Por eso en el caso de la guardería ABC lo único que sucedió velozmente fue el exculpar a los parientes, socios y amigos de Margarita Zavala. Bueno, finalmente el contrato no lo consiguieron solos, por lo que había ayudarlos hasta el final.
Tampoco fue rápida la justicia en el caso de otro cercano a la del rebozo, el de Gastón Azcárraga ha sido más que lento. Que decir de los parientes del vendebotas, el cual consiguió -con apoyos al partido contrario- el tiempo suficiente para que prescribieran un sinnúmero de ilícitos que se hicieron públicos. No pasaron de los encabezados a los expediente judiciales.
Para que las reformas pasaran rápido, entregaron comisiones claves del Senado a los azules, digo, para que sean colaboradores y no vivan en la zozobra de que alguna acusación fundada fuera a revisarse de manera seria, y así, llegó alguien que conocía los tribunales sólo en series de televisión a presidir la Comisión de Justicia. Por cierto, sus asuntos si pasan rápido al archivo y sus llamadas telefónicas hacia los tribunales de Niños Héroes pasan de inmediato.
No, como dice el entrevistado defensor, no les gusta eso de que los que están en los puestos decisorios en la materia sean ocupados por parientes de los contrarios, ellos acostumbran a que el aparato les sea propicio y que esté repleto de incondicionales albicelestes, como sucede en México.
Les parece incomodo e injusto ver la barandilla como lo hicieron los padres de las víctimas o todos aquellos que vieron perder causas, patrimonio o derechos, simplemente porque algún panista había decidido hacer un negocio con terrenos nacionales, fibra óptica, transporte marítimo, ferroviario o en la industria petrolera.
El fuero azul, en nuestro país goza de cabal salud y ningún tricolor osa tocarles con el pétalo de una rosa, por eso no están acostumbrados a que la justicia sea pronta ni expedita como lo ordena la Constitución, sino que les gusta que sea lenta, parcial a los amigos y materia de negociación como aquí.
Nos falta reconocer que los escándalos realmente relevantes desde hace trece años, sólo llegan a la opinión pública cuando vienen del exterior, como lo es el caso de Oceanografía, que ya tomó velocidad azul gracias a la intervención de Gil Zuarth. Casos como Repsol, Satmex y Siemmens no aparecen sino después de señalamientos procedentes de agencias del exterior y cuando los funcionarios mexicanos ya no pueden evitar que ocupen espacios mediáticos.
El porcentaje de mexicanos listados en el total de detenidos en Brasil es vergonzoso, el clavadista y el único “grito” con tintes ofensivos no es lo que debiera ser nuestra imagen en el exterior.
Pero al fin de cuentas, para eso del lavado de imagen, los panistas tienen su paladín en Meade, que ha sabido lucrar en el mundial de las “atenciones”.