El Gobierno de México decidió cambiar la forma en que trabaja el semáforo epidemiológico de tal manera que ahora la alerta sanitaria o el semáforo rojo se darán en un contexto de mayor gravedad.
“En la nueva estimación del semáforo, se reasignaron los rangos de cada nivel de riesgo. Ahora el puntaje total se distribuye homogéneamente, de forma que la mitad del puntaje abarca los niveles de menor riesgo (bajo y moderado) y el otro 50 por ciento abarca los niveles de mayor riesgo (alto y extremo).
“De esta forma, en conjunto con los cambios en los puntos de corte de los indicadores, se espera que, bajo condiciones de actividad viral potencialmente endémica, las entidades transiten entre niveles de riesgo bajo y moderado la mayor parte del tiempo, y que pasar a los niveles de riesgo epidémico alto y máximo, se entienda como una verdadera alerta sanitaria”, se lee en el documento en poder de Reporte Índigo.
“El Lineamiento para la estimación de riesgos del semáforo por regiones COVID-19”, publicado el 14 de julio pasado, detalla que transitar al nivel naranja demandará la implementación contundente y expedita de acciones de mitigación para evitar en lo posible la transición al nivel rojo.
“Se estableció un sistema de estimación regionalizada del riesgo de la epidemia que deriva en un esquema gradual de apertura de actividades socioeconómicas. Para determinar dicha apertura, se diseñó un sistema de semaforización de riesgo epidémico para COVID-19. Los indicadores y metodología son iguales para las 32 entidades federativas de la República”, refiere el documento.
En la creación del plan participaron la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, la Dirección General de Promoción de la Salud y la Dirección General de Epidemiología, el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Centro de Investigación en Matemáticas AC.
En el nuevo semáforo epidemiológico es importante la participación de los gobiernos locales, quienes tienen que dar a conocer las cifras de la epidemia en su territorio. El semáforo epidemiológico tendrá una duración de dos semanas para tener después una revaloración.
“Los gobiernos de las entidades federativas deberán capturar diariamente la información de la epidemia en los sistemas de información establecidos para las actividades de monitoreo y atención de la emergencia: Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Enfermedades Respiratorias y la Red IRAG. Asimismo, están obligados a mantener actualizados dichos sistemas para hacer una vigilancia sistemática de los indicadores de acuerdo con los plazos y horarios establecidos”, indica.
El informe refiere que la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud tiene la atribución de modificar los criterios técnicos, indicadores y metodología de la estimación del riesgo epidémico cuando la situación así lo amerite.
El lunes la Ciudad de México amaneció con un semáforo epidemiológico en color naranja y se mantendrá así al menos las siguientes dos semanas.
La recomendación para las regiones con semáforo epidemiológico en naranja refieren que debe haber un aforo de entre 30 y 50 por ciento, promover una reducción de la movilidad y las operaciones esenciales tienen que hacerse al 75 por ciento de capacidad.
En tanto, las operaciones no esenciales deberán estar al 50 por ciento de su capacidad y el uso de cubrebocas tiene que ser obligatorio en espacios públicos cerrados y sin posibilidad de mantener sana distancia.
A su vez, cada estado de la República deberá presentar su plan de implementación, seguimiento y vigilancia a las actividades socioeconómicas, de acuerdo con el nivel de riesgo epidémico.
Nuevos cierres ante semáforo epidemiológico
Al respecto, el epidemiólogo Alejandro Macías afirma que el nuevo semáforo contempla que ya hay gente vacunada, pero esto no descarta un nuevo cierre de actividades.
El especialista considera que es muy importante la respuesta de la autoridad en el ámbito local, ya que un estado puede tener diferentes escenarios, debido a que varía mucho el movimiento de las personas.
“Yo creo que no puede descartarse nada, como el cierre de actividades, distanciamiento, pero al final el semáforo es algo arbitrario porque no está validado, digamos, nadie dice que el número de muertes vale tanto o el número de hospitales vale tanto, es muy apreciativo, yo creo que al final depende mucho más de la autoridad local cuál va a ser la respuesta que van a tener”, dice.