Mujeres sin injerencia en secretarías y dependencias
El que las mujeres sean titulares de secretarías o dependencias no significa que estén en espacios relevantes, pues persisten prácticas de simulación que las relegan a los espacios con menor peso y presupuesto
Laura IslasLas mujeres en México han sido relegadas a las secretarías con menor injerencia y presupuesto, señala el documento “La paridad de género en las secretarías y dependencias del Ejecutivo a nivel federal y local”, del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República.
“En el caso de las secretarías generales de gobierno, solo hay siete mujeres. En contraparte, su presencia es significativamente mayor en carteras con menor presupuesto, o bien ligadas a los trabajos de cuidado, como la educación y la salud”.
Ante este escenario, sobresale la falta de mecanismos constitucionales para garantizar la observación del principio de paridad de género, como sanciones por su incumplimiento o procedimientos de censura o ratificación de los cargos por parte del Congreso, dice el documento.
No obstante, señala que la designación de las mujeres ha sido sobresaliente en las secretarías de Finanzas y Administración, las Contralorías generales de gobierno y las secretarías de Turismo.
Karina Aurora Sánchez Cortés, doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, explica que estas prácticas responden a lo que se llama régimen de género, donde se considera que lo hace el hombre tiene mayor valor; y se asigna a las mujeres a ámbitos considerados de su género, como los cuidados.
Ampliar el horizonte
La importancia de que las mujeres lleguen a espacios de poder y tomen decisiones implica romper con la manera de hacer política, muchas veces patriarcal, que no toma en cuenta el punto de vista de las mujeres, pese a que son más del 50 por ciento de la población del país.
En tanto, Karina Aurora Sánchez Cortés, menciona que el hecho de que las mujeres también se incorporen a la política tendría que visibilizar a otros grupos que son partícipes en la toma de decisiones, como las integrantes de la comunidad LGBT, las mujeres indígenas y las mujeres con condiciones de discapacidad.
“El hecho de que las mujeres se incorporen también nos obliga a mirar, a ampliar el horizonte de la toma de decisiones a otro grupos que tendrían que tener representación política, es decir, es un parteaguas el hecho de que haya más mujeres porque eso también nos va a llevar a identificar quiénes y cómo están ejerciendo el poder político y qué es lo que falta para que todos los grupos estén representados en ese poder político”, dice.