convirtió en escenario de esta cruenta disputa como que la que encabezó recientemente Óscar García Montoya “El compayito” en la zona metropolitana.
La Procuraduría de Justicia del Distrito Federal tiene todos los antecedentes en expedientes que les arrojan el panorama de por dónde hay que empezar.
Raúl Franco Hernández, uno de los supuestos integrantes de “La Mano con Ojos”, detalló ante el Ministerio Público local diversas reuniones ocurridas en un rancho ubicado en la zona del Ajusco, donde los narcos se habían reunido a planear sus operaciones en la capital.
Según su versión, el cónclave de los narcos ocurrió a finales de 2010, en el mes de octubre y acudió gente de Eznel Cortés Jiménez “El teniente”; Mario Pineda Villa “El MP” y de su hermano Alberto Pineda Villa “El borrado”; otros operadores de Édgar Valdés Villareal “La Barbie” y de Gerardo Álvarez “El Indio”, algunos muertos, otros encarcelados y miembros del otrora poderoso Cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Marcela García Torres Vega fue designada ayer como titular de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Narcomenudeo. La fiscal viene de la PGR donde fue subdelegada de Procedimientos Penales Zona Centro Distrito Federal.
El combate al narcotráfico en el DF ya tiene luz verde. Hermenegildo Lugo, quien manejó el grupo “Ares” de la SSPDF en 2005, y hoy es comandante de la Procuraduría, estará al frente del grupo de investigación de policías de la nueva fiscalía. La mesa está servida.