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Narco con denominación de origen

No hay ninguna invasión. Las organizaciones criminales con operaciones en Jalisco están integradas en su inmensa mayoría por habitantes del propio estado, reclutados aquí mismo, y sólo en una pequeña parte se trata de mexicanos que han provenido de otras entidades del país. 

Un reporte elaborado por la Fiscalía General muestra que de todos los miembros del crimen organizado que han sido detenidos o abatidos en enfrentamientos en el estado, en un periodo de nueve años, de 2007 a hoy en día, siete de cada 10 casos eran originarios de Jalisco. 

De todos los jaliscienses que han optado por sumarse a las filas de algún grupo delictivo, lo hicieron mayormente como halcones o vigilantes
"A mí no me gusta decirle Cártel Jalisco porque está integrado por michoacanos y casi todos los detenidos que hacemos son foráneos, entonces yo diría que es el Cártel Nueva Generación"
Luis Carlos Nájerael 26 de febrero de 2015, mientras era fiscal general
https://www.youtube.com/watch?v=65BXu4I4JnQ

No hay ninguna invasión. Las organizaciones criminales con operaciones en Jalisco están integradas en su inmensa mayoría por habitantes del propio estado, reclutados aquí mismo, y sólo en una pequeña parte se trata de mexicanos que han provenido de otras entidades del país. 

Un reporte elaborado por la Fiscalía General muestra que de todos los miembros del crimen organizado que han sido detenidos o abatidos en enfrentamientos en el estado, en un periodo de nueve años, de 2007 a hoy en día, siete de cada 10 casos eran originarios de Jalisco. 

Inclusive, de los 13 grupos delictivos que han sido identificados con presencia en el estado en este tiempo, en distintos grados, seis de ellos cuentan con estructuras conformadas principalmente por ciudadanos jaliscienses, según estos registros. 

Caen dos mitos. Primero, que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es una organización delictiva compuesta sobre todo por michoacanos: nada más lejos de la realidad, su expansión tiene como correlato el reclutamiento de cientos de jaliscienses que optaron por sumarse a sus filas. 

Y segundo, la visión pregonada por años por autoridades locales, que concebía a Jalisco como un territorio a defender en sus fronteras de las incursiones externas de los cárteles, cuando el funcionamiento de estos ha estado en buena medida sostenido por mismos jaliscienses.  

De los 586 integrantes del crimen organizado detenidos o abatidos en el estado, el 69 por ciento eran jaliscienses: 405, seguidos muy atrás por los originarios de Michoacán, 37; Zacatecas, 37; Chiapas, nueve; Sinaloa, ocho; San Luis Potosí, siete, y Estado de México, seis. 

Estos estados concentran el 87 por ciento de la integración comprobada de las organizaciones criminales en Jalisco, y el porcentaje restante lo componen 77 personas que provenían de otras 11 entidades del país (28), Colombia (cuatro), Estados Unidos (uno) y de origen desconocido (44).

Esos más de 400 jaliscienses en grupos delictivos se dimensionan al saber que 116 de los 125 municipios del estado no cuentan con una Policía así de numerosa, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. 

Los jaliscienses han sido mayoría en los siguientes cárteles: La Corona, con el 93 por ciento; el CJNG, 86 por ciento; Sinaloa o Pacífico, 80 por ciento; Caballeros Templarios, 71 por ciento; La Resistencia, 69 por ciento, y Milenio-Valencia, con 52 por ciento. 

El involucramiento de jaliscienses está confirmado en tres organizaciones más, aunque en menor grado: Los Aliados, un tercio de los suyos eran de aquí, en una proporción muy similar a la hallada en La Familia; y Los Zetas, con menos de una décima parte de locales en su composición. 

En el único cártel relevante donde la Fiscalía no ha comprobado la integración de jaliscienses es en el del Golfo. 

La guerra

El reporte de la Fiscalía evidencia que la peor y más sangrienta guerra entre cárteles por la que ha pasado Jalisco, en 2011 y 2012, cuando el CJNG y La Resistencia dejaron masacres de un lado y otro, fue, en esencia, una lucha de jaliscienses matando jaliscienses. 

El CJNG ha sido el grupo más golpeado por las fuerzas locales, sobre todo estatales, con 326 miembros detenidos o abatidos, de los cuales 280 eran de Jalisco, muy cerca de su totalidad (nueve de cada 10). 

Mientras que en La Resistencia siete de cada 10 también eran oriundos del estado: 54 de los 78 que han caído por detenciones o tiroteos. 

Dentro de esa pugna están hechos como los 26 cuerpos en los Arcos del Milenio en 2011, y 18 más en la Carretera a Chapala en 2012, atribuidos al segundo grupo. 

No obstante, aún el 26 de febrero de 2015, el entonces fiscal general, Luis Carlos Nájera, decía:

“A mí no me gusta decirle Cartel Jalisco porque está integrado por michoacanos y casi todos los detenidos que hacemos son foráneos, entonces yo diría que es el Cártel Nueva Generación”.

Así lo afirmó, aunque la Fiscalía sólo tiene constancia de la filiación en el CJNG de 16 michoacanos, apenas un 5 por ciento de toda su estructura neutralizada, la cual manifiesta, por cierto, su fortalecimiento nacional:

Cuatro miembros más eran de Guerrero, tres de Sinaloa; un par de Tabasco y Baja California, y DF; y uno en cada entidad siguiente: Colima, Guanajuato, México, Oaxaca y Zacatecas; junto a dos colombianos y 10 sin precisar.    

Fue en esa misma concepción de un estado en vilo por “foráneos”, que el gobernador, Aristóteles Sandoval, dio su declaración del 20 de enero de 2014, leída como un sistema de “fichaje” de michoacanos:

“Hay pobladores que están viniéndose a Jalisco, entonces debemos detectar sobre todo que sean familias de bien, detectar quiénes son, a dónde llegan, en qué escuelas estarían, a qué se dedican, sobre todo para tener esa información y esa tranquilidad de que no es gente que se dedica al crimen organizado”. 

De hecho, de los 17 liderazgos del CJNG neutralizados -encargados de plaza o jefes de sicarios-, todos eran jaliscienses. De los otros cabecillas en el reporte, uno era de La Resistencia, de Baja California; tres de Los Caballeros Templarios, de Jalisco, y uno de Los Zetas, zacatecano. 

Muy de Jalisco

El CJNG soporta, en efecto, gran parte de su estructura en jaliscienses. En la comercialización de drogas, el 95 por ciento lo son (20 de 21); en el halconeo o vigilancia, el 87 por ciento (111 de 127); en sus alas de sicarios el 87 por ciento (110 de 127), y todos sus liderazgos caídos (17), de acuerdo con el informe.

Los pocos grupos que sí parecen haber intervenido en Jalisco por medio de incursiones con células conformadas previamente en otros estados son tres: el Cártel del Golfo, de cuyos seis detenidos cinco eran zacatecanos y un duranguense. 

La Familia, de sus 19 miembros neutralizados, 13 eran michoacanos y solo seis de Jalisco; y muy en particular Los Zetas: pues de sus 50 miembros detenidos o abatidos, 31 venían de Zacatecas, siete de San Luis Potosí, cuatro de Durango, dos de Guanajuato, uno de Guerrero, otro de Veracruz, y solo cuatro locales.  

De todos los jaliscienses que han optado por sumarse a las filas de algún grupo delictivo, lo hicieron mayormente como halcones o vigilantes: 168 (41 por ciento); luego, como sicarios: 154 (38 por ciento); y en la comercialización de la droga: 26 (6 por ciento). 

Las señales que alertan

La Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014 arrojó  que en los jóvenes de Guadalajara de 15 a 29 años, el 15.2 por ciento ha tenido la presencia en su vida de conductas delictivas, y el 13.7 por ciento del uso de marihuana, inhalantes u otras drogas. 

El 4.2 por ciento dijo haber usado un arma para defenderse; el 3.3 por ciento haberse ligado a una pandilla violenta; el 18.4 por ciento tener un familiar cercano preso. Cada punto porcentual representa aproximadamente 8 mil 754 jóvenes. 

Al preguntárseles a los jóvenes de 12 a 29 años sobre los compañeros que tienen, el 19.2 por ciento dijo que estos han portado armas o droga; y el 21.1 por ciento que han consumido drogas. Cada punto representa cerca de 9 mil 932 tapatíos. 

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