Frente a la Glorieta de las Mujeres que Luchan se concentraron las mujeres periodistas. Alguna compañera incluyó al gremio en la antimonumenta intervenida el 25 de septiembre de 2021.
El contingente no distinguió entre medios de comunicación, ni entre generaciones. Las mujeres periodistas que apenas empiezan a hacer experiencia y las que ya han trazado una trayectoria marcharon en nombre de las que durante la protesta estuvieron realizando la cobertura al momento. También por las que desde las redacciones, cabinas o foros se encargaron de reportar lo que aconteció el 8 de marzo.
Las mujeres periodistas marcharon, sobre todo, por las violencias que impiden ejercer derechos como la libertad de expresión, de información y de imprenta.
En lo que va de este 2022, dos compañeras han sido asesinadas: Lourdes Maldonado López, quien cubrió temas sobre política y corrupción en el estado de Baja California, y la conductora de Veracruz especializada en deportes, Michell Simón.
El glitter de las nuevas generaciones
La marea violeta y verde inundó a las generaciones más jóvenes, que desde días antes comenzaron a convocar a las morras que iban a su primera marcha.
Desde hace dos años no había sido posible tomar las calles a esta magnitud debido a la pandemia de COVID-19 que obligó al encierro en 2021 y 2022.
“Antes el primer colectivo en avanzar era el de las madres de mujeres víctimas de feminicidio”, se oyó a una de las manifestantes.
“No vamos a avanzar hasta que no pase la colectiva de las madres buscadoras”, mencionó otra.
En esta ocasión no importó quién avanzaba primero. De hecho, constantemente la Plaza de la Constitución recibió a uno y otro contingente.
“Queremos ponerle este pañuelo a una estatua”, dijo una adolescente cerca de la Torre de El Caballito.
“Somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar”, decía una pancarta de unas jóvenes que marchaban con prendas lilas y maquillaje de glitter rosa.